OPINION

Se fueron 6, quedan 9

Jueves 02 de octubre de 2014

23/03/2010.- La presidenta regional, Esperanza Aguirre, empezó, en mayo de 2007, con un equipo de 15 consejeros, y tras varias remodelaciones, la última, provocada por la dimisión de Juan José Güemes como responsable de Sanidad, se queda con 9.



En el camino se han ido perdiendo consejerías. En junio de 2008, se fueron Alfredo Prada, Manuel Lamela, Beatriz Elorriaga, Gador Ongil y Fernando Merry del Val. Había dos Vicepresidencias y una se esfumó, la del popular espiado por otros populares, según dicen los vigilados, Hacienda se unió con Economía, Vivienda se llevó Medio Ambiente y Presidencia se quedó con Justicia e Interior.

Casi un año después, Aguirre se cepilló a Alberto López Viejo por sus relaciones con los golfeos de Gürtel y sus asuntos pasaron a la única Vicepresidencia, la ocupada por Ignacio González. Ya quedaban menos. Semanas después se marchó Santiago Fisas y Cultura se quedó con González, quien poco a poco se ha convertido en el consejero con más poder y tareas.

Ahora se va Gúemes y de nuevo se unen competencias de consejeros recolocados a consejerías que engordan sus responsabilidades.

Desde el Gobierno regional se explica que todo tiene que ver con acciones de austeridad ante la crisis. Para añadir sal a este cocido recocinado que son las representaciones teatrales de un abandono como el de Güemes, la presidenta regional anunció que el próximo Consejo de Gobierno aprobará una drástica reducción de coches oficiales.

La versión de la oposición es radicalmente distinta. La portavoz socialista, Maru Menéndez, y el secretario general del PSM, Tomás Gómez, coincidieron en denunciar lo que ellos llaman la descomposición del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Seguro que los próximos debates parlamentarios tienen que ver con la exigencia socialista de explicaciones en la Cámara autonómica.

El portavoz de IU, Gregorio Gordo, dijo que no se cree nada de lo explicado desde el PP sobre la marcha del consejero de Sanidad y aseguró que su dimisión tiene que ver con la máxima de Aguirre de lanzar al vacío a los que dejan de ser fieles hasta en el pensamiento.

La oposición quiere saber, el Gobierno no quiere contar y los ciudadanos, a los que trae sin cuidado que Gúemes se quede o se vaya, están pendientes de que los parlamentarios aborden los problemas que más dicen preocupar a la clase política.



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