Rivas Vaciamadrid, un municipio que ha transitado de ser un pueblo a convertirse en una ciudad, guarda en su memoria colectiva historias que revelan la esencia de sus habitantes. Entre relatos y recuerdos, Rosa comparte cómo las aguas curativas de Capa Negra fueron parte de su vida junto al Conde de Romanones. Carlos evoca el croar de ranas que resonaba en la charca que hoy ocupa el metro de Rivas Futura. Juan José recuerda su labor como conductor, llevando a niños desde las fincas agrícolas al colegio, mientras Tina anhela el sabor de las gachas que preparaba su vecino Domingo.
Estos fragmentos del pasado reflejan una vida marcada por la lentitud y la simplicidad, donde dejar juguetes en la calle era habitual. Los testimonios de los vecinos más longevos ofrecen una visión nostálgica y reveladora de una Rivas desconocida para los nuevos residentes. Con el propósito de documentar “cómo era antes Rivas Vaciamadrid” y compartir anécdotas del pasado reciente, un grupo vecinal surgido en la Asamblea de Barrio Este impulsó la creación de la Comisión de Memoria.
Un proyecto comunitario
La Comisión se formó inicialmente por un grupo reducido pero entusiasta, que finalmente llevó a cabo entrevistas con mayores que llevan más de tres décadas viviendo en el municipio. Rosa Puig, Carlos Gil y Tina Sánchez son los artífices detrás de este proyecto, que ha implicado casi un año de trabajo recopilando historias. Se han reunido con 15 ripenses, manteniendo largas conversaciones que han sido transcritas y resumidas junto con fotografías históricas. Asimismo, habilitaron un formulario web para que otros vecinos pudieran compartir sus recuerdos.
El resultado de este esfuerzo se presentará en una exposición durante las fiestas del 66 aniversario del Casco Antiguo (18 y 19 de julio) en la plaza de la Libertad. Rosa espera que esta iniciativa culmine también en una publicación futura: “Me hace mucha ilusión que la gente sepa todo lo que pasó aquí”, expresa con entusiasmo.
Memorias compartidas
Carlos, jubilado y residente cerca del auditorio Miguel Ríos, destaca cómo muchos desconocen la historia de movilización social que ha caracterizado a Rivas: “No saben cómo se ha conseguido esto, a base de mucho trabajo y lucha”. Esta lucha se traduce en protestas históricas por servicios básicos como colegios o mejoras en el transporte público. “Desde la necesidad nació la solidaridad”, reflexiona Rosa sobre el espíritu comunitario forjado entre los pioneros del oeste ripense.
Las voces entrevistadas subrayan el valor del asociacionismo y la solidaridad como pilares fundamentales en la construcción del municipio. “Todo se ha logrado gracias a lucha y activismo”, añade Carlos, mientras Tina complementa: “Con muchas manos voluntarias”.
Un viaje histórico
La historia local es rica y compleja; Agustín Sánchez Milán, cronista ripense, lo plasmó en su obra ‘Rivas Vaciamadrid. Mi pueblo’, donde narra cómo surgió el nombre actual tras la unión de dos municipios en 1845. La vida agrícola predominaba hasta 1959 con el desarrollo urbano del Casco Antiguo. Desde entonces, Rivas ha crecido exponencialmente: pasó de 582 habitantes en 1981 a proyectarse hacia los 101.000 para 2025.
“Por un lado está la gente del campo; por otro lado, los cooperativistas”, señala Carlos sobre las distintas corrientes sociales presentes en el municipio. Esta amalgama ha dado lugar a una ciudad única donde sus ciudadanos han jugado un papel fundamental en su evolución social.
Voces del pasado
Alberto y Silvia Moreno (59 y 58 años), ferreteros en Pablo Iglesias: “Al principio todo era campo... Desde Vallecas esto nos parecía el fin del mundo”.
Ángel de la Vieja (74 años), cooperativista: “Covibar es único; autogestionado desde sus inicios... todos los locales son operados por socios”.
Carmina Rojas (84 años), vecina del Casco Antiguo: “Recuerdo saltar para robar fresas... éramos unas chiquillas traviesas”.
Jorge Cardiel (75 años), vecino: “Cuando vine a Rivas fue mi primera vivienda propia... vi a una chica en bikini por primera vez aquí”.
Juan José Castell (91 años), vecino: “Antes todo era campo... traíamos agua del río Jarama con carros”.
Pilar Alcover (80 años): “Esto era un erial... empezamos ayudándonos entre nosotros”.
A través de estas memorias compartidas se revela no solo el crecimiento físico del municipio sino también el tejido social que lo sostiene: una comunidad activa e involucrada que sigue construyendo su identidad día a día.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
582 |
Habitantes en 1981 |
101,000 |
Habitantes proyectados para 2025 |
66 |
Aniversario del Casco Antiguo (celebración en julio) |
15 |
Número de entrevistas realizadas |