La derecha española hace tiempo que perdió el sentido de la realidad. En 1945 algunos periódicos franquistas, como el Informaciones, se negaron a dar la noticia de la rendición de la Alemania nazi y nunca reconocieron la existencia de las fábricas de muerte para gasear a judíos. La derecha franquista fue anti sionista y anti norteamericana hasta que Aznar cambio su sentido ideológico y se hizo pro estadounidense, con su famosa foto de las Azores con Bush, y proisraelí. Los mismos que antes calificaban como burdas mentiras lo ocurrido en los campos de exterminio nazis ahora proclaman que los casi 100.00 muertos palestinos es una burda patraña inventada de los propios asesinados por el genocida Netanyahu.
Esta increíble e inexplicable postura de la derecha española le ha llevado a Ayuso y a Martínez Almeida, y también, como no, a Esperanza Aguirre, al paroxismo más absoluto creyendo a los gurús trumpistas que proclaman una derechización de las sociedades tanto en Estados Unidos como en Europa. Se equivocan y acabarán pagando electoralmente sus mentiras.
Pedro Sánchez, está claro, quiere sacar rédito de esta mentalidad de la derecha, pero también se equivoca si cree que los activistas que pararon la Vuelta a España por la presencia de un equipo israelí se van a parar ahí.
Eso creyó también Zapatero cuando “desnudó” a la derecha de Rajoy legalizando el matrimonio gay y desatando una furia descontrolada de la Iglesia y de su partido el PP. De aquellas movilizaciones nació el germen del 15 M que finalmente ayudó a sacarle las costuras al propio PSOE que estuvo a punto de ser sobrepasado por Podemos.
Decía uno de esos gurús encuestadores que lo saben todo –y no saben nada- que Vox crece porque es el único partido que no ha gobernado y porque se aprovecha de los problemas reales que tiene la sociedad y que los socialistas niegan. Si Podemos no hubiera cometido el error de entrar en el Gobierno de Sánchez ahora sería más creíble pero el Poder les pierde a todos.