22 de junio de 2025
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El 28 de febrero de 2021 se cumplen ocho años de la renuncia de Benedicto XVI. Quince días más tarde el Cónclave de cardenales elegía como Papa al cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio. Los secretos de la “huída” los tenía un cardenal español y trataban de la economía vaticana. Trescientos folios secretos, claves para entender todo lo que ha hecho y quiere hacer el Papa que llegó del Sur.
Utilizar a la OTAN para posicionarse electoralmente es un viejo truco de los líderes del PSOE. Lo utilizó Felipe Gonzalez ante el referendum que convocó Leopoldo Calvo Sotelo, con su estudiado y ambivalente: “de entrada, no”, para ganar las elecciones y mantener a nuestro país en la Organización. Pedro Sánchez ha hecho lo mismo: no al 5% del PIB para invertir en Defensa y en detrimento de otras áreas. Es un movimiento obligado ante el deterioro de la situación política en la que vive, una forma de posicionarse a favor de las tesis que defienden la mayoría de sus socios de investidura.
¿Conseguiría hoy el PSOE los 7.821.718 votos y los 121 escaños que logró el 23 de julio de 2023?. Lo más probable es que no y que serían menos. ¿Cuántos menos?: si hacemos caso a los datos del CIS no sólo serían menos, serían más, en contra de todas las demás encuestas y sondeos electorales y del desgaste de los escándalos de presunta corrupción que le está afectando al socialismo día tras día. Lo más lógico es que se impusiera el hartazgo entre los votantes del PSOE de hace tres años y que decidieran votar a otras opciones o que se abstuvieran, con lo que las matemáticas electorales de la Ley D´Hont saltarían por los aires, sin poder precisar los efectos que una menor participación en las urnas, muy probablemente por parte de los votantes de izquierdas, tendría en el número de escaños. ¿Un cambio de candidato cambiaría la tendencia de voto?. Es imposible asegurarlo en uno u otro sentido pero lo más probable es que se produjera un hundimiento de las siglas a nivel nacional, sobre todo en aquellas Autonomías donde gobierna el PP, con la notable excepción de la Comunidad Valenciana donde la presencia de Carlos Mazón es uno de los grandes déficits del Partido Popular.
Tras casi cinco horas de reunión del Comité Ejecutivo del PSOE y otras tres de preparación de su rueda de prensa, el presidente del Gobierno dejó su cargo público a un lado y se presentó ante los periodistas como el líder de un partido en el que la traición de dos de sus principales colaboradores y amigos le habían dejado confuso y muy dolido. Pedro Sánchez no lo dijo de forma textual, pero el resumen de sus explicaciones y las respuestas a las pocas y endebles preguntas que le hicieron, es el siguiente: “no me quiero ir, y los que opinen lo contrario que me derroten”.
El 25 de abril de 2015 Pedro Sánchez celebraba el Día De la Rosa asistiendo a una exhibición de aizcolaris en compañía de Santos Cerdán y con Koldo García como estrella. El baracaldés le enseña al entonces secretario general del PSOE el filo del hacha. Ninguno de los tres podía imaginar que diez años más tarde el filo del hacha de la corrupción comenzaría a romper en pedazos al Gobierno y al partido.
| El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, celebra el acuerdo sobre Gibraltar con el comisario Maros Sefcovic, el ministro británico David Lammy y el ministro principal gibraltareño Fabian Picardo |
Hace 40 años y tras más de otros 25 de coqueteos España formaba su adhesión a la Europa que nos quitaba la verja política que había puesto al franquismo. Los europeos podían venir de vacaciones y llegaron en masa; podían comerciar con las empresas españolas pero políticamente el régimen de Francisco Franco seguía fuera de las normas democráticas que se impusieron por los vencedores tras la II Guerra Mundial. El 12 de junio de 1985 Felipe González firmaba en el Palacio Real, bajo la mirada del Rey Juan Carlos, el ingreso en el exclusivo club de la Europa de Mitterrand y Olof Palme.
Decir quién era José Enrique Serrano es tan fácil como imposible. El profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Complutense se convirtió con 35 años y durante otros cuarenta en un consejero indispensable para tres presidentes del Gobierno, para dos vicepresidentes, para varios ministros, para varios Secretarios Generales del PSOE y hasta para muchos adversarios políticos, que le respetaban por su característica esencial: la defensa del diálogo como norma de la democracia.
Si el presidente de Francia, el primer ministro de Reino Unidos, el primer ministro de Polonia, el primer ministro de Alemania….y el secretario general de la OTAN, el inefable, dúctil, independiente, objetivo y amigo histórico de España como es el holandés Mark Rutte, dicen que en menos de cinco años Rusia atacará a los países de la Unión Europea habrá que creerlos. Si nos mienten deberían dimitir de forma inmediata y marcharse por utilizar el miedo colectivo para intentar revitalizar las decadentes industrias de los principales países; si aciertan de poco valdrán las descomunales inversiones que significan los 500.000 millones de euros en Defensa a costa de rebajar de forma muy importante el llamado estado del bienestar. Si Vladimir Putin decide que la Rusia de hoy debe invadir a Occidente asistiremos a la destrucción total de esta parte del mundo. Será una guerra atómica con lanzamiento de cabezas nucleares por ambas partes. Ucrania es el chivo expiatorio de las malísimas decisiones que se tomaron hace once años.
Decir una cosa y hacer la contraria es una vieja costumbre de la política española. No la de los últimos 48 años, que no son pocos y los vivimos muy de cerca, con quedarnos en los comienzos del siglo XIX tenemos suficiente. La diferencia está en que las mentiras corren más deprisa y los dirigentes de los partidos cuentan con la gran máquina de intoxicación que son las redes sociales para difundir en cuestión de minutos una idea, una afirmación y su contraria.
Llevar al Rey a un combate de boxeo es otro disparate más de nuestra clase política, simbolizada por los líderes de los dos únicos partidos que pueden gobernar en España. La Conferencia de Presidentes de este viernes en Barcelona, 48 horas antes de la gran concentración en Madrid que ha convocado el PP, no servirá para nada, no resolverá ningún problema, no ayudará a la gobernabilidad en ninguna Comunidad Autónoma y volverá a colocar a Felipe VI ante la disyuntiva de cumplir con el papel de moderación entre las fuerzas políticas que le adjudica la Constitución.
Bajo la mirada del Rey, este viernes, seis de junio de 2025, comienza un duro y extenuante maratón cuya meta está en las urnas electorales de 2027. Serán 730 días de esfuerzos políticos en los que los dos grandes favoritos para ganar, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, no dejarán de empujarse en todas y cada una de las zonas por las que va a transcurrir, desde las embarradas cuestas judiciales a las necesarias zonas de avituallamiento que van a tener los participantes.
El presidente de Ucrania presenta la incursion en Rusia y la destrucción de aviones estratégicos a miles de kilómetros como una gran victoria, mientras los negociaciones en Estambul intentan firmar una paz casi imposible; y lo mismo ocurre en Palestina. Se instalan mas colonos en Cisjordania y se mantienen los bombardeos en Gaza y se acepta la paz que propone Trump. La muerte es mal comienzo y peor final. La próxima cumbre de la OTAN, que consagrará el aumento de la contribución financiera europea hasta los 500.000 millones de euros chocará con la realidad: ningún pais puede dedicar el 5% del PIB a Defensa sin recortes muy severos en otras áreas. Toda esa intrincada tela de araña la puso en funcionamiento USA hace cien años con la teoría de los anillos.
El presidente de Vox ve en la estrategia del Partido Popular de tensionar al máximo su oposición al Gobierno la peor de las noticias que puede recibir de cara a las próximas citas electorales. Pensó, tras la llegada a La Casa Blanca de Donald Trump y la Casa Rosada de Javier Milei que él podía trasladar a España ese fenómeno de auge en todo el mundo de la derecha más dura. La reacción de Núñez Feijóo y su equipo, con una agresividad hacia Pedro Sánchez y el PSOE que no deja de crecer, le están cerrando ese camino.
Sentarse en un palacio construido a la sombra de la Inquisición, y en el que durante más de trescientos años se tejieron y destejieron todo tipo de conspiraciones que incluían el asesinato como arma de escalar hasta el poder y luego mantenerlo, es como sentarse en una butaca de cine para ver una película de Wes Craven, Darío Argento o Guillermo del Toro. El último en descubrirlo ha sido Juan Manuel Moreno Bonilla, el hombre sin atributos, el antihéroe, el político que parece sacado de la novela inacabada de Robert Musil y que habita entre las dos destemplanzas que definen a Sevilla y Andalucía.
No se darán tregua. han decidido que la política en España se base en la destrrucción y no en el diálogo. No se miran como contrincantes en las urnas, se observan como enemigos detrás de sus respectivas trincheras. No se disparan con propuestas económicas y sociales, se lanzan bombas judiciales. No hablan los partidos, hablan los dirigentes, que tampoco tienen una única voz. La Democracia del disenso ha sustituido a la del consenso. Y no hay marcha atrás. Así hasta que se escuché la voz de las urnas. Debería ser otro el camino, pero ese ya no existe. El barro lo ha hecho impracticable.
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