RAUL HERAS

OTAN y el 5% del PIB. de entrada no, y de salida, ya veremos

Raúl Heras | Viernes 20 de junio de 2025
Utilizar a la OTAN para posicionarse electoralmente es un viejo truco de los líderes del PSOE. Lo utilizó Felipe Gonzalez ante el referendum que convocó Leopoldo Calvo Sotelo, con su estudiado y ambivalente: “de entrada, no”, para ganar las elecciones y mantener a nuestro país en la Organización. Pedro Sánchez ha hecho lo mismo: no al 5% del PIB para invertir en Defensa y en detrimento de otras áreas. Es un movimiento obligado ante el deterioro de la situación política en la que vive, una forma de posicionarse a favor de las tesis que defienden la mayoría de sus socios de investidura.

Al margen de la estrategia de defensa personal y partidista que representa su carta a Mark Rutte, decir no al 5% de inversión es una obligación económica. España no puede hacer ese cambio en su estructura económica, que significaría desmantelar el llamado “estado del bienestar”. Ni puede España, ni pueden ninguno de los países que integran la Unión Europea. Hemos llegado al dos por ciento y con muchos cambios podríamos llegar al tres dentro de dos años, coincidiendo con el fin de la Legislatura. Si se adelanta el ciclo de de las urnas y es el PP el que tiene que afrontar esa imposición de Donald Trump y del secretario general de la Alianza, el resultado será una mayor confrontación social, inevitable por el recorte que tendría que hacer el nuevo Gobierno para cumplir con ese descomunal aumento del gasto militar.

No parece que sea la defensa de la sanidad, las pensiones, el seguro de desempleo, la educación, la transición ecológica o la defensa del feminismo lo que haya llevado a Pedro Sánchez a rechazar formalmente y por carta los deseos de Estados Unidos. Sin la crisis causada por los escándalos de presuntas corruptelas de su círculo más cercano, el presidente del Gobierno se habría mostrado más conciliador y más dispuesto a elevar de forma populatina en los próximos años esa contribución a la defensa europea. Una defensa que insiste en proclamar a Rusia como el enemigo que va a atacar al resto de Europa en los próximos años, como si el desastre de su imagen militar en Ucrania no fuera suficiente.

Agotadas todas las vías internas para salvar su imagen, Pedro Sánchez ha encontrado en la OTAN la mejor de las excusas para defenderse de los ataques de la derecha y de la mayoría de sus socios. Es un viraje hacia la izquierda que tiene poco recorrido, apenas el que transcurra entre el hoy y la celebración de elecciones generales o de su salida de La Moncloa. La OTAN es un elemento añadido a la batalla por la permanencia en el poder y otro reto que el presidente les lanza a sus adversarios, tanto a los de dentro del PSOE como a los de la oposición, incluyendo en ese bloque a los independentistas catalanes y vascos.


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