Un muy enfadado presidente del Gobierno, una escurridiza presidenta de Redeia y un burocrático director de Operaciones de Red Eléctica España ya han dado el primer paso para conovocar a esta isla negra, en la que se convirtió España durante muchas horas, a los “diez negritos” que podrían ser los responsables del gran apagón que dejó a este país sin energía. La obra que escribió Agatha Christie hace 85 años, para descubrir al autor de un crimen, trasladada a la España de 2025 para descubrir lo mismo.
Los indicios parecen muy claros: todo comenzó en el sureste español, están relacionados con la energía de las empresas de energías renovables, ocurrió en cinco segundos que a su vez tuvieron dos fases, una de segundo y medio y otras posterior y definitiva que hizo que 35 centros de control se desconectaran de la red y desaparecieran 24.500 gigavatios. Ahora, descartada la intervención exterior a través de un ciberataque, queda por saber quienes intervinieron en cada milisegundo, que es lo que ha afirmado la ex ministra Beatriz Corredor, siguiendo el discurso del Director de REE, Eduardo Navarro, y dejando para el presidente Sánchez la responsablidad de llegar hasta el final en sus primeras sospechas. Si lo confirma, del accidente casual se habrá pasado al sabotaje final, con dolo judicial o con una imprevisión y dejadez inaceptable.
Los “diez negritos” que deberían preocuparse por el tono, el gesto y el lógico enfado de Pedro Sánchez, tienen nombre, apellidos y puestos de presidentes o consejeros delegados en las diez empresas de renovables más importantes de España, con capacidad para suministrar hasta el 14 por ciento de las necesidades diarias, y que estarían dentro del rankings mundial de las principales empresas, con la alemana SMA Solar como lider dentro de Europa, muy lejos de las tres grandes empresas chinas que ocupan las primeras posiciones, seguidas de las norteamericanas.
Sin acusar, pero sí insinuar y asegurando que las investigaciones llegarían hasta el fondo del problema y que tendrían consecuencias para los presuntos responsables, el presidente del Gobierno apuntó durante su intervención a las empresas privadas; y en ese territorio está en primer lugar, de forma destacada y merecida, la Iberdrola de Ignacio Sánchez Galán, con record de beneficios año tras año y siempre intentando distanciarse del poder político en España, pero conocedor de que no puede hacer lo mismo, ni en Estados Unidos, ni en Gran Bretaña; la Endesa que gestiona José Bogas, que debe su puesto al inestable equlibrio entre la italiana Enel, detrás de la cual aparece la figura de Giorgia Meloni; la Naturgy de Francisco Reynes, que acaba de sumar el cargo de vicepresidente ejecutivo de Criteria sustituyendo a Angel Simón, dentro de esos movimientos internos que realiza Isidre Fainé y que sorprenden por su rapidez y su equilibrio frente al poder político, tanto nacional como catalán, tanto hacia la derecha del PP como hacia la izquierda del PSOE, y que está dentro de una batalla accionarial con sus dos principales fondos, árabes y australianos.
Hay que añadir la Acciona Gan Solar de José Manuel Entrecanales, siempre muy cerca del poder político y de los inquilinos que ocupan el palacio de La Moncloa desde los inicios de la Transición, cuando su padre dirigía el grupo de construcción y se mantenían controladas las diferencias entre los dos hermanos y sus hijos; con la reestructrada Abengoa tras la compra accionarial por parte del Cox de Enrique Riquelme, el audaz empresario que aspira a suceder a Florentino Pérez al frente del Real Madrid mentras participa en las luchas por el control de Prisa, al lado de los afines a Moncloa que lidera otro Entrecanales y tiene a José Miguel Contreras como ideólogo de la operación por arebatarle el poder al armenio Oughourlian, situación que se resolverá en las próximas semanas durante la Junta General y con derivaciones televisivas que llegan hasta la nueva Telefónica de Marc Murtra, en un momento en el que la compañía de telecomunicaciones está reestructrando, otra vez, su posición en Latinoamérica, con dos serios problemas en la Argentina de Milei y la Venezuela de Maduro, y muy diferente estrategia para resolverlos.
Los cinco siguientes “negritos” son la Elecnor de Rafael Martín de Bustamante y Francisco García Paramés, dos especialistas en manejar fondos de inversión y movimientos en la Bolsa, con resultados que parecen sacados de un parque ese atracciones por el parecido con una montaña rusa; la Elmya de los sevillanos José María y Carlos Piñar, que mantiene sus intenciones de acuerdos en gran Bretaña y Estados Unidos para crecer en el exterior ; el TSK Group que dirigen el asturiano Sabino García Vallina y su hijo Joaquín, embarcados en unas ampliaciones de capital de la mano del Banco Santander; La Sener de Andrés Sendagorta, uno de esos profesionales que lo mismo pilota un Harrier de combate, que logra establecer uniones prácticas de crecimiento con el grupo hotelero de Antonio Catalán y la sabiduría y experiencia del abogado del Estado, Manuel Pizarro, que peleó por elevar el precio de compra de Endesa por los italianos cuando la presidía y que supo decir adiós a la política tras ayudar a José María Aznar y a Rodrigo Rato en el programa económico del PP, en la antesala de su llegada al poder; y por último , el Grupotec de Olallo Villoldo, un albaceteño empeñado en crecer tanto en la América Central como en Europa, con acuerdos que van de la francesa EDF a la inglesa British Petroleum y muy atento a las ventajas que proporcionan las ayudas de la Fundación Clinton.