Mubarak se resiste a irse

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, que lleva treinta años en el poder, se resiste a dejar su “trono” a pesar de las continuas y masivas manifestaciones que exigen su retirada, igual que hicieron los tunecinos con más éxito al echar a Ben Ali. En Egipto, los estrategas norteamericanos e israelíes diseñan otras fórmulas para impedir que el país, limítrofe con Israel y con una posición estratégica en el Mar Rojo, por donde circula gran parte del petróleo que va a Occidente, caiga en manos no ya del fundamentalismo islámico, sino de personas que pudieran conectar ideológicamente con los palestinos o con un cierto panarabismo como el de la época de Nasser. Washington sospecha incluso del líder de la oposición, el moderado Mohamed El Baradei y se niega a dar su visto bueno para el cambio.