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    4 de octubre de 2025

RAUL HERAS

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ya tendría que haber planteado a todos los grupos parlamentarios la necesidad de una sesión extraordinaria de la Cámara, con un punto único en el debate: Ucrania, y lo que los 350 parlamentarios, representantes de la soberanía nacional, creen que debe hacer nuestro país en estos momentos en los que la posibilidad de alcanzar la paz se ve como cercana.
Volodímir Zelenski y Pedro Sánchez durante la visita del presidente ucraniano a Moncloa. Imagen de archivo
Volodímir Zelenski y Pedro Sánchez durante la visita del presidente ucraniano a Moncloa. Imagen de archivo

Sánchez y Zelensky quieren lo imposible: que Rusia pierda la guerra

El presidente del Gobierno y el presidente de Ucrania, por no mencionar a la totalidad de los altos cargos de la Unión Europea que están en Kiev para mostrar su apoyo a ese país en el tercer aniversario del conflicto, quieren (es lo que dicen) lo imposible: que Rusia pierda la guerra y todo vuelva a ser como hace once años. Vladimir Putin está pactando con Donald Trump las condiciones de una paz que será tan inestable en el tiempo como todas las que ocurren desde hace cien años en Europa.
El presidente de Estados Unidos y el presidente del Gobierno español nunca serán amigos, pero Donald Trump la va a hacer a Pedro Sánchez el mejor de los regalos políticos: durante tres años, los que le quedan a esta Legislatura, seguirá apoyando a Santiago Abascal como el mejor de los aliados posibles en nuestro país e incluso en Europa. El líder de Vox será mimado, protegido e impulsado por todo el poderoso aparato que manda en La Casa Blanca, de la misma forma que lo será Giorgia Meloni en Italia o Javier Milei en Argentina. En apenas un mes Trump ya ha demostrado que en esta partida de mus, en la que ha convertido las relaciones internacionales, está dispuesto a ganar a base de lanzar todos los órdagos que hagan falta.
Ellas se abrazan y sonríen a las cámaras pero su alejamiento es total. Las vicepresidentas no se aguantan pero el presidente necesita a las dos. Seguirán así el resto de la Legislatura, trufado el choque laboral y fiscal con los problemas judiciales de Ábalos, Koldo, Begoña y García Ortiz. El mundo y Europa se convulsionan por el nuevo reparto del poder global, Francia toma una ventaja posicional - la que buscaba Dànchex - y España vuelve a perder en su posición en el mundo.

Ya aceptan que se busque la paz en Ucrania, algo que negaban hasta hace apenas unas semanas, pero lo que buscan los líderes europeos con su posición frente al movimiento de Donald Trump de llamar a Vladimir Putin para negociar el fin de las muertes, sentados los negociadores en la “neutral” Arabia Saudí, es engañar de nuevo a los ciudadanos de sus respectivos países. Aceptan que la Ucrania de 2022 no será la de 2025 y que Rusia no se marchará del Donbas, ni de Crimea, pero insisten en el peligro que para la democrática Europa de los 27 países, más la tránsfuga Gran Bretaña , representa la Federación rusa. Quieren aumentar el gasta en defensa, quieren producir más armas, pero no dicen que será a costa de las inversiones en sanidad, en educación, en pensiones, en seguro de desempleo. Adiós a las medidas sociales, bien venido el renacido espíritu belicista en unos países que, como Alemania, Francia y Gran Bretaña están inmersos en unas crisis políticas y económicas de difícil solución.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski

Europa descubre que está “desnuda” sin USA pero que quiere su parte de Ucrania

La verdad está en el dinero. La paz en Ucrania se va a firmar y lo que unos y otros están discutiendo bajo la mesa es el reparto de la reconstrucción. Rusia se va a quedar con el Donest, que ya es parte de su territorio, pese a que Sánchez y Albares digan lo contrario., al igual que lo asegura el responsable político de la OTAN, Mark Rutte, el holandés que durante años nos colocó a los españoles como los “vagos” de Europa, sin mirar hacia el interior de su país, convertido en un encubierto paraíso fiscal. El menos indicado para predicar co el ejemplo
La escenificación fue perfecta. Yolanda Díaz, en su papel de vicepresidenta segunda del Gobierno y “poli buena” en su defensa del salario mínimo, aseguró que no se había enterado de la propuesta fiscal de María Jesús Montero, vicepresidenta primera del mismo Gobierno y “poli mala” al querer que los que perciban el SMI tengan que tributar a Hacienda dentro del IRPF. Dos millones y medio de personas en toda España a los que la subida, si tienen que trasladarla a sus impuestos apenas les proporcionará entre cien y trescientos euros más al año. En términos nacionales, la representada pelea entre la número dos y la número tres del Gobierno, se mueve en una media de 500 millones más de gasto para el Estado. Doscientos cincuenta por debajo, setecientos cincuenta por arriba, una minucia para un techo de gasto en este año se 195.353 millones de euros. En lenguaje de la calle, una mierda.

Entre el 28 de octubre de 1982 y el 23 de julio de 2023 nada ha cambiado en la fuerza política que tienen en el Congreso de los Diputados los partidos nacionalistas catalanes y vascos. Si en las primera victoria del PSOE, con mayoría absoluta de 202 escaños, Convergencia i Unió conseguía 12 escaños, el PNV 8, Eiskadiko Esquerra 1 y HB otro, para un total de 23; en la derrota socialista de las últimas elecciones generales, convertidas en victoria parlamentaria para mantener a Pedro Sánchez al frente del Gobierno, ERC consiguió 7 escaños, Junts los mismos, Bildu 6 y el PNV 5, en total 25. Conclusión: el mapa nacionalista en las dos grandes Comunidades con mayores señas identitarias no hay cambios en 40 años, con una gran importancia a la hora de formar Gobiernos del Estado salvo cuando el PSOE o el PP han logrado mayorías absolutas
La mitad de Gaza está destruída y los que fueron sus habitantes no tienen nada, ni casa, ni alimentos, ni electricidad. Gaza es una ruína que hay que reconstruir prácticamente desde cero. La ONU dice que se necesitarán al menos quince años y entre 50.000 y 70.000 millones de dólares para hacerlo, cifras que parecen muy bajas y que no tienen en cuenta la situación política y los enfrentamiento que llevaron a la Israel de Benjamin Netanyahu a matar a más de 40.000 palestinos, incluidos mujeres y niñós con la excusa de que se trataba de acabar con la estructura de la organización Hamas. Lo mismo, en menos escala, ha ocurrido en Cisjordania y en el sur del Líbano.
Si Pedro Sánchez está dispuesto a mantener viva la actual Legislatura, que terminará en el verano de 2027, ya sabe que tendrá que aguantar las investigaciones, los posibles cierres de los sumarios que están en curso y la apertura de juicios orales - salvo que se acumulen los recursos ante cada una de las iniciativas judiciales por parte de las defensas - contra la mayoría de los investigados, entre los que se encuentran su esposa y los que son o han sido dirigentes políticos de su máxima confianza.
Nada de lo que está pasando en las relaciones de Venezuela con España se explican sin lo que ocurrió en ese país durante los mandatos del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez y el lider del PSOE y presidente del Gobierno español, Felipe González. Los niveles de corrupción en Venezuela aumentaron año tras años, hasta llegar al golpe de estado de Hugo Chavez, y prosiguieron después. Nicolás Maduro en 1983 tenía 21 años y conducía autobuses mientras que Hugo Chávez estaba en la cárcel como consecuencia del fallido golpe militar cotra Carlos Andres Pérez tres años antes. Chavez salió de prisión en 1994, indultado por el democristiano Rafael Caldera y el resto llega hasta nuestros días, a ambos lados del Atlántico. Los nombre de Rumasa, de Ruíz Mateos, de Miguel Boyer y de Gustavo Cisneros se fueron convirtiendo en sombras, pero las sombras no desaparecen del todo.
El fin de semana del dos de febrero de 2025 para el socialismo español aparecerá como una fecha a recordar en su historia. Su Secretario General y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conseguía colocar dos nuevos pilares en el futuro del PSOE y en el suyo propio. Uno muy especial, el de la Comunidad Autónoma de Madrid, en la que su ministro de Transformación y de la Función Pública Digital desde septiembre de 2024, jefe de Gabinete de Presidencia entre2021 y 2024 , presidente de Paradores entre 2028 y 2021, portavoz del grupo socialista en el Senado de 2015 a 2016, Secretario de Organización del PSOE de 2012 a 2014, Secretario general del PSOE de Castilla y León de 2008 a 2012, diputado en el Congreso de 2004 a 2011 y, por unos meses, en 2003, senador en dos periodos: de 2011 a 201 y de 2014 a 2018, procurador en las Cortes de Castilla y León entre 2011 y 2014, y uno de los tres hombres de confianza del que fuera número dos del PSOE, José Blanco, durante la etapa de José Luís Rodríguez Zapatero, junto a Antonio Hernando y el hoy máximo lider, Pedro Sánchez, se convertía en el responsable del PSOE en la siempre díscola y turbulenta Comunidad madrileña.
El “ómnibus” que atascó durante unos días la aprobación de las medidas sociales del Gobierno sigue su camino, con alguna vagón suelto que se ha quedado en el camino, pero con la estructura principal sin tocar. El presidente del Gobierno ha ganado mientras que el presidente del PP ha perdido. Sánchez dijo que no lo cambiaría, ni se sometería a una moción de confianza y ha logrado ambas cosas tras volver a pactar con Carles Puigdemont, la enésima vez y que no será la última. El fugado a Waterloo es una especie de vicepresidente en la sombra al cual se le consulta antes de que salga decreto alguno del Consejo de Ministros. Por el contrario, Alberto Núñez Feijóo ha tenido que aceptar la situación por miedo a enfrentarse a los colectivos más débiles, pensionistas, jubilados y ayudas a Valencia por la Dana, tal y como le pedían algunos de sus barones territoriales, con el andaluz Juanma Moreno en cabeza.
En esta especie de Casino Royal en el que se ha convertido la vida pública española, desde la aprobación del super decreto “Ómnibus” a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025, las negociaciones para que el Gobierno consiga vencer, por 176 votos al menos a ese nuevo acuerdo enre las derechas españolistas de Feijóo y Abascal, y la derecha independentista de Puigdemont, se parecen a una parodia del final estruendoso de las tragaperras escupiendo millones de dólares en la tercera parte del “remake” que rodó Steven Sonderberg entre 2001 y 2007. Solo hay que cambiar a Geoerge Clooney por Pedro Sánchez, algo difícil pero la imaginación no tiene límites.

El intento del Gobierno de aprobar de una tacada varios decretos leyes, que nada tenían que ver los unos con los otros, ha fracasado. La nueva “operación Omnibus” se parece más a una trampa parlamentaria que a un deseo real de sacar adelante los decretos más sociales, los que hacen referencia al aumento del salario mínimo, las pensiones , las ayudas gubernamentales a los afectados por la Dana y las ayudas al transporte.
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