Con la abstención de Vox sobre el decreto de los fondos europeos, Santiago Abascal salvó al Gobierno de Pedro Sánchez. Ahora, si el 14F consigue que su partido tenga más escaños en el parlament que el PP y Ciudadanos tendrá en sus manos el “arma” cargada de futuro que necesita para exigir cambios en cuatro Autonomías.
La batalla por ver quién forma el próximo gobierno de la Generalitat es cosa de tres, cada uno de ellos necesitado de ayuda para conseguir la mayoría necesaria en la Cámara autonómica. ERC, JxCat y PSC se disputan el primer puesto, el que gane exigirá a los demás que el presidente sea su candidato. Puigdemont desde su refugio belga, Junqueras desde su situación carcelaria, y Sánchez desde La Moncloa dirigirán los pasos de Joana Ortega, Pere Aragonés y Salvador Illa. Llegar a los 68 escaños que se necesitan para conseguir la investidura obligará a pactar con uno y hasta con dos formaciones más.
Esa confrontación por las alturas viene acompañada por otra, tan interesante o más, por la superficie, la que hará el retrato de la derecha constitucionalista en Cataluña y que alargará sus resultados hasta las cuatro Autonomías en las que sus gobiernos dependen del voto de los representantes de Vox.
En Andalucía, sin los 12 escaños de la formación de Abascal, el gobierno bicolor de Juanma Moreno y Juan Marín sería imposible. Los 47 representantes del PP y Ciudadanos estarían por debajo de los 50 que suman el Partido Socialista y Adelante Andalucía, pese a la ruptura de ésta última tras la salida de Teresa Rodríguez y sus denunciadas diferencias con Pablo Iglesias.
En Murcia la situación es muy parecida. La mayoría en la Asamblea, que es la que permitió la formación del gobierno de Fernando López Miras, la consiguió el candidato del PP con los cuatro votos de Vox encabezados por Pascual Salvador. Con uno les era suficientes a ese otro bipartito, pero estaba en la cesta de la “otra” derecha, con la de Isabel Franco, de Ciudadanos, no bastaba. Es verdad que con la abstención de Vox hubiera sido suficiente.
En Castilla y León el solitario escaño del representante de Vox, Jesús García Conde, no era necesario. Los 29 escaños del PP de Alfonso Fernández Mañueco y los 12 del “ciudadano” Francisco Igea alcanzaban la mínima necesaria para formar gobierno. Las dudas estuvieron hasta el final en la posición que el líder territorial de Ć`s adoptara ante los ofrecimientos del PSOE y sus propias discrepancias con Inés Arrimadas. Un crecimiento de Vox a partir de los resultados en Cataluña le complicarán el futuro a la formación de Pablo Casado en esa autonomía sea cual sea el futuro de Ciudadanos en toda España.
La Comunidad de Madrid es el gran centro de atención. Isabel Díaz Ayuso y el PP gobiernan con el respaldo de sus 30 escaños gracias a los 26 que consiguió Ciudadanos con Ignacio Aguado, pero sobre todo por los 12 que desde el exterior le ofreció Vox con Rocio Monasterio. Firmado el acuerdo para los nuevos Presupuestos de la Comunidad aún no han pasado el “filtro” de Vox, y no lo hará hasta que no se conozcan los resultados de Cataluña. Esa baza se la reserva Santiago Abascal, que hasta ahora ha aguantado el ninguneo al que han sometido a su grupo sus otros dos “socios” a la fuerza.
El otro gran escaparate de la política nacional es el propio Ayuntamiento de la capital del Reino. El alcalde, José Luís Martínez Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, dirigen los destinos de la Villa son sus 26 concejales - tres menos de los necesario y uno menos de los que suman Más Madrid y el PSAOE - por los cuatro ediles que les apoyan desde Vox. Habrá que ver la actitud de Ortega Smith hacia sus “compañeros” si su partido les adelanta en representación el 14F.
Si no consigue la victoria en las urnas es muy difícil que el socialista Illa se convierta en presidente de Cataluña y tendrá que conformarse con negociar, como máximo la presencia del PSC en un posible gobierno de Pere Aragonés, y con la ayuda de los Comunes de Iglesias y Colau. Esa exigencia no la tienen los dirigentes de Vox. Les basta con superar al PP y a Ciudadanos. De lograrlo esa será su gran victoria y su “arma” política cargada de futuro.
