www.cronicamadrid.com

Abascal

Asegura que no es un debate sobre la libertad religiosa, "como pretenden los cómplices de la invasión o los cobardes"

La historia se repite, los dos partidos que pactaron loa Transición del franquismo también se repartieron sus beneficios económicos. El 15M fue un duro toque de atención a los dos partidos que fueron definidos como “la misma mierda son”. De ahí nacieron, a derecha e izquierda, varios partidos nuevos que prometían luchar contra esa casta de políticos que se hacían ricos gracias al control de La Moncloa y el Congreso. Ahora no hay alternativa clara y el único partido que suma es Vox, así que Sánchez y Feijóo vuelven a la montaña rusa sin saber qué va a pasar en las próximas elecciones.

A los 23 años se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago de Compostela pero su pasión era el periodismo y la comunicación. Miguel Tellado se ha dedicado con pasión al deporte de la lucha libre política. Primero en su pueblo natal, Ferrol, luego en Galicia para llegar, hace unos meses al cargo más alto que existe dentro del Partido Popular por debajo de la presidencia, la Secretaria General.

El servicio realizará paradas intermedias desde este viernes cerca de las estaciones de Parque de las Avenidas, Cartagena, Avenida de América, Gregorio Marañón y Alonso Cano

Ni el Partido Popular y sus dirigentes son franquistas, ni lo son los de Vox. El franquismo murió con Franco y lo hizo muy deprisa, casi sin darnos cuenta. De igual forma, las herencias de la II República y la oposición a la Dictadura durante los 36 años que duró no tienen nada que ver con las izquierdas republicanas de este primer cuarto del siglo XXI. Núñez Feijóo nunca podría ser Carrero Blanco, de igual forma que Santiago Abascal no podría ser José Antonio Girón y ni siquiera Blas Piñar. Tampoco puede ser Largo Caballero o Indalecio Prieto el presidente Sánchez, como no puede ser José Díaz o Santiago Carrillo el doblemente defenestrado Pablo Iglesias. Las comparaciones son tan obscenas como falsos los argumentos que se invocan en la actual guerra política. Hay varias derechas y varias izquierdas, de la misma forma que las hubo entre 1931 y 1939, pero ninguna de las de hoy tiene nada que ver con aquellas.

Cambian los titulares y sus protagonistas pero no los formatos que utilizan los partidos españoles y sus dirigentes, la inmensa mayoría convertidos en ágrafos tecnológicos, incapaces de entender y aún menos utilizar las auténticas armas de destrucción masiva. Aparecen los curriculum falsos y se mantienen las corrupciones; aparecen Noelia y Cristobal y se mantienen Begoña y Santos. Los jueces siguen en el centro de las batallas. Y todo es diferente desde hace más de diez años. La mejor referencia está en Estados Unidos y las dos victorias de Donald Trump, bien acompañado en la última de ellas por las mayores fortunas tecnológicas del planeta Tierra. Aquí asistimos a las peleas a garrotazos mientras que tanto en USA como en China se construyen gigantescos almacenes de datos con detallados perfiles de miles de personas, las mismas a las que se lanzarán los drones invisibles del pensamiento inductivo.

Aunque mantiene al PSOE como primera fuerza, se sitúa solo medio punto por encima del PP. No obstante, la mayor subida la experimenta Vox con 5.7 puntos más que en el mes anterior

La alcaldesa de Pozuelo critica la falta de información por parte del Gobierno, al que acusa de "colaborar con las mafias"

Nada fué nuevo en el Hemiciclo del Congreso. Por la mañana de este miércoles, 9 de julio, se iba a hablar de corrupción y todos lo hicieron. El guión las palabras, los adjetivos más duros, todo ya estaba dicho y escrito en los medios de comunicación desde hace semanas. Más de lo mismo en boca de los mismos. No existen otros temas, ni otras ambiciones. Cuchillos corvos en cada frase con los que intentar matar al adversario.

El presidente del Gobierno y el presidente del Partido Popular saben que la gran batalla de las elecciones generales ( sea cuando se ala cita con las urnas) será la última que les enfrente. Si Pedro Sánchez logra lo que hoy parece un imposible, mantenerse al frente del futuro Gobierno, Alberto Núñez Feijóo tendrá que dejar su puesto de lider de la derecha a otra persona. Y si es él que logra al fín llegar a La Moncloa, el actual inquilino tendrá que dar por terminada su vida política. Ni el socialista, ni el popular tendrán nuevas oportunidades.

Se mantienen en ella Mario Conde, Paz Vega, César Vidal y José Luis Moreno, mientras Reyal Urbis continúa como la empresa más morosa

Pone en duda la limpieza de las elecciones generales tras el presunto amaño de las primarias de 2014 y pide a Sánchez que no sea candidato

Tras casi cinco horas de reunión del Comité Ejecutivo del PSOE y otras tres de preparación de su rueda de prensa, el presidente del Gobierno dejó su cargo público a un lado y se presentó ante los periodistas como el líder de un partido en el que la traición de dos de sus principales colaboradores y amigos le habían dejado confuso y muy dolido. Pedro Sánchez no lo dijo de forma textual, pero el resumen de sus explicaciones y las respuestas a las pocas y endebles preguntas que le hicieron, es el siguiente: “no me quiero ir, y los que opinen lo contrario que me derroten”.

La tercera plaza vuelve a ser para Vox, con una estimación de voto del 13,2%, mientras que Sumar se recupera y anota un 7%

Bajo la mirada del Rey, este viernes, seis de junio de 2025, comienza un duro y extenuante maratón cuya meta está en las urnas electorales de 2027. Serán 730 días de esfuerzos políticos en los que los dos grandes favoritos para ganar, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, no dejarán de empujarse en todas y cada una de las zonas por las que va a transcurrir, desde las embarradas cuestas judiciales a las necesarias zonas de avituallamiento que van a tener los participantes.

Sentarse en un palacio construido a la sombra de la Inquisición, y en el que durante más de trescientos años se tejieron y destejieron todo tipo de conspiraciones que incluían el asesinato como arma de escalar hasta el poder y luego mantenerlo, es como sentarse en una butaca de cine para ver una película de Wes Craven, Darío Argento o Guillermo del Toro. El último en descubrirlo ha sido Juan Manuel Moreno Bonilla, el hombre sin atributos, el antihéroe, el político que parece sacado de la novela inacabada de Robert Musil y que habita entre las dos destemplanzas que definen a Sevilla y Andalucía.

Adelantar el Congreso Nacional del Partido Popular obedece a la necesidad que tiene Alberto Núñez Feijóo de trasladar a sus dirigentes, militantes y votantes que está al mando, que toma decisiones y que es capaz de integrar en su equipo personal a los dos grandes vencedores con quien cuenta para ir a las urnas. No le basta con que sean los presidentes autonómicos de Madrid y Andalucía, necesita que les vean como los dos líderes que aceptan su jefatura y que aportan dos victorias por mayoría absoluta, en las dos autonomías claves para la derecha, que son Madrid y Andalucía. Sin la plena incorporación de Isabel Díaz Ayuso y de Juanma Moreno, el nuevo proyecto saldrá sin fuerzas y con muchas dudas sobre su capacidad para echar del poder al PSOE de Pedro Sánchez, por más datos que lancen las encuestas privadas y por más miedo que se tenga a la subida de Santiago Abascal y de Vox.

El actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, dejó muy atrás su paso por el Gobierno central como ministro de Sanidad durante la pandemia y, con habilidad, se ha convertido en la mejor apuesta de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder con el apoyo de los socios nacionalistas. En ese mundo, el lider de Junts, desde su autoexilio en Bélgica, sigue proponiendo imposibles, por la propia legislación Europea, y que le sirven para no perder su posición de privilegio. Carles Puigdemont, políticamente, es menos de lo que le gustaríaa y más de lo que se merece. Mirar su pasado es descubrir sus fortalezas y sus deblidades.

Delito que supuestamente habría cometido durante su etapa en la Secretaría General de Presidencia, cuando se acordó el nombramiento de Cristina Álvarez, la asesora de la esposa del presidente del Gobierno

El ministro Cuerpo lamenta el rechazo del PP, pero insiste en tender la mano para futuras ayudas por los aranceles
  • 1

Ambos han pedido la dimisión del jefe del Ejecutivo y elecciones pero Vox lleva meses exigiendo al PP que registre una moción de censura

Fueron 202 los escaños que consiguió el PSOE de Felipe González el 28 de octubre de 1982. Han pasado 43 años y los socialistas de Pedro Sánchez siguen en el centro de los escándalos, con una estrategia por parte de la derecha política, que dice y hace todo lo que puede siguiendo el llamamiento de José María Aznar; y una derecha judicial que existe y no dice pero hace a través de los distintos sumarios que siguen abiertos. Los que imlican a dirigentes y ex dirigentes del PSOE son de largo recorrido y pasarán años antes de que puedan llegar a juicio y tener una sentencia; los que afectan al PP aparecerán para ser contados de nuevo en las vistas orales en un par de meses. Si los dos grandes partidos se empeñan en mantener las guerra de destrucción los ciudadanos presenciarán el peor de todos los espectáculos políticos de nuestra democracia: el lanzamiento desde los dos lados de la trinchera ideológica de misiles con una palabra en su costado: corrupción.

Viene a galope el nuevo curso político y el inconfundible olor electoral se extiende por toda España. Si el presidente del Gobierno se encierra con su trío de confianza (Zapatero, Illa y Marlaska) en La Mareta para decidir entre convocatorias, procesos judiciales, falsos currículos, y posiciones internacionales entre Washington y Pekín, que afectan de forma directa a grandes empresas multinacionales con los posibles gravámenes a nuestros productos; su máximo rival -mientras mira de reojo al Vox de Abascal - que es Feijóo se ha empeñado en mantener la estrategia de guerra total sin propuestas para el futuro, con su Secretario general cumpliendo con creces su papel de bombardero atómico.

Dice que no saben cuántos migrantes son: "Cuando lleguemos al gobierno lo sabremos. Y se irán todos. Y los primeros en celebrarlo junto a los españoles serán los inmigrantes legales"

Ni el Partido Popular y sus dirigentes son franquistas, ni lo son los de Vox. El franquismo murió con Franco y lo hizo muy deprisa, casi sin darnos cuenta. De igual forma, las herencias de la II República y la oposición a la Dictadura durante los 36 años que duró no tienen nada que ver con las izquierdas republicanos de este primer cuarto del siglo XXI. Núñez Feijóo nunca podría ser Carrera Blanco, de igual forma que Santiago Abascal no podría ser José Antonio Girón y ni siquiera Blas Piñar. Tampoco puede ser Largo Caballero o Indalecio Prieto el presidente Sánchez, como no puede ser José Díaz o Santiago Carrillo el doblemente defenestrado Pablo Iglesias. Las comparaciones son tan obscenas como falsos los argumentos que se inviocan en la actual guerra política. Hay varias derechas y varias izquierdas, de la misma forma que las hubo entre 1931 y 1939, pero ninguna de las de hoy tiene nada que ver con aquellas.

El líder de Vox dice que son "numerosas" las informaciones nacionales e internacionales que dicen que el episodio se produjo por "experimentos" que el Gobierno estaba realizando con las energías renovables

Los populares no han asistido a la conferencia sectorial de Infancia, salvo Ceuta, por lo que ha quedado suspendida. Rego critica el "enésimo bloqueo" del PP y le acusa de tener una "posición racista"

El presidente del Gobierno y su “Comité de Salud Pública” sigue ofreciendo cabezas a la guillotina sin tener en cuenta que la afilada hoja sirvió para cortarle la cabeza al mismísimo Robespierre. Una vez que se instala en la plaza pública para deleite de los ciudadanos se convierte en un Moloch sediento de sangre. Para no viajar tan lejos y mientras la vieja Europa se inclina con reverencia ante uno de los sucesores de aquella Revolución que se trasladó al llamado Nuevo Mundo, podemos quedarnos en el último tercio del siglo XX cuando los sueños de los pobres de la Tierra eran aplastados por la gerontocracia del que presumía de ser la interpretación realista del marxismo teórico de dos burgueses alemanes.

El presidente de Vox ve en la estrategia del Partido Popular de tensionar al máximo su oposición al Gobierno la peor de las noticias que puede recibir de cara a las próximas citas electorales. Pensó, tras la llegada a La Casa Blanca de Donald Trump y la Casa Rosada de Javier Milei que él podía trasladar a España ese fenómeno de auge en todo el mundo de la derecha más dura. La reacción de Núñez Feijóo y su equipo, con una agresividad hacia Pedro Sánchez y el PSOE que no deja de crecer, le están cerrando ese camino.

El portavoz de Vox en el Ayuntamiento fue parte del primer núcleo, pero ha ido perdiendo influencia y peso. De hecho, fue degradado de vicepresidente en la última Asamblea Extraordinaria de 2024, aunque permanece en la Ejecutiva como vocal

¿Conseguiría hoy el PSOE los 7.821.718 votos y los 121 escaños que logró el 23 de julio de 2023?. Lo más probable es que no y que serían menos. ¿Cuántos menos?: si hacemos caso a los datos del CIS no sólo serían menos, serían más, en contra de todas las demás encuestas y sondeos electorales y del desgaste de los escándalos de presunta corrupción que le está afectando al socialismo día tras día. Lo más lógico es que se impusiera el hartazgo entre los votantes del PSOE de hace tres años y que decidieran votar a otras opciones o que se abstuvieran, con lo que las matemáticas electorales de la Ley D´Hont saltarían por los aires, sin poder precisar los efectos que una menor participación en las urnas, muy probablemente por parte de los votantes de izquierdas, tendría en el número de escaños. ¿Un cambio de candidato cambiaría la tendencia de voto?. Es imposible asegurarlo en uno u otro sentido pero lo más probable es que se produjera un hundimiento de las siglas a nivel nacional, sobre todo en aquellas Autonomías donde gobierna el PP, con la notable excepción de la Comunidad Valenciana donde la presencia de Carlos Mazón es uno de los grandes déficits del Partido Popular.

Sostiene que la "amistad personal" entre Gómez y Álvarez "previa" al nombramiento "podría suponer una desviación de recursos públicos"

Llevar al Rey a un combate de boxeo es otro disparate más de nuestra clase política, simbolizada por los líderes de los dos únicos partidos que pueden gobernar en España. La Conferencia de Presidentes de este viernes en Barcelona, 48 horas antes de la gran concentración en Madrid que ha convocado el PP, no servirá para nada, no resolverá ningún problema, no ayudará a la gobernabilidad en ninguna Comunidad Autónoma y volverá a colocar a Felipe VI ante la disyuntiva de cumplir con el papel de moderación entre las fuerzas políticas que le adjudica la Constitución.

Asegura que no ha dicho ninguna falsedad ni bulo y rechaza la exigencia del PP para que se disculpe

El presidente del Partido Popular quiere actualizar el programa electoral con el que se presentará en las próximas citas con las urnas, tanto a nivel nacional como autonómico y municipal. Quiere que los votantes que logró su partido en 2023 se mantengan con una renovada confianza y que una parte - pequeña o grande - de los que lo hicieron a Vox, al PSOE o decidieron abstenerse se inclinen por las siglas de esa derecha moderada y liberal que desea encarnar en su persona. Eso dijo al llegar desde Galicia pero no es lo que ha hecho durante los últimos meses.

No se darán tregua. han decidido que la política en España se base en la destrrucción y no en el diálogo. No se miran como contrincantes en las urnas, se observan como enemigos detrás de sus respectivas trincheras. No se disparan con propuestas económicas y sociales, se lanzan bombas judiciales. No hablan los partidos, hablan los dirigentes, que tampoco tienen una única voz. La Democracia del disenso ha sustituido a la del consenso. Y no hay marcha atrás. Así hasta que se escuché la voz de las urnas. Debería ser otro el camino, pero ese ya no existe. El barro lo ha hecho impracticable.

El expresidente del Gobierno y ex Secretario General del PSOE se ha convertido en el infiltrado de mayor rango que el Partido Popular tiene dentro de las filas socialistas. En El Hormiguero de Pablo Motos reproduce de forma exacta lo que ocurre en ese hormiguero gigante en el que se ha convertido el PSOE. Felipe González no se reconoce como militante y mucho menos como dirigente jubilado del partido al que cambió, de forma radical y con corte de cabezas incluido, en los lejanos años setenta y ochenta del siglo pasado. Su objetivo directo es animar a los actuales líderes del socialismo a que se levanten en armas contra Pedro Sánchez, en su doble condición de presidente del Gobierno y de Secretario General, por representa el mayor mal que puede sufrir España en estos momentos.

La suma de PP y Vox alcanza el 43%, cinco puntos por encima de los partidos del Gobierno de coalición

Ni quieren cambiar, ni les dejan cambiar, ni sabrían hacer otra cosa. El presidente del Gobierno y el presidente del Partido Popular están empeñados en alejarse de las preocupaciones reales de los españoles cada vez que se suben a la tribuna del Congreso. Cualquier motivo es bueno para que Núñez Feijóo se harte a pedir dimisiones ministeriales, le da igual que sea por el apagón universal, por el evidente sabotaje a los trenes o lo que llama “entreguismo” del Gobierno a los bárbaros indpendentistas y a los más bárbaros representantes de la otra izquierda. La derecha con sentido del estado ni está, ni se la espera. A fuerza de tener miedo a su derecha, la dirección del PP ha adelantado a Santiago Abascal y a Vox llendo tan lejos por ese extremo del arco político, que se está volviendo irreconocible.

Le cita el 14 de mayo por la presunta malversación cometida durante su etapa como secretario general de Presidencia