Las olas desatadas en la Justicia y en la Guardia Civil no son las únicas pero pueden por terminar de ahogar a Pedro Sánchez y al resto del Gabinete
Conseguir sobrevivir a una “tormenta perfecta”, aquella en la que se suman los elementos más destructivos que tiene la naturaleza, es casi imposible. A esa situación se enfrenta el Gobierno y en especial el ministro Marlaska. Las olas desatadas en la Justicia y en la Guardia Civil no son las únicas pero pueden por terminar de ahogar a Pedro Sánchez y al resto del Gabinete.
La sombra del ministro de Interior es tan alargada que oculta por completo a la Directora de la Guardia Civil. María Gámez lleva desaparecida desde el momento uno de su nombramiento al frente del Instituto armado. La personalidad de Fernando Grande Marlasca es tan fuerte que no le ha dejado espacio en la crisis desatada por el cese del coronel Pérez de los Cobos y el sumario abierto por la juez Rodríguez Medel.
Convertidos en protagonistas de la nueva y grave crisis institucional a la que se enfrenta el Gobieno, tanto desde la guardia Civil como desde la asociación Profesional de la Magistratura han pedido explicaciones al ministro por sus decisiones. También se las pide la oposición política y hasta los antiguos socios de la moción de censura, pero ese lado de la política era de obligado cumplimiento.
En la crisis política eterna que vivimos desde 2015, con cuatro elecciones en cuatro años, una moción de censura ganada por medio, y un estado de alarma de tres meses que va a llevar al cierre de miles de empresas, al paro a varios millones de trabajadores y a una deuda estatal por encima de los 300.000 millones de euros, el que se hayan “colado” la Judicatura y la Guardia Civil, gracias a las actuaciones del ministro Marlasca, representa uno de los mayores problemas que puede tener un presidente y un Gobierno. En todos los países y en esta España de hoy en particular.
Estamos saliendo de los estragos sanitarios de la pandemia del Covid19, con la aún más grave crisis económica y social que se nos viene encima, y estalla cual bomba de relojería el informe encargado por la juez Rodríguez Medel a la Guardia Civil; informe que el coronel Pérez de los Cobos se niega a entregar a su Directora general y al ministro, que lleva a ambos a cesarle como responsable de Madrid por falta de confianza, y que hace que el número dos del Cuerpo y Director Adjunto Operativo del mismo presente su dimisión.
Una tormenta perfecta digna de una película. Primera de las muchas que amenazan al Gobierno en el futuro inmediato. En los tribunales penales y sociales por las consecuencias de la pandemia y las medidas tomadas por el Ejecutivo desde antes y después del 14 de marzo. Unidas todas ellas al desplome de la actividad económica y la necesidad absoluta que tiene España de las ayudas europeas que se están debatiendoi estos días en Bruselas.
