Jueves 02 de octubre de 2014
Cuando parecía que teníamos uno de los más saneados sistemas financieros de Europa y que las fusiones bancarias que engulleron las cajas de ahorro, entre ellas, Caja Madrid, y supusieron de hecho la privatización absoluta de estas entidades tan relacionadas con los gobiernos autonómicos, nos enteramos que de lo dicho nada de nada, y que Bankia tiene más agujeros que un queso gruyer.
El presidente de esta entidad, nacida de la unión de Caja Madrid con mas bancos, alguno de Valencia y del que parece que sus balances tenían más trampas que mentiras, Rodrigo Rato, se marchó de la noche a la mañana y dejó en su puesto a otro del sector, tras saber que la nacionalización estaba a la vuelta de la esquina. Hubo que inyectar miles de millones de euros públicos para tranquilizar a accionistas, trabajadores y clientes, inquietos por el derrumbe en Bolsa de sus acciones, PSM, PP e IU, con representantes en los consejos de Administración de Bankia y Caja Madrid, no saben nada de nada y echan la culpa de los sucedido al empedrado, Los socialistas culpan a Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y a Rato, y los populares, al gobernador del Banco de España, colocado por José Luis Rodríguez Zapatero, y al último gobierno socialista. Este asunto pasó a un segundo lugar después de que otra noticia mayor se comiese la anterior. Aguirre había presumido en demasiadas ocasiones de presidir la única comunidad que cumplía los objetivos del déficit marcados por el Gobierno de España. Ahora nos enteramos que de eso, nada de nada.
Al final, los Presupuestos de 2011 no fueron los mejores para nadie y Madrid se desvió 2.090 millones de euros, el doble de lo anunciado. Todo de la noche a la mañana, como la salida de Rato de la Presidencia de Bankia, y sin que nadie se mueva de su puesto, como los consejeros de este banco que se han negado a secundar a su jefe. Todos estos desbarajustes en Caja Madrid y en los ingresos y los gastos regionales son un síntoma claro de que unos y otros no le dicen la verdad ni al médico.
También de que los gobernantes del PP pretenden seguir echando mano de la herencia recibida hasta que acabe la Legislatura y mientras duren los efectos negativos de la crisis y de sus brutales recortes que arañan a las personas más pudientes y destrozan el rostro y el alma de los colectivos más necesitados y más vulnerables a todos los chaparrones económicos. Habrá más recortes y peores tiempos para los servicios públicos. Habrá menos de todo para todos. Cuando hay tantos colectivos necesitados de algún que otro rescate, resulta que los rescates son para los bancos.
También para los ingresos de los dueños de los casinos, los bingos y las tragaperras, que han caído bastante. Parece que la culpa de la crisis en este sector del juego se debe a la prohibición de fumar en estos locales, que deben cumplir la ley como el resto de actividades de negocio. Esta es la excusa de Esperanza Aguirre para pedir al Gobierno de Mariano Rajoy un cambio en Ley Antitabaco, pero no para los de los casinos de Madrid sino para satisfacer al magnate del juego Sheldon Adelson, el que quiere montar Eurovegas en Alcorcón. Si propagar los malos humos del tabaco en los casinos de Eurovegas beneficia a la economía madrileña y crea miles de empleos mal pagados, qué más da la salud de los madrileños y mucho menos, la necesaria buena salud de una economía que piense en el desarrollo y la tecnología y también en la formación de sus trabajadores.
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