Esas mismas empresas, que van desde Gad3 a Sigma Dos, Sociométrica, Celeste, Ipsos… aseguran que el PSOE se moverá entre el 25,8 y el 30,4% de los votos, un resultado que en la actual situación de agrios, personales y muy duros enfrentamientos, dentro de las actuaciones judiciales que afectan a las dos grandes formaciones de izquierda y derecha, no estaría nada mal para los socialistas.
Hay dos encuestas que ven la situación electoral de manera muy distinta, el oficial CIS y la última en hacer públicos sus estudios demoscópicos, Opina 360. Estas dos creen que el ganador electoral sería el PSOE, que se movería entre el 30,4 y el 32,7% de los votos, mientras que el PP se quedaría entre el 23,7 y el 27,4 de los sufragios. Un escenario que ha ido cambiando en el transcurso de las últimas semanas y que reflejaría el cansancio de los ciudadanos ante los continuos ataques partidistas y el olvido de los temas que afectan a la vida diaria de los españoles.
El tercero en intención de votos, de forma muy destacada respecto al numeroso y disperso resto de los partidos y formaciones que podrían tener un escaño en el Congreso, es Vox, en el que coinciden todas las encuestas que se pueden mover entre el catorce y el veinte por ciento. Si sumamos las posibilidades de Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal respecto a la suma de votos y escaños tendremos que ya sabrían que ochenta de cada cien españoles con derecho a voto les van a elegir, con dos primeras conclusiones: ninguno tendría mayoría absoluta por sí mismo y sería el PP quién lo conseguiría, siempre que aceptara la ayuda parlamentaria de Vox y sus condiciones.
Los socialistas, en el mejor de los casos, con ese 32,7% que le dan la más optimista de las encuestas, necesitaría que todo ese 20% restante de votos de muy distinta naturaleza y origen demográfico le apoyara (algo parecido a la que ha sucedido desde 2018 hasta ahora) para legar a ese mínimo de 176 escaños que le permitiera a Pedro Sánchez - que ya ha afirmado que quiere ser el candidato del PSOE en 2027 - mantenerse en La Moncloa.
Más fácil y más concentrado en cuanto a “pagos electorales y favores programáticos” lo tendría Núñez Feijóo, pero con un nuevo problema añadido que no tuvo hace dos años: su mejor dato en las dos encuestas que se distancian de las otras doce, el 27,4%, sumado al 20% que le da el CIS y Opina 360 a la formación de Abascal, indica que tendrían que recurrir a ese centro derecha en el que está el disperso 20% restante, ya fuera Junts, PNV o incluso Coalición Canaria o Teruel Existe. Feijóo y Sánchez sujetos al mismo problema de la desaparición del cómodo bipartidismo imperfecto que ha dominado la política española desde comienzos de la Democracia.
La constante y sistemática publicación de esos catorce resultados demoscópicos explica los movimientos de los partidos y las declaraciones de sus dirigentes. A mayor caída demoscópica la izquierda más radical en sus postulados, más subida del PSOE. Y a la inversa.
En el lado contrario la aparente subida imparable de Vox está llevando al PP a endurecer sus mensajes, con las diferencias que existen entre sus propios barones automáticos en algunos temas como la emigración y hasta el dilema del aborto. Siempre con la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid como “versos libres” frente a la estrategia del núcleo duro y fiel que acompaña a Feijóo.
Ocurre lo mismo entre las formaciones y partidos que se repartirían el 20% de los votos. En la lucha en Cataluña entre Junts y Esquerra ha aparecido Alianza Catalana, algo que favorece al PSOE; y en Euskadi, el PNV y Bildu van a seguir liderando el votos en las tres provincias vascas. Puede que el próximo gobierno se obtenga por uno o dos escaños “sin control”, a los que habrá que “pagar” muy caro el ganar el sillón de La Moncloa.