3 de mayo de 2025
|
El martes, 31 de diciembre de 2024, durante veinticuatro horas el mundo se despidió de uno de esos años que nacen para demostrarnos que la crueldad, la maldad, la avaricia, la muerte y el poder en su forma más terrible siguen formando parte de la llamada condición humana. Un segundo más tarde de que sonaran las campanadas de medianoche en Haway y Los Angeles, tras haber lo hecho en Sidney y Tokyo, había nacido el 2025. Ya hemos comprobado que todo sigue igual: la guerra en Ucrania, las interminables batallas en Gaza, los ataques terroristas contra ciudadanos indefensos, las subidas de los precios en España y el falso equilibrio con el IPC y las subidas en las pensiones, la presencia de Carles Puigdemont en la política patria, los avances en las investigaciones judiciales sobre las acusaciones de corrupción en los ámbitos socialistas o la negativa de Carlos Mazón a dimitir.
El último de los grandes males de la vida pública española ha llegado justo cuando este 2024 agoniza. El Senado denuncia al Congreso ante el Tribunal Constitucional. Así llevamos toda la Legislatura y así parece que va a seguir hasta el 2027, fecha en la que se deberán convocar nuevas elecciones, salvo que Pedro Sánchez se rinda y adelanta el calendario electoral. Política y Justicia encadenadas y sin visos de solución. Las batallas políticas se resuelven o se intentan resolver en los tribunales, se proclaman con gritos en los medios de comunicación y se envenenan en las Cámaras parlamentarias. No es la primera vez que sucede desde que se inició este perido democrático, pero sí es la prmera vez que alcanza esta dimensión de enfrentamientos colectivos sin posibilidad de diálogo entre las dos mitades de España.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y creadora del concepto político llamado Sumar, que no ha sido otra cosa desde que nació como plataforma en la que se integrara toda la izquierda alternativa al socialismo de Pedro Sánchez, se dispone a realizar una última pirueta para mantenerse como rostro electoral de cara a futuras citas con las urnas. Yolanda Díaz está dispuesta a que los futuros órganos del partido “movimento Sumar” se dirijan con otros nombres, siempre con el de Urtasun como como protector de sus ambiciones.
El PSOE que dirige Pedro Sánchez y el PP que dirige Alberto Nuñez Feijóo - el resto son simples compañeros de viaje por mucho que se nieguen a aceptarlo -aplauden el discurso navideño del Rey y esperan 24 horas para repetir en sus comportamientos todo aquello que Felipe VI les ha pedido que no hagan. Ese es el grave problema de tiene el Monarca y el grave problema que tiene España. Los políticos no dan ninguna muestra de serenidad en sus comportamientos y declaraciones; no buscan nngún pacto de convivencia, tan sólo se acercan para pactar la destrucción del contrario; hacen todo el ruído que pueden dentro y fuera de las instituciones y dejan fuera de los debates las auténticas reclamaciones de los ciudadanos: vivienda,paro, sanidad, ediucación, emigración.
Se habrán reenviado miles de veces en menos de 24 horas y seguirán de protagonistas navideños durante muchos días. Duran 27 segundos los abrazos que se dan diez de ellos y se cierra la evidente broma navideña, realizada con Inteligencia Artificial y mucho ingenio humano, con un beso que sería la portada de todas las revistas, periódicos y web del mundo. El beso del año. Vestidos con esos jerseis que solo se ponen en estas fechas vemos a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo abrazarse y sonreirse, lo que sería todo un gran acuerdo político para alejarse de los juzgados y dedicarse a discutir del paro, la sanidad, las pensiones, las guerras del exterior, la deuda pública, de todo lo que debería ser verdad, pero es mentira, claro
Ni Pedro Sánchez, ni Alberto Níñez Feijóo pueden hacer otra cosa que lo que ya están haciendo. El presidente del Gobierno es consciente de que debe resistir el acoso constante de la oposición e intentar que sus socios de investidura le aguanten, con concesiones, hasta las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2027, que serían la antesala de las generales unos meses más tarde. En la pequeña Numancia en que se ha convertido Moncloa creen que pueden lograrlo pese a lo que llaman “maquinaria de guerra” del Partido Popular. Las fuerzas aliadas de las que disponen y que le permiten a Sánchez gobernar desde mediados de 2018 tienen muy diversos intereses, pero coinciden en un punto esencial: si hay convocatoria anticipadas a las urnas ninguna de ellas, desde Junts a Podemos, van a conseguir mejor resultado que el que ya tienen y por el que logran beneficios que serían impensables con un Gobierno de la derecha que suman el PP y Vox.
No son los muros de Jericó pero los treinta años que lleva el Partido Popular gobernando la Comunidad de Madrid se le parecen y mucho. El 28 de mayo de 1995 comenzaba ese “reinado” ininterrumpido gracias a la aplastante mayoría absoluta que consiguió Alberto Ruíz-Gallardón frente al socialista Joaquín Leguina y el dirigente de IU, Angel Perez.
Tres años antes de que el Papa Benedicto XIV lo incluyera en la lista de los libros prohibidos por la Iglesia, Charles de Montesquieu escribió “ El espíritu de las Leyes”, la base política y jurídica sobre la que ha girado Occidente desde hace casi tres siglos. La necesaria separación de los poderes del Estado en Legislativo, Ejecutivo y Judicial permitiría que los equilibrios en la gobernanza de los países impidiesen las dictaduras, ya fueran estas reales o populares. Un obra cargada de buenas intenciones que ha permitido, sobre todo a partir de mediados del siglo XX que la forma de los Estados y del poder en los mismos no impida que el segundo y el tercero de esos poderes se Impongan al primero. Hoy, aquí, en España la comprobación es fácil y evidente. En el resto del mundo ocurre lo mismo y de forma acelerada merced a la presencia masiva de las nuevas tecnologías en el desarrollo del control de la sociedad.
En 48 horas, las que van del 20 al 22 de noviembre de 1975, España pasó de ser una Dictadura a convertirse en una Monarquía. La democracia parlamentaria que conocemos hoy tardó 19 meses más en llegar, primero con unas elecciones generales, luego con un Refréndum para aprobar la nueva Constitución y, finalmente, para otras elecciones ya con la nueva Carta Magna como guía que ha llegado a nuestros días. La democracia no acabó con Francisco Franco, el Generalísimo murió en la cama de un hospital tras un largo proceso de deterioro físico. Tampoco regresaron las libertades en aquel mes de noviembre. Todo sucedió muy rápido, sin que los ciudadanos se dieran cuenta de la velocidad a la que iba el cambio.
| José Felix Tezanos, presidente del CIS |
De nuevo hoy, lunes 9 de diciembre, tres encuestas llamadas políticas y con resultados totalmente distintos, confirman que esos sondeos “de encargo” les sirven a los partidos como armas de sus dirigentes para defender las posiciones internas en sus organizaciones. Insistir cada semana en los porcentajes de votos que tendrían en una cita electoral, cuando no está, ni se la espera, y en los escaños que conseguirían de cara a una posible sesión de investidura, es un ejercicio sociológico tan inutil como interesado.
Se han convertido en la mayor amenaza para el presidente Sánchez, para el Gobierno,para el PSOE y para la izquierda en general. Forman la Triple A que, con todos los casos abiertas por presuntas corrupciones en los juzgados, desde los de Instrucción en la plaza de Castilla al Tribunal Supremo, pasando por la Audiencia Nacional, proporcionan más datos, más declaraciones, más documentos, más pen drive encriptados con los que alimentar sus acusaciones.
Al presidente del Gobierno no le queda más remedio que mantenerse en pié, culpar de todos los males que padece a la malvada derecha que encabeza Alberto Núñez Feijóo, echarse políticamente más a la izquierda para mantener los apoyos que necesita, lanzar el señuelo de una empresa pública de vivienda dispuesta a edificar todas las que hagan falta, y afirmar que piensa mantenerse como candidato del PSOE para las futuras elecciones generales de 2027. Ese horizonte es su meta, y no debería ser la de la oposición. La vida política española no puede encajarse dentro del estrecho desfiladero de las mentiras. En esa especie de Termópilas, Pedro se siente como Leónidas y deja a Feijóo el papel de derrotado persa. La historia real no es la mitificada narración que hicieron los macedonios y los griegos, y que ha servido de guión para decenas de películas, pero en estos inicios de la apabullante realidad de la Inteligencia Artificial, lo real tiende a desaparecer devorado por las fantasías y las mentiras.
Con comodidad el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE va ganar el 41 Congreso Federal de su partido. Ninguna de las 17 Federaciones se va a oponer a la renovación de su cargo, al igual que tampoco se van a oponer a que Pedro Sánchez reorganice los órganos de dirección con los más fieles entre los fieles. Y dentro de dos o tres meses veremos cómo ese mismo criterio se impondrá en los Congresos autonómicos. El PSOE es un partido forjado en un proceso de dos caras: asume con dificultades y alguna que otra trampa el proceso democrático de elección de los compromisarios para sus Congresos, sobre todo cuando no goza del poder del Gobierno; y cambia de forma radical cuando la secretaria general coincide con la presidencia de los gobiernos. En ese momento se impone la dictadura del Jefe. Este es uno de esos momentos: Sánchez es el jefe y su autoridad no se discute en público, ni se busca su derrota en un Congreso, algo que llevaría a la convocatoria de nuevas elecciones generales.
El secretario general de los socialistas madrileños sabía desde hace meses que tanto desde el fortín de La Moncloa, con Felix Bolaños y Oscar Lopez como ejecutores, como desde la torre de la sede central del PSOE, con Santos Cerdan como máximo estratega de la operación, habían decidido quitarle de su cargo. En octubre decidió que, una vez muerto nadie acudiría a su entierro, y lo mejor que podía hacer era salir al campo de batalla, con las espaldas jurídicas bien cubiertas
Si Joe Biden, en su larga despedida del poder mundial que se ejerce desde La Casa Blanca, ha aprobado que el presidente ucraniana, Volodomir Zelensky pueda lanzar misiles de largo alcance y el uso de minas personales para sembrar el suelo de su país, en España un sólo hombre, al que se le concedió un “visado de libre tránsito” por las estructuras del Estado, haya sembrado de minas el 41 Congreso Federal del PSOE. Victor de Aldama, a una semana del inicio del gran cónclave, con su testimonio en la Audiencia Nacional, ha abierto el portón del miedo en el partido. Este viernes y sábado, Pero Sánchez está obligado a conseguir una mayoría clara y contundente entre sus compañeros en apoyo a su gestión. Y éstos, con todas las dudas que tengan en su cabeza, a proporcionársela.
|
|
|