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socialismo

29/05/2025@12:24:07
Sentarse en un palacio construido a la sombra de la Inquisición, y en el que durante más de trescientos años se tejieron y destejieron todo tipo de conspiraciones que incluían el asesinato como arma de escalar hasta el poder y luego mantenerlo, es como sentarse en una butaca de cine para ver una película de Wes Craven, Darío Argento o Guillermo del Toro. El último en descubrirlo ha sido Juan Manuel Moreno Bonilla, el hombre sin atributos, el antihéroe, el político que parece sacado de la novela inacabada de Robert Musil y que habita entre las dos destemplanzas que definen a Sevilla y Andalucía.

Primero juntos y luego por separado, tanto el que fuera Secretario General del PSOE y presidente del Gobierno como el que fuera su segundo para todo, hasta que el Felipe González mató políticamente a Alfonso Guerra para cambiar de forma definitiva al socialismo español, no dudaron en acabar de forma metódica e implacable con cualquier mínima e insignificante disidencia interna. Lo pueden atestiguar desde Joan Raventos a Nicolás Redondo y desde Pablo Castellano a Joaquín Leguina, pasando por Rafael Escudero y hasta José Bono, por no hacer más larga la lista. Sus grandes adversarios no fueron ni Manuel Fraga, ni Santiago Carrillo, ni Adolfo Suárez, al que llamaron de forma reiterada “tahúr del Mississippi” en el Hemiciclo del Congreso. Rompieron en pedazos, junto al resto del “Clan de la tortilla” sevillano, al PSOE que intentaba regresar del exilio para hacerse con el poder interno y sentar las bases de catorce años de poder en España.

Entre los firmantes se encuentra el ex secretario general del PSOE-M Tomás Gómez

Tras casi cinco horas de reunión del Comité Ejecutivo del PSOE y otras tres de preparación de su rueda de prensa, el presidente del Gobierno dejó su cargo público a un lado y se presentó ante los periodistas como el líder de un partido en el que la traición de dos de sus principales colaboradores y amigos le habían dejado confuso y muy dolido. Pedro Sánchez no lo dijo de forma textual, pero el resumen de sus explicaciones y las respuestas a las pocas y endebles preguntas que le hicieron, es el siguiente: “no me quiero ir, y los que opinen lo contrario que me derroten”.

El expresidente del Gobierno y ex Secretario General del PSOE se ha convertido en el infiltrado de mayor rango que el Partido Popular tiene dentro de las filas socialistas. En El Hormiguero de Pablo Motos reproduce de forma exacta lo que ocurre en ese hormiguero gigante en el que se ha convertido el PSOE. Felipe González no se reconoce como militante y mucho menos como dirigente jubilado del partido al que cambió, de forma radical y con corte de cabezas incluido, en los lejanos años setenta y ochenta del siglo pasado. Su objetivo directo es animar a los actuales líderes del socialismo a que se levanten en armas contra Pedro Sánchez, en su doble condición de presidente del Gobierno y de Secretario General, por representa el mayor mal que puede sufrir España en estos momentos.

El actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, dejó muy atrás su paso por el Gobierno central como ministro de Sanidad durante la pandemia y, con habilidad, se ha convertido en la mejor apuesta de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder con el apoyo de los socios nacionalistas. En ese mundo, el lider de Junts, desde su autoexilio en Bélgica, sigue proponiendo imposibles, por la propia legislación Europea, y que le sirven para no perder su posición de privilegio. Carles Puigdemont, políticamente, es menos de lo que le gustaríaa y más de lo que se merece. Mirar su pasado es descubrir sus fortalezas y sus deblidades.

La izquierda marxista, ecológica y feminista que intentó sustituir al PSOE como referencia de la España del progreso frente a la derecha conservadora y reaccionaria ha fracasado. Esa es la realidad, por más vueltas que intenten darle los representantes de los veinte partidos, movimientos, agrupaciones electorales, nombres regionales y provinciales y un largo etcétera, que deja lo que quiso ser Podemos y luego Unidas Podemos en un cementerio de cadáveres, tanto personales como ideológicos.

El Comité Regional se celebrará del 1 y 2 de febrero en el campus de Leganés de la Universidad Carlos III de Madrid

El fin de semana del dos de febrero de 2025 para el socialismo español aparecerá como una fecha a recordar en su historia. Su Secretario General y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conseguía colocar dos nuevos pilares en el futuro del PSOE y en el suyo propio. Uno muy especial, el de la Comunidad Autónoma de Madrid, en la que su ministro de Transformación y de la Función Pública Digital desde septiembre de 2024, jefe de Gabinete de Presidencia entre2021 y 2024 , presidente de Paradores entre 2028 y 2021, portavoz del grupo socialista en el Senado de 2015 a 2016, Secretario de Organización del PSOE de 2012 a 2014, Secretario general del PSOE de Castilla y León de 2008 a 2012, diputado en el Congreso de 2004 a 2011 y, por unos meses, en 2003, senador en dos periodos: de 2011 a 201 y de 2014 a 2018, procurador en las Cortes de Castilla y León entre 2011 y 2014, y uno de los tres hombres de confianza del que fuera número dos del PSOE, José Blanco, durante la etapa de José Luís Rodríguez Zapatero, junto a Antonio Hernando y el hoy máximo lider, Pedro Sánchez, se convertía en el responsable del PSOE en la siempre díscola y turbulenta Comunidad madrileña.

En el 15 Congreso del PSOE-M le arroparán Zapatero, Illa, Sánchez, Santos Cerdán, tres ministros, la alcaldesa de París y los sindicatos

El presidente del PNV quiere dejar resuelto el problema de su sucesión antes de la Asamblea general del partido, que se celebrará a finales de marzo. Su candidato es el portavoz en Madrid, Aitor Esteban, quien ya ha dicho que para él “sería un honor presidir el partido” en el que milita desde siempre. Si Andoni Ortuzar consigue su objetivo, que es impedir que el ex-lendakari Iñigo Urkullu ocupe su cargo, lo anunciará en los tres próximos días. Tiene todo a su favor pero si ve las dificultades puede que de marcha atrás y se vuelva a presentar.


La vicepresidenta segunda del Gobierno y creadora del concepto político llamado Sumar, que no ha sido otra cosa desde que nació como plataforma en la que se integrara toda la izquierda alternativa al socialismo de Pedro Sánchez, se dispone a realizar una última pirueta para mantenerse como rostro electoral de cara a futuras citas con las urnas. Yolanda Díaz está dispuesta a que los futuros órganos del partido “movimento Sumar” se dirijan con otros nombres, siempre con el de Urtasun como como protector de sus ambiciones.

La molestia en el zapato de Núñez Feijóo es evidente. El presidente de la Generalitat es un estorbo para la estrategia del jefe de la oposición. Carlos Mazón lleva cien días equivocándose y no rectifica. No estuvo dónde se le necesitaba, no reaccionó a tiempo, contó mentiras y las sigue manteniendo, escogió a un teniente general con una carrera militar impecable para que le sirviera de escudo ante su evidente ineficacia en la urgente reactivación de las medidas de ayuda a los miles de damnificados, eleva los sueltos de todo el Gobierno y se marcha de excursión al campo mientras quiere seguir aprobando planes urbanísticos en zonas inundables. Todo un record de ineptitud mientras decenas de miles de valencianos se manifiestan exigiendo su dimisión. Y no van a parar, han perdido todo y tan sólo les quedan sus voces.

Si Joe Biden, en su larga despedida del poder mundial que se ejerce desde La Casa Blanca, ha aprobado que el presidente ucraniana, Volodomir Zelensky pueda lanzar misiles de largo alcance y el uso de minas personales para sembrar el suelo de su país, en España un sólo hombre, al que se le concedió un “visado de libre tránsito” por las estructuras del Estado, haya sembrado de minas el 41 Congreso Federal del PSOE. Victor de Aldama, a una semana del inicio del gran cónclave, con su testimonio en la Audiencia Nacional, ha abierto el portón del miedo en el partido. Este viernes y sábado, Pero Sánchez está obligado a conseguir una mayoría clara y contundente entre sus compañeros en apoyo a su gestión. Y éstos, con todas las dudas que tengan en su cabeza, a proporcionársela.

La inesperada dimisión de la presidencia de CaixaBank por parte de José Ignacio Goirigolzarri, cuando podía esperar unos meses hasta que se cumpliera el periodo de cuatro años que se dió tras la absorción de Bankia por la entidad catalana, y que podían largarse otros cuatro años más, envía un mensaje claro a los otros dos presidentes que ejercen funciones ejecutivas en el banco Santander, Ana Botín, y en el BBVA, Carlos Torres, que se resisten a seguir las indicaciones del Banco Central Europeo y dejar las funciones ejecutivas en manos de los consejeros delegados. Una opción más fácil de cumplir en el BBV que en el Santander por la tradición de la familia Botín al frente de la entidad cántabra, tras tres generaciones de máxima responsabilidad y con un claro éxito, ya que en los últimos durante años ha pasado de ser la séptima entidad del sistema financiero español a la primera, tras ir sumando bancos en sub trayectoria, desde el Central Hispano al Popular pasando por Banesto.

Tiene que esperar al Congreso Federal de noviembre pero Juan Lobato ya sabe que tendrá rivales para, en las siguientes semanas, luchar por mantenerse la frente del PSOE madrileño. A un seguro rival ya lo conoce y le venció, el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala. Los otros dos pueden y casi seguro serán la concejala Emma López y el Delegado gubernativo, Francisco Martín Aguirre; con la ex ministra Reyes Maroto, hoy portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, de comodín para casi todo.

Un ictus le mató hace cinco años. Antes Alfredo Pérez Rubalcaba había sido todo lo que se puede ser en política salvo presiente del Gobierno, que lo intentó en las elecciones de 2011 frente a Mariano Rajoy. Perdió pero siguió como Secretario General del PSOE durante otros cuatro años. Después dimitió de la política activa y regresó a la Universidad a dar clases de química.

Con la espada de Damocles sobre su cabeza, o lo que es lo mismo con el runrún sobre un posible cambio de liderazgo en el socialismo madrileño, Lobato no solo rechaza abandonar la secretaria general del PSOE-M, si no que plantea una y otra vez que su proyecto político para Madrid es el más nitidamente de izquierdas, algo que el alcalde de Fuenlabrada, un posible aspirante a sustituirle, ha cuestionado en más de una ocasión

El siete de agosto de 1974, a las 7,15 de la mañana, el equilibrista, funambulista, mimo y mago francés Philippe Petit comenzó a caminar sobre un cable de acero de 200 kilos que unía los 417 metros que separaban las dos Torres Gemelas de Nueva York. Tardaría una hora en hacerlo, tiempo que empleó para saltar y tumbarse sobre ese cable y hacer bromas con la policía neoyorquina que le esperaba a ambos lados. Se entregó, le detuvieron, le absolvieron y le convirtieron en un héroe. Nadie ha vuelto a hacer nada parecido. Hasta ahora y no en ningún cable colocado a 417 metros de altitud. Cambiado Manhattan por Madrid y la locura física por la política, Pedro Sánchez ya es el mayor equilibrista, funambulista, mimo y mago de la historia de nuestra democracia y puede que sea un auténtico récord mundial.

Los dirigentes del Partido Popular se siguen equivocando en su estrategia política contra Pedro Sánchez. Errores sucesivos que terminan llevando a la mitad de los españoles que votan al desencanto y la abulia, por más oportunas encuestas electorales que les pongan delante de los ojos. No hay cita con las urnas en el horizonte, y hacer y publicar sondeos de opinión, y hasta atribución de escaños, es un ejercicio de autocomplacencia que en nada ayuda en la toma de decisiones.

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¿Conseguiría hoy el PSOE los 7.821.718 votos y los 121 escaños que logró el 23 de julio de 2023?. Lo más probable es que no y que serían menos. ¿Cuántos menos?: si hacemos caso a los datos del CIS no sólo serían menos, serían más, en contra de todas las demás encuestas y sondeos electorales y del desgaste de los escándalos de presunta corrupción que le está afectando al socialismo día tras día. Lo más lógico es que se impusiera el hartazgo entre los votantes del PSOE de hace tres años y que decidieran votar a otras opciones o que se abstuvieran, con lo que las matemáticas electorales de la Ley D´Hont saltarían por los aires, sin poder precisar los efectos que una menor participación en las urnas, muy probablemente por parte de los votantes de izquierdas, tendría en el número de escaños. ¿Un cambio de candidato cambiaría la tendencia de voto?. Es imposible asegurarlo en uno u otro sentido pero lo más probable es que se produjera un hundimiento de las siglas a nivel nacional, sobre todo en aquellas Autonomías donde gobierna el PP, con la notable excepción de la Comunidad Valenciana donde la presencia de Carlos Mazón es uno de los grandes déficits del Partido Popular.

El 25 de abril de 2015 Pedro Sánchez celebraba el Día De la Rosa asistiendo a una exhibición de aizcolaris en compañía de Santos Cerdán y con Koldo García como estrella. El baracaldés le enseña al entonces secretario general del PSOE el filo del hacha. Ninguno de los tres podía imaginar que diez años más tarde el filo del hacha de la corrupción comenzaría a romper en pedazos al Gobierno y al partido.

Si el presidente de Francia, el primer ministro de Reino Unidos, el primer ministro de Polonia, el primer ministro de Alemania….y el secretario general de la OTAN, el inefable, dúctil, independiente, objetivo y amigo histórico de España como es el holandés Mark Rutte, dicen que en menos de cinco años Rusia atacará a los países de la Unión Europea habrá que creerlos. Si nos mienten deberían dimitir de forma inmediata y marcharse por utilizar el miedo colectivo para intentar revitalizar las decadentes industrias de los principales países; si aciertan de poco valdrán las descomunales inversiones que significan los 500.000 millones de euros en Defensa a costa de rebajar de forma muy importante el llamado estado del bienestar. Si Vladimir Putin decide que la Rusia de hoy debe invadir a Occidente asistiremos a la destrucción total de esta parte del mundo. Será una guerra atómica con lanzamiento de cabezas nucleares por ambas partes. Ucrania es el chivo expiatorio de las malísimas decisiones que se tomaron hace once años.

Dentro de dos años habrá elección autonómica en la Comunidad de Madrid y el candidato del PSOE, Oscar López, comprobará que sufre de una maldición electoral, que le persigue desde el lejano mayo de 2011, cuando quiso llegar a la presidencia de Castilla y León, y el candidato del PP, Juan Vicente Herrera, le derrotó en las urnas. Era capaz de ganar en el interior del partido pero no frente a los adversarios exteriores. Pelear contra Isabel Díaz Ayuso para los comicios de mayo de 2027 es su último compromiso obligado, tras dejar el palacio de La Moncloa y su puesto de Jefe de Gabinete de Pedro Sánchez.

En Santiago de Compostela se instaló el botafumeiro para lograr que en la catedral se oliese a incienso en lugar de a sudor de peregrino. Con la elección del nuevo Papa ha ocurrido lo mismo: toneladas de incienso en el botafumeiro mundial para ocultar que nada ha cambiado. Lo que pase a partir de este viernes, ocho de mayo de 2025, será tan misterioso como las advocaciones al Espíritu Santo para que los cardenales que pueden votar en el Cónclave al que va a dirigir - o al menos intentarlo - las actuaciones de la Iglesia católica durante los próximos años.

No es nada nuevo que Isabel Díaz Ayuso es la enemiga pública número uno declarada de Pedro Sánchez. Su enemistad no ha hecho más que crecer a lo largo de los años hasta convertirse en una auténtica batalla campal, intensificada con la llegada del exjefe de Gabinete de Presidencia de Moncloa a la secretaría general del socialismo madrileño. Guerra en la que se mantiene un tira y afloja con la cifra de fallecidos en residencias madrileñas durante la pandemia y que parece haber alcanzado un punto de inflexión con el documental '7.291' emitido por RTVE, que Ayuso ha intentado contrarestar con otro sobre su gestión durante el Covid y duras acusaciones a Sánchez. El último episodio de esta guerra sin cuartel ha sido el anuncio de una querella por parte de la Comunidad de Madrid contra Reyes Maroto, la portavoz socialista en el Ayuntamiento capitalino se refirió a "asesinatos" al hablar de los fallecios, y la petición de amparo a la justicia que realizará la presidenta madrileña.

La escenificación fue perfecta. Yolanda Díaz, en su papel de vicepresidenta segunda del Gobierno y “poli buena” en su defensa del salario mínimo, aseguró que no se había enterado de la propuesta fiscal de María Jesús Montero, vicepresidenta primera del mismo Gobierno y “poli mala” al querer que los que perciban el SMI tengan que tributar a Hacienda dentro del IRPF. Dos millones y medio de personas en toda España a los que la subida, si tienen que trasladarla a sus impuestos apenas les proporcionará entre cien y trescientos euros más al año. En términos nacionales, la representada pelea entre la número dos y la número tres del Gobierno, se mueve en una media de 500 millones más de gasto para el Estado. Doscientos cincuenta por debajo, setecientos cincuenta por arriba, una minucia para un techo de gasto en este año se 195.353 millones de euros. En lenguaje de la calle, una mierda.

El “ómnibus” que atascó durante unos días la aprobación de las medidas sociales del Gobierno sigue su camino, con alguna vagón suelto que se ha quedado en el camino, pero con la estructura principal sin tocar. El presidente del Gobierno ha ganado mientras que el presidente del PP ha perdido. Sánchez dijo que no lo cambiaría, ni se sometería a una moción de confianza y ha logrado ambas cosas tras volver a pactar con Carles Puigdemont, la enésima vez y que no será la última. El fugado a Waterloo es una especie de vicepresidente en la sombra al cual se le consulta antes de que salga decreto alguno del Consejo de Ministros. Por el contrario, Alberto Núñez Feijóo ha tenido que aceptar la situación por miedo a enfrentarse a los colectivos más débiles, pensionistas, jubilados y ayudas a Valencia por la Dana, tal y como le pedían algunos de sus barones territoriales, con el andaluz Juanma Moreno en cabeza.

La presidenta madrileña pregunta a la formación de Abascal que si lo que busca es "una pinza obrera como el lepenismo" en Francia y ha criticado que vayan "diciendo lo que cada uno quiere oir"

La iniciativa del presidente del Gobierno y Secretario general del PSOE de resucitar la memoria del franquismo, en lugar de la memoria democrática que comenzó a instalarse apenas 48 horas más tarde, ya ha colocado al hijo del principal responsable del regreso de la Democracia en tiempo récord, en una delicada situación institucional. Si Felipe VI acude el próximo día ocho al primero de esos actos, estará apoyando la iniciativa de la izquierda; si nova se presentará su figura en sentido contrario. Una crisis entre el papel de la Monarquía y de la presidencia del Gobierno, que no debería haberse puesto en marcha de la forma en la que se ha hecho.

Al presidente del Gobierno no le queda más remedio que mantenerse en pié, culpar de todos los males que padece a la malvada derecha que encabeza Alberto Núñez Feijóo, echarse políticamente más a la izquierda para mantener los apoyos que necesita, lanzar el señuelo de una empresa pública de vivienda dispuesta a edificar todas las que hagan falta, y afirmar que piensa mantenerse como candidato del PSOE para las futuras elecciones generales de 2027. Ese horizonte es su meta, y no debería ser la de la oposición. La vida política española no puede encajarse dentro del estrecho desfiladero de las mentiras. En esa especie de Termópilas, Pedro se siente como Leónidas y deja a Feijóo el papel de derrotado persa. La historia real no es la mitificada narración que hicieron los macedonios y los griegos, y que ha servido de guión para decenas de películas, pero en estos inicios de la apabullante realidad de la Inteligencia Artificial, lo real tiende a desaparecer devorado por las fantasías y las mentiras.

El secretario general de los socialistas madrileños sabía desde hace meses que tanto desde el fortín de La Moncloa, con Felix Bolaños y Oscar Lopez como ejecutores, como desde la torre de la sede central del PSOE, con Santos Cerdan como máximo estratega de la operación, habían decidido quitarle de su cargo. En octubre decidió que, una vez muerto nadie acudiría a su entierro, y lo mejor que podía hacer era salir al campo de batalla, con las espaldas jurídicas bien cubiertas

Los describió en 1940 el irlandes Samuel Beckett cuando tenía 36 años y escribía en francés. Los dos vagabundos esperan cada día y durante dos horas la llegada de un invisible redentor que, también cada día, les envía el mismo mensaje: “ hoy no iré, mañana sí”. Los Vladimir y Estragón de Beckett son nuestros Sánchez y Feijóo de hoy. El rostro del moderno Godot es el de Donald Trump, convertido en el más esperado y temido de los presidentes norteamericanos de los últimos años. Tanto el presidente del Gobierno como el líder de la oposición esperaban una victoria de Kamala Harris y confiaban en los milagros. Presos de la misma ansiedad con la que Santiago Abascal esperaba la victoria del ya ganador de las elecciones norteamericanas, convertido para sus rivales en el cruel Pozzo de ese teatro del absurdo que representan cada día nuestros líderes políticos.

La táctica del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE - inseparables ambas caras de la moneda socialista -frente al lider de la oposición y presidente del PP es tan vieja como la humanidad misma. Se centra en el “divide y vencerás” al enemigo. Si lo consigues, claro. Pedro Sánchez ya ha decidido dar un paso más en esa dirección y coloca a Isabel Díaz Ayuso como la “jefa” de su jefe, que es Alberto Núñez Feijóo. Se siente más cómodo atacando a la presidenta madrileña desde el exterior del Congreso, que debatiendo con el parlamentario y jefe de filas de la derecha, que es Feijóo.

Más que nunca el Secretario General del PSOE y Presidente del Gobierno necesita que su partido esté unido, con una “hoja de ruta” común para los próximos tres años - sobre todo para este 2025 que está a punto de ”caerle” encima - y que esté dispuesto a defenderle, a defender a su Gobierno y a defender a su mujer, sin que el orden de estos factores altere el resultado final del mismo. Pedro Sánchez tiene cuarenta días para lograrlo, los que faltan para que el Congreso Federal del partido le traslade, en vivo y en directo, sus opiniones.

Es el número tres del PSOE y la persona, junto a la vicepresidenta María Jesus Montero y el ministro Felix Bolaños, el militante y dirigente socialista que goza del mayor grado de confianza del presidente. Santos Cerdan le acompaña desde hace diez años, en los buenos y malos momentos, ha sido el encargado de negociar con los independentistas los acuerdos sobre financiación singular y, por supuesto, la amnistía. Hoy, de cara al Congreso Federal de finales de noviembre, es la pieza esencial que necesita Pedro Sánchez para mantenerse al frente del partido y del propio Gobierno.

El adelanto de la gran cita del socialismo es otro de los movimientos de control que el líder del PSOE ha efectuado siempre que a visto en peligro su poder interno. Ahora repite la estrategia que realizó en octubre de 2016, dimitiendo de su cargo, abandonando su escaño y dispuesto a regresar tras recorrer todas las Federaciones socialistas, siempre acompañado de José Luís Abalos, Koldo García y Santos Cerdán, para defender su postura de negarse a facilitar la investidura del entonces presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que había ganado las elecciones generales.

En un documento pactado, piden parar el cupo catalán, crear un fondo transitorio y evitar la "bilateralidad tramposa": "Todos a una"

El socialista que ganó las elecciones catalanas, Salvador Illa, logró ayer que cien jóvenes de ERC aceptaran el acuerdo de sus mayores y permitieran a su representante en el Parlament, Mar Besses, votar a favor de la investidura. Una pequeña comedia de enredo que se sumaba a las “amenazas” de regreso de Carles Puigdemont y la desesperación de Junts, que ve cómo su estrategia de impedir a toda costa la elección, para llevar de nuevo a Cataluña a una repetición electoral, fracasa.