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Rouco-Varela quiere ser Papa

Por Rafael Gómez Parra
jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
Rouco Varela es, además del arzobispo de Madrid y el presidente de la Conferencia Episcopal española, un perenne candidato a Papa. En eso se parece a Mariano Rajoy, que lleva dos legislaturas –esta será la tercera- intentando ser presidente del Gobierno español. Angel María, que tan seráfico nombre tiene el jefe de la Iglesia española, quiere demostrar al Papa Ratzinger y a la Curia romana que tendrá que elegir a la muerte de éste último a su sucesor, que tiene el poder suficiente para echar abajo al Gobierno socialista de Zapatero. Y lo intentó entre 2004 y 2008 lanzando a las masas católicas a las calle contra el matrimonio homosexual o contra la asignatura de la educación ciudadana. Si lo hubiera conseguido a lo mejor ahora el Papa hubiera sido Rouco en vez de Benedicto XVI.

El fracaso de esa primera etapa –donde contó con la inestimable colaboración de Jiménez Lozanitos- no le amilanó y ahora quiere volver a la carga a pesar de que su antaño socio, el cardenal Antonio Cañizares, ex arzobispo de Toledo, le ha abandonado y ha preferido irse a Roma a dirigir uno de los ministerios del Vaticano y forjarse su propia candidatura también para suceder a Ratzinger si éste dura tan poco como le vaticinan los expertos.

Pero Rouco-Varela sigue soñando con ser papa y mantiene la presión sobre el Gobierno de Zapatero, ahora por el tema de la ampliación de la ley del aborto, organizando manifestaciones con la ayuda del Foro de la Familia, que dirige el ex secretario de Estado de Medio Ambiente de Aznar, Benigno Blanco, o misas multitudinarias con la colaboración de Monumento neocatecumenal, bautizado como los “Kilos”, una especie de “hippys guais” católicos que recoge la tradición de las misas acompañadas por guitarra y monjas Sor Citroen.

Otra batallita comenzada por el alevín de Rouco-Varela, el secretario de la Conferencia Episcopal, Javier Martínez Camino, es la de amenazar con la excomunión a los políticos que voten a favor de la nueva ley del Aborto de la ministra Bibiana Aído. Uno de sus objetivos es el presidente del Congreso, José Bono que no solo presume de ser tan católico como socialista – aberración que molesta mucho a Rouco-Varela- sino que ha hecho gala de ser muy amigo del ex arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, un ultraconservador que fue socio del arzobispo de Madrid, pero que ha preferido convertirse en intermediario entre el Gobierno socialista español y el Vaticano. De hecho Jiménez Lozanitos le acusó de haber sido el causante de su expulsión de la COPE.

Cañizares tiene ciertas ventajas sobre Rouco a la hora de aspirar a convertirse en Papa a la muerte de Benedicto XVI. Una de ellas es la edad, otra la seguridad que dar estar en el Vaticano y la facilidad para hacer buenas relaciones con los obispos de todo el mundo y trabajarse los votos del próximo Concilio.

Rouco en cambio ha puesto toda la carne en el asador de España y la oposición a la política de Zapatero, a pesar de que los sucesivos Gobiernos socialistas han mantenido los privilegios de la Iglesia Católica, el Estado mantiene a los curas de las parroquias y les garantiza la Seguridad Social y las pensiones de jubilación, además de dedicar cuantiosas cantidades a Cáritas y la financiación a los colegios católicos.

El presidente de los obispos españoles trata además de empujar al PP a suscribir toda la política del Vaticano a pesar de que muchos de sus dirigentes no han pisado una Iglesia más que cuando hicieron la primera comunión. Pero para la estrategia de Rouco vale todo.

Todas estas escaramuzas son los preparativos para la batalla final contra el Gobierno socialista que Rouco Varela está organizando para el 2011, en plena campaña electoral previa a las elecciones de marzo de 2012, que será también la última oportunidad de Mariano Rajoy.

El punto de partida de esa campaña será el Encuentro Mundial de la juventud Cristiana que la Iglesia Católica celebrará a finales de 2010 y que contará con la presencia de miles de jóvenes católicos de todo el mundo que aclamarán al Papa Ratzinger y al arzobispo Rouco Varela como máximos dirigentes de la vuelta del catolicismo a las cavernas.

En esa gran reunión, a la que van a colaborar todas las grandes organizaciones de la Iglesia Católica, desde los “kilos” hasta el Opus Dei, Rouco intentará dar la puntilla al Gobierno de Zapatero para ofrecérselo en bandeja a Rajoy, con la condición de modificar la ley del aborto y devolver la religión a las aulas.
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