Tony Blair, sería el `primer ministro´del nuevo protectorado para Palestina
Raúl Heras | Miércoles 01 de octubre de 2025
Sólo un ciego que fuera además sordo, mudo y suspendiera en historia de forma reiterada podría pensar que los veinte puntos enumerados por Donald Trump tras su reunión con Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca podían conducir a la paz en esa zona de Palestina. Son imposibles de cumplir, ni ahora ni en los próximos años. El primer ministro israelí ya se encargo de negarse a cumplirlos: “no habrá estado palestino”.
Las prisas por alabarlo por parte de los dirigentes europeos, con Pedro Sánchez a la cabeza, llevan a un única conclusión. Como ninguno de ellos es ciego, ni sordo, ni mudo y al menos saben de historia lo suficiente como para conocer todo lo que ha pasado en Oriente Medio desde hace siglos, la única respuesta es que mienten y que, de nuevo, quieren adular al presidente norteamericano. Tampoco cabe sorprenderse por la aceptación que ha hecho el máximo responsable de la Autoridad Nacional Palestina, que apenas puede señalar en el mapa de Cisjordania las partes de ese territorio que no están ya ocupadas por colonos judíos.
Plantear una marcha atrás en la Historia para que Palestina vuelva a ser una especie de protectorado occidental con un “presidente” por un periodo no menor a cinco años, que sería el propio Trump y que tendría como “primer ministro” al británico Tony Blair, es una gran humorada que no de otra forma cabe llamar a ese nuevo planteamiento para conseguir la paz en Gaza. Un territorio que está destrozado, cuyos habitantes han tenido que marcharse en su inmensa mayoría, en la que el único poder real está en manos de Hamas y que va a necesitar de muchos años y muchos miles de millones para reconstruirse.
Pedir a la organización terrorista que se “automutile”, que desaparezca, que libere a los rehenes y entregue las armas y que acepte al nuevo colonialismo contra el que lleva combatiendo desde hace cuarenta años, tras nacer con un primer objetivo que no era combatir al Gobierno de Tel Aviv si no acabar con la OLP de Yaser Arafat y sus conversaciones con el premier israelí Isaac Rabin, que podían haber avanzado hacia una paz, siempre a paso de tortuga.
El punto 21
Me pondrá positivo y pensaré que los palestinos renuncian a tener un estado, salvo que sea un pequeño protectorado de la ONU durante un número ilimitado de años en la zona de Cisjordania. Estaría cumpliéndose el punto 31 que ya planteó Trump hace meses: Gaza sería un playa infinita de rascacielos y hoteles de lujo en el que los palestinos encontrarían grandes bolsas de trabajo como camareros, cocineros, limpiadores ... Por soñar con el buenísmos que no quede
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