Cada vez más personas buscan información para solucionar sus problemas bucales
Los implantes son elementos metálicos que se colocan de manera quirúrgica en los huesos maxilares, debajo de las encías. Una vez han sido colocados en el lugar correspondiente, el dentista puede sobreponer las coronas o puentes fijos, que serán los que reemplacen las piezas dentales originales que se han perdido.
El implante se fusiona con el hueso mandibular, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales que van encajados en ellos. Las prótesis no se deslizan ni se corren en la boca, lo cual favorece la masticación y el habla. Esto contribuye a que las piezas que se sientan más naturales.
Para algunas personas los puentes o prótesis ordinarios resultan incómodos, porque les producen irritaciones, pues no se adhieren de forma correcta y acaban causando diferentes laceraciones bucales e incluso náuseas.
Para poder utilizar los implantes es necesario que las encías estén sanas y el hueso en buen estado, de manera que pueda soportar el trabajo que hay que realizar sobre él. El paciente debe asumir un compromiso de higiene para mantener la estructura limpia y realizar visitas regulares para el mantenimiento óptimo de las mismas.
Dos de los implantes que se suelen utilizar de manera habitual son:
Antes de que cualquier usuario se someta a una intervención, lo mejor es informarse acerca de ella y consultar con un especialista. Entre las dudas más frecuentes se encuentran las siguientes:
Lo primero que se suele realizar es una prueba de imagen, que permite obtener una buena visión del hueso para verificar que es posible la implantación de la pieza de manera correcta. También se realiza una exploración de la encía para verificar que está sana o si está enferma ver si existe la opción de curarla. También se estudia la oclusión de la boca, pues una mordida inadecuada puede provocar que el implante reciba más presión de la necesaria.
Puede ocurrir que la encía esté enferma y tenga algún tipo de infección, en este caso habría que someterla a algún tratamiento previo de antibióticos. Si el hueso es el que posee una densidad débil podría intentar solucionarse regenerando con hueso del paciente, pero si no es posible porque la encía es débil ya no serían viables los implantes.
Existen unos que pueden usarse en masas óseas algo más débiles. También puede realizarse el clásico “puente”, que consiste en colocar una prótesis dental que va apoyada en las piezas de los lados. Con el paso del tiempo los dientes pueden debilitarse, por ese motivo los expertos cada vez más intentan utilizar los implantes fijos, pues dañan menos la estructura de la boca.
Como no todo tienen la misma calidad, es bueno acudir a una Clínica Dental MEID, para que sean los especialistas los que aconsejen cuales serían las opciones más viables para cada paciente. Cada clínica trabaja de una forma, es por eso que el usuario debe consultar los presupuestos.
No, los implantes no se aprecian a simple vista, y más cuando han sido colocados por expertos como los de Clínica de Implantes Dentales MEID. Los dientes artificiales se colocan sobre ellos, se diseñan para que parezcan naturales y que vayan acordes con la estructura bucal y facial de la persona.
Entre las situaciones más habituales que pueden surgir y que afectan a los implantes, son las inflamaciones en las encías que pueden evolucionar en periimplantitis, es decir una infección del hueso que sujeta la estructura.