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Huele a elecciones y no parece que quieran remediarlo
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Huele a elecciones y no parece que quieran remediarlo

miércoles 08 de marzo de 2017, 11:10h

Huele a elecciones en España por los cuatro costados. Generales anticipadas, catalanes anticipadas, murcianas anticipadas. A elegir. Estas son las señales: Los Presupuestos Generales no están, ni se les espera, por más afán que ponga en ello el ministro Montoro. Y desde Europa, fiel a su manera de tratarnos, nos amenazan con multas si el gobierno no legisla e impone un nuevo marco a los trabajadores portuarios.

En Cataluña quieren los parlamentarios independentistas acelerar el proseso con una reforma exprés del reglamento de su Cámara mientras en los juzgados aparecen Millet y Montull para sacar le de una vez por todas los colores del 3% a la antigua CDC, y Oriol Junqueras negocia con Puigdemont y Mas convertirse en presidente.

En Murcia, el presidente Sánchez se niega a dimitir hasta que no le inculpen de forma directa y no como investigado, lo que ha llevado a que Albert Rivera piense en una moción de censura imposible para superar los 22 escaños populares salvo que acepte el pacto triangular con el PSOE y Podemos.

A la formación de Pablo Iglesias se le echan encima parte de los medios de comunicación por presuntas coacciones a periodistas según denuncia la Asociación de la Prensa de Madrid, como si de pronto se edescubriera que el periodismo es un oficio, profesión o como quiera llamarse en el que las presiones son parte de su día a día.

En el PSOE quieren que Susana Díaz salga de sus silencios y se presente a las primarias frente a Pedro Sánchez y Patxi López. Siguen partidos por la mitad y si tuvieran que ir a las urnas lo harían en precario y sin muchas posibilidades de reaccionar.

En el PP ya están con sus Congresos regionales y las peleas internas que les acompañan, desde Castilla la Mancha a Baleares, y con cien lejos pendientes de lo que haga la cúpula del partido y del gobierno, a las que manera Rajoy con singular habilidad y en la que Cuenca a fuego lento a todos aquellos que una vez soñaron con sucederle.

Tenemos que recortar gasto público en unos diez mil millones para cumplir con el déficit pactado y estamos subiendo y adelantando los impuestos mientras vamos a ofrecer la mayor contratación de funcionarios de la última década. Otro de los milagros de nuestra peculiar España.

En este escenario una elecciones para finales de año serían como el bálsamo de Fierabrás.