En Amer presumían de que su monasterio benedictino de Santa María está allí desde hace más de mil años. Era el gran orgullo de ese pueblo gerundense de menos de tres mil habitantes hasta que un 29 de diciembre de 1962 nació Carles Puigdemont. Sus vecinos no le dieron más importancia pues no tenían el don de la clarividencia, tampoco sus padres que le enviaron a estudiar a un internado para que puliera sus indudable dotes de curioso impenitente.