"El partido contra el Atlético va ser una batalla en toda regla. Hemos llegado al final de temporada en nuestro mejor momento. Ya conocemos que el Atlético ha eliminado a grandes equipos como el Barcelona o el Bayern de Múnich, son un equipo duro y saben leer los partidos, por lo que vamos a intentar cometer los mínimos errores posibles", declaró el jugador madridista en su presentación como embajador de Hugo Boss.
En ese aspecto, destacó que su equipo "no es favorito" para la final de San Siro, ya que "en una final de 'Champions' puede pasar cualquier cosa", motivo por el que acuden a la cita con "prudencia y responsabilidad". "Estamos ilusionados con lo que pueda pasar, esperemos que salga lo mejor posible, que la copa venga para el Bernabéu y vamos a darlo todo, nos vamos a dejar la vida, tenemos que traerla como sea", aseguró.
"El equipo está con muchas ganas, con mucha fuerza, una dinámica estupenda y muchas ganas de darle una alegría a nuestra afición que nos han apoyado en los momentos más difíciles. Esperemos que podamos recompensarles", continuó.
Finalmente, reconoció el papel de Zinedine Zidane tras un año "con muchos altibajos" en los que el plantel que dirigía por entonces Rafa Benítez "no empezó muy bien", cuya "solución" en esta ocasión "ha salido bien" y ha permitido al Real Madrid acabar la temporada "de la mejor forma posible".
"Hay poco que decir de Zidane, los resultados le avalan, 12 victorias consecutivas en Liga y el final de la 'Champions', su llegada ha sido una inyección de moral para nosotros. Es un espejo para todos, sabemos su historia aquí, ha ganado prácticamente todo y ha hecho disfrutar a todo el mundo, así que es un orgullo que pueda entrenarnos alguien como él", concluyó.
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