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Cifuentes consigue su primera victoria con 'Naranjas azules'
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Cifuentes consigue su primera victoria con "Naranjas azules"

jueves 06 de abril de 2017, 23:17h

A las tres de la tarde, cinco minutos antes de que comenzara la votación de las enmiendas a la totalidad que habían presentado el PSM y Podemos en la Asamblea de Madrid, entraba en el hemiciclo que preside un gran cuadro de Lucio Muñoz de maderas y cera, Elena González- Muñox. Su voto no era necesario para que Cristina Cifuentes ganara su primera batalla de los Presupuestos regionales pero se había comprometido a apoyar a su partido pese a la guerra judicial que mantuvo con el que fue su jefe y es el portavoz del PP en el Parlamento autonómico, Enrique Ossorio.

La presidenta madrileña y su consejera de Hacienda, Engracia Hidalgo, tenían sus dudas en el comienzo del debate. Sus "naranjas azules" podían quedarse en 63 votos y perder frente al bloque de izquierdas. Necesitaban a Moñux, de baja por depresión y a Isabel Redondo, de baja por enfermedad desde el mes de febrero. Ya a las diez de la mañana el portavoz popular había hecho esfuerzos para tranquilizar a los suyos: la rebelde Elena había dado su palabra de asistir y a la enferma Isabel, si había que traerla en ambulancia, se la traería. A ésta le aplaudieron al llegar, a la otra le bastó el beso de la presidenta.

Ahora que se juega tanto en la política con los colores, desde el azul al morado pasando por el rosa y el naranja, no está de más ( ni de menos ) aconsejar a sus señorías sobre un agradable vino rosado de garnacha, que se obtiene de la combinación de las uvas tintas y el mosto blanco que se obtiene en el proceso de fermentación y que les puedo asegurar que, bien fresquito y por la noche, es estupendo. Engaña un poco pues con apariencia de apenas diez grados tiene 13 y ese es uno de los secretos de esta bodega de Rueda que le debe a su dueño y "pensador", Jesús María Soto el haber lanzado este tipo de producto vinícola. Su nombre: "Naranjas azules" y es todo un compendio de la política de estos tiempos. La apariencia dice mucho, las mezclas están de moda y una buena campaña de marketing logra milagros. Si además "conecta" con la gente moviéndose en esa zona media que es la clase media, éxito seguro.

Los naranjas de Ignacio Aguado sirven para rebajar tanto el tono azul del PP como el rosa fuerte del PSM y desde luego aleja a los "garnachas" de Podemos de los círculos de poder. Lo hacen en Madrid, lo han hecho en Murcia y, con otras tonalidades, se mantienen como compañeros indispensables en Andalucía. Gastronomía y política maridan bien. Creo que Cifuentes debería invitar a una ronda a sus señorías antes de que llegue mayo y la votación en la Asamblea no sea para tumbar las enmiendas sino para defender los Presupuestos. Salud.