real madrid

Luis Enrique Martínez García va a cumplir este mayo 46 años. De Gijón se vino a Madrid y del Real se marchó al Barcelona. Ha querido superar a Guardiola y se ha encontrado en apenas un mes que el tarro de la miel se ha quedado en Madrid y que para rescatarlo tiene que ganar los seis partidos que le quedan por disputar hasta el 28 del mes que viene. Cinco para ganar la Liga y uno para vencer al Sevilla y ganar la Copa. Sus dos grandes rivales tienen peor calendario, sobre todo porque siguen en Europa y con el Bayern y el Manchester como rivales en las dos semifinales.

En la mitad de la tabla de la Liga alemana, a màs de 30 puntos del lider, que es el Bayern de Guardiola, el Wolfsburgo parecia una perita en dulca para el Madrid que acababa de ganaf al Barcelona en su campo. Los lobos iban a ser cazados por los blancos en su primera batida en tierras teutonaa pero la historia no estaba escrita y Florentino Perez ya ha visto que loa dientes de sierra de los depredadores pueden dejarle el próximo martes a su club con otra temporada igual que el color principal de su camiseta: en blanco.

En tiempos como éstos, con el Barça que pasea en el Santiago Bernabéu dejando en ridículo al Real Madrid, muchos aficionados del club blanco se preguntan qué está haciendo Rafa Benítez en el banquillo. Pero sobre todo se preguntan el porqué del cese de Carlo Ancelotti, el técnico italiano que había regalado al Madrid la tan añorada Décima Champions League, el trofeo buscado durante años.

En un minuto Cristiano Ronaldo habïa empatado la eliminatoria ante el Wolsburgo alemán. Dos goles en los primeros veinte minutos hacían presagiar que el Madrid podía hasta golear a los tedescos.Error, a partir de ese momento los blancos retrocedieron y dejaron que los " lobos" se acercaran con mucho, mucho peligro. Incluso pudieron marcar y casi sentenciar el pase a semifinales.

El presidente del Real Madrid estaba dispuesto a gastarse en guardametas para el club blanco una cifra astronómica y eso que estamos axostumbrados a que las fichas de las sstrellas del balón se llenen de ceros.