"Vi que debería tener esa actitud", ha explicado en un desayuno de prensa, una decisión que tomó una vez pasadas las fiestas de agosto, cuando "no tenía claro" qué postura adoptar. Se decantó por la decisión que ahora defiende tras hablar "con unos y otros".
"Si a los ciudadanos creyentes no les molesta que una persona que no tiene religión y no participa en los ritos de la religión esté presente como acto de deferencia y comprensión...", ha explicado.