Jueves 02 de octubre de 2014
La disputa de la Supercopa en agosto centra todo el interés del verano futbolístico en nuestro país. El torneo que habitualmente tiene menos trascendencia va a dar mucho que hablar este año por proporcionarnos dos nuevos enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona. Ya reconoció Xavi que en esta ocasión la ilusión por ganar la Supercopa era mayor por medirse al equipo blanco. Pero, ¿realmente habrá que sacar conclusiones que valgan para el resto de la temporada de estos dos duelos?
Es evidente que el vencedor querrá darle un valor especial al triunfo por lograrlo ante el eterno rival y el que pierda dirá que las citas verdaderamente trascendentes llegarán más adelante. Pero en este pulso llevado al límite que mantienen los dos equipos, especialmente en las dos últimas temporadas, cada batalla entre ellos tiene un valor importante por aquello de comprobar si los hombres de Guardiola sigue instalados un escalón por encima o los de Mourinho están cada vez más cerca.
El técnico portugués se ha cansado de repetir que sus equipos son más fuertes en su segunda temporada y este es un buen momento para empezar a comprobarlo. Además será la primera ocasión en que se vuelvan a medir con sus nuevos refuerzos, lo que quizá haya podido alterar el equilibrio de fuerzas.
No será la liga, ni mucho menos la Champions, pero en estos dos partidos el ganador puede obtener algo más importante que un trofeo para las vitrinas: lograr ventaja en la batalla psicológica.
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