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    25 de abril de 2024

RAUL HERAS

Desde comienzos de ese año 2012, y mucho antes de irse a Botsuana, Don Juan Carlos era objeto de una auténtica cacería que buscaba su abdicación en la persona del Principe Felipe o, de forma más ambiciosa, la aperturang de un proceso republicano.

En el mismo escenario, dos años después, Pedro Sánchez volverá a ganar en el Congreso. El 8 de Enero de 2020 consiguió su investidura por dos votos y en la segunda votación. Este 3 de febrero va a conseguir que la nueva Ley de Relaciones Laborales sea aprobada por mayoría absoluta. Más de 176 escaños tras las dudas de las izquierdas radicales de Cataluña y País Vasco y las reticencias de las derechas nacionalistas. Con la nueva Ley y los Presupuestos, manos libres hasta febrero de 2024.

La mentira se utiliza como arma frente al adversario pero sobre todo como justificación hacia la propia sociedad a la que se intenta convencer de lo justas que son las medidas que se van a tomar desde el poder

Son los cinco rostros que quieren representar a la España vaciada el próximo día 13 en Castilla y León. Amargarles la fiesta electoral a Pablo Casado y a Pedro Sánchez. Están al frente de las candidaturas de sus provincias junto a otros tres representantes, casi todos nuevos en estos de ingresar en listas electorales. Sus nombres van a soñar mucho en los próximos días. Veremos si se sientan en las Cortes de Valladolid.

Desde que llegó al poder Pedro Sánchez tiene una necesidad que se ha vuelto acuciante: ser el mejor de los amigos del amigo americano. No es nuevo en la política exterior española. Así lo han entendido desde Adolfo Suárez a Pedro Sánchez. Apoyarse en Estados Unidos proporciona seguridad, estar enfrente te lleva al adiós más pronto que tarde.

Regresó de su paraiso de jubilado político para impedir que Sánchez siquiera en la Secretaría general del PSOE. Lo consiguió y fracasó al mismo tiempo. Luego se opuso a sus pactos con el Pablo Iglesias de Unidas Podemos y tuvo que aceptar la voluntad de su sucesor. Hoy practica un regreso inacabado para estar y no estar, para que no le ataquen desde el poder y para apoyar con ordina a ese mismo poder.

Estamos en un volver a empezar, en una especie del Día de la marmota política en el terreno de la izquierda española. Renegarán de ello, todos ellos, pero Yolanda Díaz, por fín defendiendo a “su ministro” de Consumo, con advertencias al Presidente sobre el futuro del pacto de Gobierno, junto a la alcaldesa Ada Colau y el resto de dirigentes pertenecientes, aliados o cercanos a Unidas Podemos, son activos herederos del socialista Alfonso Guerra.

Estudiar ha estudiado. Siempre ha querido ser político y dirigir a una parte de la izquierda, pero no ha aprendido la regla básica de ese mundo: los novatos, los pardillos no tienen ningún futuro

De forma lenta e inexorable Ciudadanos, el partido que quiso gobernar España desde el centro liberal con un catalán de nacimiento y otra de adopción al mando como eran Albert Rivera e Inés Arrimadas, se está hundiendo sin que aparezca ningún sistema que lo mantega a flote.

España conducida por Caronte Sánchez sin decidir el punto final en el que desembarcará su viajero, que aparece desconcertado y tal vez acorralado por el miedo que le infunde ese viaje
Imponer por decreto la mascarilla en el exterior, haya o haya gente a tu alrededor, es la última ocurrencia del Gobierno para combatir la enésima mutación del llamado Covid 19, del que aún no sabemos de dónde salió, ni cómo llegó a los humanos. No se comportamiento como ningún otro coronavirus y recorre el alfabeto griego para que le vayan poniendo apellidos.

La presidenta de la Comunidad madrileña sólo tiene un camino si quiere convertirse, también, en la presidenta autonómica de su partido: seguir el ejemplo de Cristina Cifuentes en marzo de 2017. Sus ambiciones son muy parecidas, su situación en el Gobierno de Madrid es idéntica y las desconfianzas que despertaban en la dirección nacional del Partido Popular se asemejan como dos gotas de agua. Cristina soñaba con suceder a Mariano Rajoy e Isabel piensa lo mismo respecto a Casado.

Si Ciudadanos fuese un partido, que no lo es, rompería de inmediato con el Partido Popular en todas las Administraciones autonómicas y locales en las que gobiernan juntos tras lo sucedido en Castilla y León. Inés Arrimadas no controla a los suyos y no puede obligar al resto de los dirigentes de la formación a hacer lo que deberían hacer.

Apenas dos meses después de su victoria en las elecciones a secretario general, yiene la obligación de ser ejemplar y enterrar el pasado negro de su partido, aún a costa de las cabezas de Noelia Posse y Mari Luz Lastra. Mira a derecha e izquierda y pide que la limpieza no tenga que ser mayor.

Querer que se convierta por decreto, y aprovechando la equivocada redacción de la propia Coinstitución, en el castellano es dar un paso atrás de siglos

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