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Felipe VI, el Rey constitucional de los republicanos
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Felipe VI, el Rey constitucional de los republicanos

lunes 03 de febrero de 2020, 13:48h
Tienen todo el derecho los 49 parlamentarios que no han asistido a la inauguración formal de la Legislatura de declararse republicanos y defender la República frente a la Monarquía. Ventajas de la democracia.

Pueden luchar, dentro de la Constitución, por un cambio de régimen para España. Cuestión de mayorías amplias entre los ciudadanos y de mayorías de dos tercios en el Congreso para promover un referendum en ese sentido.

Pierden la razón Gabriel Rufian y los que le han acompañado en su plante al Rey cuando dicen que no le reconocen y que, por ese motivo, le boicotean. Si aceptan la Constitución, sea cual sea la fórmula de su acatamiento, están reconociendo la Monarquía que aparece al frente de su articulado. Lo otro, lo que han hecho con su ausencia, es un ejercicio de falso populismo orientado a sus electores.

El ejemplo de Unidas Podemos, con los aplausos de sus ministros a Felipe VI y a su intervención desde la presidencia del Congreso, y el silencio del resto de sus representantes desde sus escaños, debiera llevarles a pensar que su sitio, el de los 49, no estaba en la calle, ni ante los micrófonos de los medios de comunicación. Estaba en el Hemiciclo, en el que podían haber manifestado con su silencio su distanciamiento con la Monarquía.

Llamar al Rey “franquista” es un disparate. Una forma de hacer propaganda política de la forma más rudimentaria y banal posible. Felipe VI puede ser tan franquista como Pablo Iglesias o el propio Gabriel Rufián. El Dictador murió hace 44 años, y la nueva Constitución, la que ha servido para que derechas e izquierdas de este país puedan convivir sin enfrentamientos físicos y militares, puede modificarse - como ya lo ha hecho en varias ocasiones - para dejar en el camino aquellas partes que se hayan quedado obsoletas o que obedezcan a las condiciones concretas de tiempo y equilibrios sociales y políticos en los que fue redactada.

Para evitar los grandes errores del pasado, la Constitución debe ser cambiada desde la Constitución. No desde fuera de la misma. De igual manera, España, mañana, puede ser republicana si lo decidiera una muy amplia mayoría de españoles. Para que los partidarios de ese cambio puedan “ganar” esa batalla el camino a seguir es justamente el contrario del que están recorriendo. Decir que se está contra la Monarquía y contra el Rey excluyéndose de los órganos políticos en los que ellos mismos han decidido participar a través de las elecciones es seguir el ejemplo del avestruz. Siempre termina mal para el ave.