Jueves 02 de octubre de 2014
Tres activistas chinos que luchan contra la corrupción se enfrentan este lunes a la Justicia por haber realizado una campaña para revelar los bienes y riquezas de los miembros del Gobierno. A pesar de la ofensiva lanzada por el presidente, Xi Jinping, para detener la corrupción en su partido, éste es el primer caso en el que los juzgados son activistas anticorrupción.
Las autoridades, que vieron la campaña como un desafío, han detenido durante los últimos meses a 15 activistas involucrados en una campaña para reveler y publicar la riqueza de los miembros del partido.
Varios grupos en defensa de los Derechos Humanos han descrito las detenciones como la primera gran medida de represión contra activistas por parte del nuevo Gobierno.
Los tres activistas, Liu Ping, Li Sihua y Wei Zhongping, fueron detenidos el mes de abril en Xinyu, en la provincia sureña de Jiangxi, y posteriormente acusados por asociación ilícita. Ahora se enfrentan a una condena de cinco años de prisión en el caso de ser declarados culpables.
Zhang Xuezhong, el abogado de uno de los detenidos, ha asegurado que la Policía ha intentado evitar la entrada de los abogados defensores en el juzgado esta mañana, aunque gracias a la intervención del propio tribunal, finalmente les han permitido la entrada.
"Los tres se declaran no culpables", ha asegurado Zhang en una conversación telefónica con la agencia de noticias Reuters, antes de manifestar su pesimismo ante el caso.
Los detenidos están involucrados en el Movimiento Nuevos Ciudadanos, y sus abogados trabajan dentro del propio sistema para ejercer presión para llevar a cabo reformas. Su fundador, el importante activista Xu Zhiyong, fue arrestado el pasado mes de agosto.
Wang Cheng, abogado y amigo de los tres detenidos y que no está directamente involucrado en el caso, ha asegurado que cree que el Gobierno está intentando enviar el mensaje de que no tolerará las actividades de los grupos en defensa de los derechos de los ciudadanos.
"Están utilizando este caso para advertir a otros, para tomar el control de este tipo de actividades", ha asegurado Wang. "Esto demuestra lo nerviosos que están" en el Gobierno, ha añadido.
CHIVOS EXPIATORIOS
El ascenso el pasado mes de noviembre de Xi Jinping a jefe del Partido Comunista de China (PCCh), el primer cambio de liderazgo de la última década, ha levantado la esperanza ante posibles reformas políticas, y ha servido como estímulo a los ciudadanos para ejercer presión para revelar los bienes y riquezas de los dirigentes del partido a través de varios movimientos que se están llevando a cabo a lo largo de todo el país.
Sin embargo, las acusaciones contra estos activistas son un fuerte indicador de que el PCCh no tolerará ningún desafío directo a su Gobierno bajo Xi, a pesar de que éste proclama una mayor transparencia.
Xi, que se convirtió en presidente el pasado mes de marzo, ha lanzado una fuerte ofensiva contra la corrupción, advirtiendo, como muchos dirigentes han hecho antes que él, de que el problema es tan grave que podría amenazar la supervivencia el propio partido.
Envalentonados por el compromiso de Xi con una mayor transparencia en su Gobierno, los activistas tomaron fotos de sí mismos portando carteles y pancartas que rezaban lemas como "Instamos a los miembros del Gobierno a que revelen sus riquezas" o "Xi Jinping, acaba inmediatamente con la dictadura". Las imágenes han recorrido el país de punta a punta gracias a las redes sociales.
"Liu, Wei y Li están siendo utilizados como chivos expiatorios, así el Gobierno amenaza a cualquier grupo influyente de activistas anticorrupción", ha asegurado la directora de Human Rights Watch (HRW) para China, Sophie Richardson.
"Si el fallo no es la absolución, se verá socavada la credibilidad del Gobierno en cuanto a su compromiso para acabar con la corrupción", ha añadido.
Ha habido algunos planes piloto, dirigidos a cargos del Gobierno de bajo nivel en la provincia de Guangdong, en el sur del país, para publicar sus bienes, sin embargo se han hecho pocos progresos y el debate sobre la riqueza de los líderes, como el presidente, siguen estando fuera de los límites de estos nuevos planes.
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