4 de mayo de 2025
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| José Coronado, protagonista de la película `No habrá paz para los malvados´ |
En octubre de 2011 se estrenó en España una de las mejores películas de este siglo. La dirigió Enrique Urbizu y tuvo a José Coronado como protagonista principal. El título está cogido del Antiguo Testamento judío, concretamente del salmo 48:22 del profeta Isaías: “No habrá paz para los malvados”. Han pasado dos mil cien años y las palabras que escribió Isaias, poeta, escritor y asesor de varios reyes de Israel son tan válidas como entonces.
Los políticos españoles no saben salir del barro judicial y territorial en el que están metidos. Da lo mismo que se mire al Gobierno como a la oposición, que se piense en una retirada imposible de Pedro Sánchez antes de que termine la Legislatura, o que se intente cambiar a Alberto Núñez Feijóo por otro líder que tenga más capacidad de arrastre entre los votantes de la derecha . Hay jueces para todos y eso es lo peor de la historia. No es que sobren los administradores de la Justicia, todo lo contrario, el problema es la utilización de los mismos en el terreno político. Los tiempos de unos y otros son muy distintos.
El presidente de Vox ha salvado políticamente al presidente de la Generalitat y al presidente del Partido Popular. Santiago Abascal ha dado el sí al acuerdo de su partido con Carlos Mazón para que haya Presupuestos en la Comunidad Valenciana y, la mismo tiempo, le permite a Alberto Núñez Feijóo mantener ante los suyos su defensa del presidente valenciano. Nada ha cambiado socialmente tras el desastre de la Dana, pero la nueva unión de las dos derechas la ha proporcionado a Mazón la única salida que tenía para llegar al final de la Legislatura.
Es la “lady halcón” de la política europea, la más beligerante frente a la nueva posición de Estados Unidos, pese a aceptar que la UE apruebe 800.000 millones de euros en Defensa para crear un ejército propio, paralelo a la OTAN, y dispuesto a llevar a soldados de varios países a combatir a Ucrania. Máxima sostenedora de Volodomir Zelensky se lleva bien e incluso muy bien con Pedro Sánchez, pero su “nuevo amigo político” es el francés Emmanuel Macrón. En la vida pública los amores duran poco o muy poco. El presidente francés tiene armas atómicas y desea ser el negociador con Trump e incluso con Putin, para obtener el premio de la reconstrucción en Ucrania. Sánchez no tiene armas atómicas y tampoco ha podido reunirse con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Como alemana sabe que en el futuro inmediato, su enemigo exterior no será Rusia, será Polonia. Sonríe mucho y habla mucho, pero en realidad tiene poco poder. Las divisiones entre los 27 países y la independencia del BCE, con Christine Lagarde la deja casi en la mitad de la nada.
Trump consigue en dos meses que Europa se convierta en una gigantesca fábrica de armas. El cambio de actitud de Estados Unidos respecto a la guerra de Ucrania y el deseo de su presidente de negociar y pactar con Vladimir Putin el fin del conflicto, sin contar con el gobierno de Volodomir Zelensky, ni con ninguno de los gobiernos europeos de la UE, ha obligado a los 27 estados miembros, más al inestable Reino Unido, ha cambiar de forma radical todo lo que tenía proyectado para los próximos años
Lo que no terminan de aceptar los independentistas como Puigdemont, Junqueras y compañía es que son tan españoles como Díaz Ayuso o Juan Moreno. Sin Cataluña no se habría construido la España de los Reyes Católicos y sin la España de los Borbones y de Franco la Cataluña de hoy sería un imposible. España es lo que es gracias a su riqueza lingüística, territorial y humana. Cataluña y Andalucía se necesitan, de la misma manera que se necesitan Valencia y Galicia. A ver si de una vez se dan cuenta los políticos que es la suma de todo el conjunto lo que nos permite tener más libertad y mejor modo de vida que la gran mayoría de los países del mundo.
El presidente norteamericano pidió que Europa gastara el cinco por ciento de su Producto Interior Bruto en Defensa. Ya lo ha conseguido. La president de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen lo anunciaba tras la reunión de este fin de semana en Londres. La UE invertirá 800.000 millones de euros en su industria militar, la mitad en armamento y la otra mitad en infraestructuras necesarias para ese inmenso despliegue. Donald Trump ya puede mirar hacia el Pacífico e invertir los esfuerzos militares de USA en su pulso con el gan rival, China.
Si el todavía presidente de la Generalitat no tuviese miedo a terminar condenado y con petición de cárcel por su no gestión de la Dana, que causó más de doscientos muertos y cuyo coste de reconstrucción en los pueblos afectados pasará de los cien ml millones de euros, ya habría dimitido o el presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, le habría obligado a ello.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ya tendría que haber planteado a todos los grupos parlamentarios la necesidad de una sesión extraordinaria de la Cámara, con un punto único en el debate: Ucrania, y lo que los 350 parlamentarios, representantes de la soberanía nacional, creen que debe hacer nuestro país en estos momentos en los que la posibilidad de alcanzar la paz se ve como cercana.
| Volodímir Zelenski y Pedro Sánchez durante la visita del presidente ucraniano a Moncloa. Imagen de archivo |
El presidente del Gobierno y el presidente de Ucrania, por no mencionar a la totalidad de los altos cargos de la Unión Europea que están en Kiev para mostrar su apoyo a ese país en el tercer aniversario del conflicto, quieren (es lo que dicen) lo imposible: que Rusia pierda la guerra y todo vuelva a ser como hace once años. Vladimir Putin está pactando con Donald Trump las condiciones de una paz que será tan inestable en el tiempo como todas las que ocurren desde hace cien años en Europa.
El presidente de Estados Unidos y el presidente del Gobierno español nunca serán amigos, pero Donald Trump la va a hacer a Pedro Sánchez el mejor de los regalos políticos: durante tres años, los que le quedan a esta Legislatura, seguirá apoyando a Santiago Abascal como el mejor de los aliados posibles en nuestro país e incluso en Europa. El líder de Vox será mimado, protegido e impulsado por todo el poderoso aparato que manda en La Casa Blanca, de la misma forma que lo será Giorgia Meloni en Italia o Javier Milei en Argentina. En apenas un mes Trump ya ha demostrado que en esta partida de mus, en la que ha convertido las relaciones internacionales, está dispuesto a ganar a base de lanzar todos los órdagos que hagan falta.
Ellas se abrazan y sonríen a las cámaras pero su alejamiento es total. Las vicepresidentas no se aguantan pero el presidente necesita a las dos. Seguirán así el resto de la Legislatura, trufado el choque laboral y fiscal con los problemas judiciales de Ábalos, Koldo, Begoña y García Ortiz. El mundo y Europa se convulsionan por el nuevo reparto del poder global, Francia toma una ventaja posicional - la que buscaba Dànchex - y España vuelve a perder en su posición en el mundo.
Ya aceptan que se busque la paz en Ucrania, algo que negaban hasta hace apenas unas semanas, pero lo que buscan los líderes europeos con su posición frente al movimiento de Donald Trump de llamar a Vladimir Putin para negociar el fin de las muertes, sentados los negociadores en la “neutral” Arabia Saudí, es engañar de nuevo a los ciudadanos de sus respectivos países. Aceptan que la Ucrania de 2022 no será la de 2025 y que Rusia no se marchará del Donbas, ni de Crimea, pero insisten en el peligro que para la democrática Europa de los 27 países, más la tránsfuga Gran Bretaña , representa la Federación rusa. Quieren aumentar el gasta en defensa, quieren producir más armas, pero no dicen que será a costa de las inversiones en sanidad, en educación, en pensiones, en seguro de desempleo. Adiós a las medidas sociales, bien venido el renacido espíritu belicista en unos países que, como Alemania, Francia y Gran Bretaña están inmersos en unas crisis políticas y económicas de difícil solución.
| La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski |
La verdad está en el dinero. La paz en Ucrania se va a firmar y lo que unos y otros están discutiendo bajo la mesa es el reparto de la reconstrucción. Rusia se va a quedar con el Donest, que ya es parte de su territorio, pese a que Sánchez y Albares digan lo contrario., al igual que lo asegura el responsable político de la OTAN, Mark Rutte, el holandés que durante años nos colocó a los españoles como los “vagos” de Europa, sin mirar hacia el interior de su país, convertido en un encubierto paraíso fiscal. El menos indicado para predicar co el ejemplo
La escenificación fue perfecta. Yolanda Díaz, en su papel de vicepresidenta segunda del Gobierno y “poli buena” en su defensa del salario mínimo, aseguró que no se había enterado de la propuesta fiscal de María Jesús Montero, vicepresidenta primera del mismo Gobierno y “poli mala” al querer que los que perciban el SMI tengan que tributar a Hacienda dentro del IRPF. Dos millones y medio de personas en toda España a los que la subida, si tienen que trasladarla a sus impuestos apenas les proporcionará entre cien y trescientos euros más al año. En términos nacionales, la representada pelea entre la número dos y la número tres del Gobierno, se mueve en una media de 500 millones más de gasto para el Estado. Doscientos cincuenta por debajo, setecientos cincuenta por arriba, una minucia para un techo de gasto en este año se 195.353 millones de euros. En lenguaje de la calle, una mierda.
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