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iglesias

13/12/2018@22:47:16
Ante el confesionario laico en que se transformó la Comisión del Senado, el líder de Podemos ha cumplido con los pasos que enuncia la Iglesia católica para obtener el perdón de los pecados: ha mostrado arrepentimiento, ha reconocido sus dos “pecados” al improvisado sacerdote político en el que se convirtió el senador popular Luis Aznar, ha pedido perdón y tendrá que esperar a cumplir la penitencia que le impongan las urnas cuando toque.

Tienen doce meses para decidirlo y en ese tiempo se van a jugar su futuro político. Tanto Pablo Iglesias como Alberto Garzón hicieron en junio de 2016 un último intento por adelantar al PSOE de Pedro Sánchez electoralmente y convertirse en líderes de la oposición a un PP que con Mariano Rajoy a la cabeza había vuelto a ganar y recuperado nada menos que catorce escaños en el Congreso.

Las manos han dicho mucho este fin de semana en la capital del Reino. En los dos Congresos y en el mitín que han ofrecido los tres pincipales partidos de España, sus dirigentes han hablado con palabas en sus discursos pero también lo han hecho con sus manos. Y mucho, como si se dirigieran a unos españoles sordos y mudos con un lenguaje de signos. Ha sido todo un espectáculo, un juego de manos que les separaba y acercaba a sus votantes antes de aplaudir con la de de los conversos. Había caras y gestos a escoger, de esos que se escapan a la voluntad y que hablan de satisfaciones y desencantos, que quedan presos de una cámara para siempre.

Si lo que ha ocurrido este domingo en Galicia y Euskadi se analiza en clave nacional y con la mirada puesta en las posibles y terceras elecciones generales del mes de diciembre, hay que decir que los resultados son buenos para Mariano Rajoy; regulares para Pablo Iglesias; malos para Pedro Sánchez; y muy malos para Albert Rivera.

Si el PP no puede formar gobierno por la negativa del PSOE a darle su apoyo, el culpable no es Mariano Rajoy es Pedro Sanchez. Si el PSOE ha conseguido por dos veces y de forma consecutiva tener los peores resultados de su moderna historia el culpable no es Pedro Sanchez, es Pablo Iglesias. Si Unidos Podemos no ha conseguido superar al PSOE en votos y escaños, los culpables no son Pablo Iglesias y Alberto Garzön, los cupables son el Brexit propiciado por el conservador Cameron y el miedo generado por Rajoy. Si Ciudadanos se sigue desinflando en sus ambiciones de convertirse en la referencia del centro derecha español, la culpa no es de Albert Rivera, la culpa es del sistema electoral y de la campaña del voto util protagonizada por Rajoy y el Partido Popular.

Si Pablo Iglesias, Podemos y sus aliados quieren ganar al PSOE de Pedro Sánchez en votos y en escaños necesitan el millón de papeletas que recibió la Unidad Popular es Alberto Garzón. Y si la Izquierda Unida que representa el economista malagueño no quiere volver a quedarse en dos escaños, necesita a Podemos. La Ley D' Hont machaca a los partidos que ocupan el tercer o cuarto lugar en las circunscripciones electorales. Para cambiar los efectos perniciosos del actual sistema la mejor manera es ser primeros o segundos. Y eso es lo que pueden conseguir Pablo y Alberto si van juntos.

Serán siete las zonas blindadas al peatón, una más que el año pasado, con restricciones al tráfico en entornos parroquiales

Sin barreras, sin control, sin pensar en las consecuencias para España, que ya son muchas y aún van a ser más, tanto para la convivencia de los españoles como para la imagen que proyectamos hacia el exterior, El Gobierno del PSOE y la oposición del PP, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo llegando a límites que nunca se habían alcanzado en los últimos 47 años, han conseguido que el Estado se enfrente al Estado, que todas y cada una de las Instituciones que lo conforman se deterioren, desde la Monarquía al último de los Ayuntamientos.

Vera de Benito, hija de un fallecido, destaca que ante "cada disparo o bomba" la sociedad ha sabido dar una "airada respuesta"

Estaban preparados para la gran guerra desde hace meses. Esa destrucción que hace imposible la Democracia. Las elecciones andaluzas, primero, y las autonómicas, municipales y generales, más tarde, se convirtieron en la señal de salida

La ambición de Yolanda Díaz le hizo querer ir más deprisa y más en solitario de lo que la coalición que era Sumar requería. La vicepresidenta segunda y heredera de Pablo Iglesias, ofreció una plataforma electoral a todos los grupos y formaciones que existen a la izquierda del PSOE. Se trataba de llevar a cabo una CEDA de la izquierda, una Confederación. Española de las Izquierdas Autónomas, a imitación de lo que lograra José María Gil Robles durante la II República para la conquista del poder desde la derecha. El fracaso en Galicia ha terminado con la ambición y con el liderazgo.

Lo de Alberto Garzón y su abortada entrada en el despacho del lobby Pepiño Blanco, ex ministro de Fomento de Zapatero es la historia de muchos del lo dirigentes del PCE y de Izquierda Unida que acabaron fichando por el PSOE. Cuando tocas la riqueza y tienes salarios de cerca de cien mil euros al año es difícil no ceder a las tentaciones que te ofrece el Sistema capitalista.

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Rotos desde hace tiempo los lazos que unían a la líder de Sumar y a los morados, los de Podemos han visto el momento de pasar pasado la factura a la ministra de Trabajo por el ostracismo al que se han visto sometidos. La ocasión para ello, la aprobación de la reforma del subsidio de desempleo, que la vicepresidenta segunda ha visto fracasar tras el `no´del partido de Belarra y Montero, que alegan que la misma lleva implícita recortes.

Díaz ha encajado mal el golpe y acusa a Podemos de golpear a los trabajadores con PP y Vox, mientras que los morados exigen al Gobierno renunciar al "trágala" si quiere su apoyo, mientras Iglesias habla de "estupidez" de la ministra al acusarlos

Si Alfonso Rueda no consigue mantener el Gobierno de Galicia en manos del Partido Popular el próximo 18 de febrero con la mayoría absoluta que consiguió Alberto Núñez Feijóo durante cuatro Legislaturas, la derrota se le apuntará en el debe al actual presidente del PP. La distancia que separa Santiago de Compostela de Madrid es menor que la que separan las dos formas de gobernar que tienen Rueda e Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno en Sevilla. El candidato popular gallego ha adelantado la electoral por dos razones bastante simple: el miedo a perder el poder o tener que pactar con Vox para mantenerlo.

El presidente del Gobierno vuelve a demostrar que es el más listo de la clase. Puede que no sea el más inteligente o el más leído o el que más sabe de economía, pero de política y de uso del poder lo sabe todo. Y lo utiliza. Los movimientos dentro del Gobierno tras la salida de Nadia Calviño al BEI son la mejor demostración.

Ve factible una alianza "a la izquierda del Gobierno" en un contexto previo a las europeas y reprocha a Díaz querer reducir Podemos a la "mínima expresión"

Primer círculo, el de Pedro Sánchez, formado por su equipo de confianza, desde Felix Bolaños, que sigue subiendo en la escalera del poder, hasta José Manuel Albares, que permanece impasible el ademán como ojeador de la política exterior. Por medio, María Jesús Montero, que se convierte en vicepresidenta pero con las riendas de Hacienda en sus manos, y Teresa Ribera, que sigue siendo la amiga invisible pero muy cercana. En ese círculo entran, por méritos propios y conocedores privilegiados de sus respectivos ámbitos durante los últimos cuatro años, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlasca y Luís Planas.

Sólo un ministerio para Irene Montero puede apaciguar las agitadas aguas de un matrimonio roto desde que se dijeran sí para concurrir a las elecciones del 23-J. Un enfrentamiento el de Sumar y Podemos en el que se conjugan ambiciones, traiciones, cainismo y una mal disimulada animadversión personal. Como en la magnífica película de Sam Mendes, puede que ocurra que quienes en otro tiempo fueron compañeros de viaje -Tom Hanks y Paul Newman- no sobrevivan a su enfrentamiento y mueran.

Tenía siete años cuando en la televisión pública apareció la inquieta, laboriosa y divertida abeja Maya junto a su inseparable zángano Willie, el saltamontes Flip y hasta la malvada araña Teka. La serie que congregaba a los niños españoles ante la televisión la habían creado en Japón tres años antes, y tenía como fuente un libro escrito por el alemán Waldemar Bonsels en 1952. Fue un éxito con la voz de Matilde Vilariño como Maya y la banda sonora del checo Karel Svoboda. Una letra sencilla en la canción: el país era multicolor, élla, Maya, había nacido bajo el sol, era famosa en el lugar, volaba sin cesar y no había problema que no solucionara.

Carlos Iglesias no habría incluido en el Impuesto de Sociedades la venta de varios terrenos en Madrid al alegar que tenía la residencia fiscal en Panamá.

No habría incluido en el Impuesto de Sociedades la venta de varios terrenos en Madrid al alegar que tenía la residencia fiscal en Panamá

También aconseja planes de saneamiento a otra fundación socialista en liquidación y a la de Vox, con desequilibrios mucho menores

Si hay Gobierno, será muy parecido al actual. Es la única pista que ha dado el presidente en funciones tras su entrevista con el Rey y la presentación oficial de su candidatura. Es más que posible que tenga menos Ministerios y que aparezca algún independiente que no pertenezca ni al PSOE ni a Sumar. Pedro Sánchez necesita los 31 votos que aglutina Yolanda Díaz y le tiene que dar una porción del futuro poder gubernamental, y ésta, a su vez, tiene que negociar una pequeña parte de ese poder con las otrora poderosas compañeras de Podemos. Que esté o no esté en el mismo Irene Montero es un tema fácil de resolver, existen muchos puestos y cargos que dependen del largo brazo del Ejecutivo.

Sin el apoyo constante de su gran “padrino” la vicepresidenta en funciones y líder de ese partido recién nacido que es Sumar no podría hacer frente a sus antiguas compañeras de Podemos. Yolanda Díaz necesita más que nunca a Pedro Sánchez y éste, a su vez, es consciente que el papel de negociador e intermediario co el nacionalismo vasco y catalán que hacia Pablo Iglesias no lo puede hacer la que a sí misma se ve como la auténtica reina roja de la izquierda patria. Pablo la quiso utilizar, al igual que está haciendo con Ione, Irene y Lilith. Pedro, más pronto que tarde, tendrá que prescindir de sus servicios. Es la ley de la selva, la que rige dentro de las manada.

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Si la distancia entre los hasta ahora líderes de Podemos es real o fingida da lo mismo. Si Pablo Iglesias e Iñigo Errejón han roto por problemas de estrategia y de alianzas con otras fuerzas políticas o durante estos últimos meses nos han ofrecido una gran representación teatral, tampoco importa. Ambos caminos conducen a la misma meta: ganar unas elecciones y gobernar en la Comunidad de Madrid con ayuda del PSOE, y no al revés.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha recuperado este miércoles su tono más duro contra el PSOE y, lejos de ofrecer su "mano tendida" como venía haciendo desde junio para intentar una alternativa de gobierno", ha acusado a los socialistas de estar a punto de perpetrar un "fraude" hacia sus votantes si finalmente se "arrodilla frente al PP" y permite con su abstención que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, siga en La Moncloa.

Errejón apoya a Iglesias

El portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, ha defendido la necesidad de dar "una cura de humildad a los poderosos", de quienes ha advertido que no pueden estar "por encima de la ley". Además, en un mitin en Vitoria, se ha referido a la condena del Tribunal de Cuentas del Estado a los exalcaldes de esta ciudad y actuales dirigentes del PP, Javier Maroto y Alfonso Alonso, por usar las instituciones como un "cortijo" y firmar un contrato público con un empresario a un precio considerado muy superior al de mercado.

Tur Torres

Se veía de presidente y con los votos del PSOE como respaldo para llegar a La Moncloa. Le sonreían las encuestas, su alianza con Alberto Garzòn era la mejor de las llaves para abrir la puerta con la que soñó Julio Anguita, la del sorpasso al viejo adversario de la izquierda desde hace más de un siglo.

La Asamblea fundacional de Sumar, cargada de discursos tan altisonantes como vacíos, confirma que el proyecto de Yolanda Díaz es una Resta política para la izquierda que soñó en destronar al PSOE de la hegemonía de ese espacio sociológico de la vida pública española. Sólo votó un 11% de los supuestos “afiliados” al proyecto y la realidad, la cruel realidad para la vicepresidenta segunda del Gobierno de Pedro Sánchez es que se ha convertido en una dirigente prescindible. Su base de poder, que se alimenta de los rescoldos de lo que fue Podemos, se circunscribe a los 10 diputados del Congreso que se dicen de Sumar.

Las elecciones gallegas han supuesto un a nueva decepción para Pablo Iglesias que estaba convencido que la única opción clara de batir al PP era el BNG pero que al final tuvo que ceder ante sus compañeras Irene Montero e Ione Belarra, para apoyar a Isabel Faraldo a la que concedía el mérito de haber puesto “el cascabel al gato intocable de la oligarquía gallega y española: Amancio Ortega. Si es elegida diputada, el cambio está asegurado. Fuerza”. Hasta aquí llegó la marea pablista.

El 31 de octubre de 2007 el magistrado Javier Gómez Bermudez leía la sentencia del juicio por los atentados contra los trenes de cercanías que tenían que llegar a la estación de Atocha a primera hora del 11 de marzo de 2004. En la sentencia se atribuía el asesinato de 192 personas, con 1865 heridos a una “célula de tipo yihadista” y se descartaba cualquier intervención de ETA. Ese día de octubre había un presidente socialista al frente del Gobierno y el candidato del PP, que ya había perdido las elecciones generales de 2004, Mariano Rajoy, estaba a unos pocos meses de volver a perder su segundo intento. Hoy, 20 años más tarde, la verdad policial y judicial sigue siendo criticada y puesta en duda.

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Si trasladamos la prueba de resistencia más dura del mundo a la política española nos vamos a encontrar con un único participante en la salida, con una única meta: conseguir en los próximos tres años sobrevivir como presidente del Gobierno y como Secretario General del PSOE. A Pedro Sánchez, en su papel de “Ultraman” no le bastará con aplicar palabra a palabra su “Manual de Resistencia”, en sí mismo. tendrá que cortar unas cuantas cabezas en el trayecto y soportar la cada vez mayor mochila cargada de piedras que le va a ir colocando a sus espaldas la oposición de Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Nada de concesiones por ningún lado.

Miedos fuera para el Partido Popular, para Alberto Núñez Feijóo y para Alfonso Rueda en Galicia. Quinta mayoría absoluta con más votos que en 2020 y casi los mismos escaños. Aún falta por contabilizar el voto exterior, que también ha aumentado de forma muy notable y le puede dar al PP otro escaño más. La dividida izquierda sigue de derrota en derrota y se ha vuelto más nacionalista y menos socialista. Han perdido José Ramón Gómez Besteiro y Marta Lois, pero quien han perdido de verdad son Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, y con ellos el actual Gobierno.

Seguro que tanto Pablo Iglesias como Iñigo , Juan Carlos Monedero, Pablo Bustinduy y el resto de los profesores universitarios que se convirtieron en lideres politicos en apenas 12 meses conocían y han leido a más de uno de los integrantes de los " Angry Young Men", el grupo de escritores británicos que a mediados del siglo XX cambió la forma de mirarse que tenía la sociedad a la que pertenecian. Màs que airados, aqui, en España hoy, les llamariamos jóvenes cabreados, jóvenes hartos del modelo social que les condena a vivir con sus padres hasta pasados los 30 años, que les ofrece salarios de 800 euros, que no encuentran un hueco para sus esperanzas e ilusiones en el futuro al que se asoman.

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Es imposible que una persona culta, con sólida formación económica y política, siempre de izquierdas, crítico con todos los partidos. y que ha publicado cientos de artículos y libros sobre la historia de este país llamado España, pueda pensar con sinceridad y sensatez que la creación de un nuevo partido político, para combatir desde dentro de la izquierda por una democracia popular, no sea más que un favor que se quiere hacer a la derecha.

En cuatro años y tres elecciones autonómicas Isabel Díaz Ayuso ha conseguido que el Partido Popular pase de tener 30 escaños a tener 71 asientos en la Asamblea madrileña. En ese mismo periodo el PSOE, primero con Angel Gabilondo y luego con Juan Lobato ha pasado de 37 a 27, empatado con Más Madrid en escaños pero con menos votos. Tres batallas muy distintas pero con un mismo resultado final: el poder lo sigue ostentado el PP, con siete presidentes desde que se celebraron las primeras elecciones (Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza, Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes) frente a uno del PSOE, Joaquín Leguina. De primer partido el PSOE ha pasado a tercero. Motivo muy suficiente para pensar y sacar conclusiones.

Cambios en el Gobierno a la espera de más cambios en diciembre con la salida de Nadia Calviño y la subida de Escrivá para frenar las exigencias de Yolanda Díaz; cambios en la dirección del PP con más poder para Cuca Gamarra, Miguel Tellado y Carmen Fúnez y mucho menos para Elias Bendodo; cambios en los candidatos del PNV con la retirada obligada de Iñigo Urkullu, y de Bildu con la renuncia de Arnaldo Otegui. La Legislatura acaba de comenzar y ya se ve que va a ser más dura que la anterior, por lo menos hasta el “superjunio” de 2024 con sus tres elecciones.

Una motosierra en las manos, tres palabras repetidas ml veces: “la libertad, carajo”, unas largas patillas y sin vida política a sus espaldas son las claves que han llevado a Javier Milei para ganar las elecciones con un 56% de los votos frente al 44% de su rival peronista. Se inventó un partido hace apenas cinco meses y ha roto por completo el bipartidismo que se ha repartido el poder en Argentina desde la caída de los militares que dieron el golpe de estado.

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Puede que en unas horas o unos días Carles Puigdemont consiga que Pedro Sánchez le haga saber a su enviado especial y secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que debe firmar lo que el ex presidente de la Generalitat y huido de lujo en Waterloo le ponga sobre la mesa. El presidente en funciones puede que consiga esos siete votos que necesita en el Congreso para mantenerse al frente del Gobierno, pero será tan sólo uno de los seis contratos, de mayor o menor enjundia que debe firmar para conseguir su investidura e iniciar una Legislatura que resultará inútil por estar muerta.

Están empeñados los dos grandes partidos en regresar al bipartidismo imperfecto de la Transición con la memoria de la España de Cánovas y Sagasta en su memoria. Una forma de repartirse el poder de forma civilizada para que de este país nuestro desaparezcan los sobresaltos y los gobiernos sean previsibles: diferencias en lo accesorio y acuerdos en lo fundamental. Para ello es fundamental que Núñez Feijóo logre deshacerse del Vox de Santiago Abascal, y que el PSOE de Pedro Sánchez siga apoyando la implacable destrucción del Podemos de Pablo Iglesias que lleva haciendo Yolanda Díaz.

El excomisario asegura que "es imposible judicializar algo en este país que afecte a Don Florentino", ha dicho al ser preguntado en un cara a cara con el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias

Reconoce que no haber logrado representación en Madrid para Unidas Podemos en las elecciones autonómicas fue un "duro golpe" para la izquierda transformadora

En apenas siete años los sueños de gloria de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz se han desvanecido.La izquierda radical que representan va camino de las mismas catacumbas en las que cayó el PCE en el año 1982, con la victoria por mayoría absoluta de Felipe González y casi la desaparición de la representación parlamentaria de los comunistas que habían encabezado, casi en solitario, la lucha contra el franquismo.