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El aplastante incienso que ha quemado el botafumeiro por León XIV
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El aplastante incienso que ha quemado el botafumeiro por León XIV

viernes 09 de mayo de 2025, 13:18h
En Santiago de Compostela se instaló el botafumeiro para lograr que en la catedral se oliese a incienso en lugar de a sudor de peregrino. Con la elección del nuevo Papa ha ocurrido lo mismo: toneladas de incienso en el botafumeiro mundial para ocultar que nada ha cambiado. Lo que pase a partir de este viernes, ocho de mayo de 2025, será tan misterioso como las advocaciones al Espíritu Santo para que los cardenales que pueden votar en el Cónclave al que va a dirigir - o al menos intentarlo - las actuaciones de la Iglesia católica durante los próximos años.

Los problemas a los que se enfrenta Leon XIV son muy parecidos a los que se enfrentó el papa Francisco: las finanzas del Vaticano y de la estructura de la Iglesia católica en general necesitan cambios profundos y para lograrlo el fallecido Bergoglio encargó esa misión a dos españoles jesuitas, que lo seguirán haciendo o no, dependerá de la voluntad de su sucesor. El resto seguirá siendo un misterio, como lo es la mayor parte de las cosas que suceden dentro del Vaticano. Si el cardenal Prevost es más norteamericano que peruano y si su pertenencia a los agustinos le diferencia de los jesuitas en cuanto a la presencia del poder de la Iglesia en el inquietante mundo en el que se desarrolla su misión evangélica está por ver.

El Espíritu Santo no va a resolver la guerra de Ucrania, ni la de Palestina, ni la de los hubiese, ni la reciente de Pakistan y la India, ni la previsible que regrese a los Balcanes; ni va a modificar los movimientos entre Estados Unidos y Europa por los aranceles, ni los enfrentamientos partidistas entre las formaciones políticas dentro de España. Ese es el mundo real, al que estarán volviendo los cardenales tras el Conclave. Los problemas de este mundo se deben resolver en estos días en los que las llamadas a la paz del nuevo Papa chocan de forma directa con las llamadas a la guerra de los dirigentes. A la paz no se llega por las armas, y si te preparas para la guerra, tendrás guerra, por una pura y estadística cuestión de equilibrios financieros y sociales.

Demasiado incienso se le ha arrojado a Leon XIV, que al elegir el nombre para su Papado intenta rescatar la influencia que tuvo su antecesor en la numerología papal. Los finales del siglo XIX no se parecen en nada a los inicios del siglo XXI y la “Rerum Novarum” sirvió para que la Iglesia bajara al mundo del trabajo y buscara una posición ecléctica entre el capitalismo más duro y el socialismo que se volvía comunista. La Iglesia de la Inteligencia Artificial y los procesos cuánticos ya tiene otros caminos.