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Dos lobos, Page y Núñez, a la caza del rebaño de corderos de C’s
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Dos lobos, Page y Núñez, a la caza del rebaño de corderos de C’s

lunes 26 de septiembre de 2022, 11:26h
Sin ser nueva, la dureza de las declaraciones del presidente de Castilla la Mancha sobre los comportamientos de su compañero, secretario general de su partido y presidente del Gobierno de España, alejándose de los que le permitieron gobernar durante cuatro años en su Autonomía y lanzando lisonjas al líder de la oposición, tiene una muy fácil explicación que no se basa en la lucha interna del socialismo. Se trata de supervivencia.
Emiliano García Page, que siempre ha sido un lobo en política, no quiere que el lobo que tiene enfrente vestido de azul, Francisco Núñez, se quede con todo el rebaño de corderos en el que Inés Arrimadas y Edmundo Bal han convertido al partido Ciudadanos. Socialista y popular buscan quedarse con la mayor parte de los 122.955 votos que recibió el partido naranja en Castilla la Mancha en las elecciones autonómicas de 2019. En ese número está la clave del futuro gobierno.
El actual presidente y sucesor de José Bono y José María Barreda tiene a sus espaldas una larga trayectoria de aprendizaje y práctica política. Un cuarto de siglo le avala y ha sido capaz de alejarse lo suficiente de los dos “compañeros” que fueron sus mentores, por un lado, de la aspirante a la Secretaria General derrotada por Pedro Sánchez, más tarde, y hasta del hoy omnímodo poder del inquilino de La Moncloa. Busca su propio espacio dentro del socialismo siguiendo, en eso, el ejemplo de Bono y de Barreda, incluso puede que en su mente esté la sustitución de Sánchez al frente del PSOE si éste fracasa en las próximas elecciones generales o se “retira” a un puesto menos duro en el día a día como es la Internacional Socialista.
Creen dentro del palacio de Fuensalida, en el que está la presidencia autonómica, que desde la dirección socialista de la calle Ferraz han pensado más de una vez en cambiar el liderazgo en la Región, poner un candidato alternativo y ahorrase así el esfuerzo de tener que contestar a cada una de sus intervenciones, sobre todo en los dos últimos años. Emiliano García Page y Pedro Sánchez son compañeros de militancia pero no son amigos. Es más, si pudieran harían desaparecer al otro de la esfera pública. Hoy por hoy no pueden, ni siquiera utilizando a ese comodín que se ha “fabricado” Sánchez en la persona de Isabel Rodríguez, la actual portavoz del Gabinete, que fue la senadora más jóven de España ( 2004 )y alcaldesa de Puertollano ( 2019-2021) hasta ser llamada a Madrid en la remodelación del Consejo de Ministros para sustituir a la hoy embajadora en el Vaticano.
En Castilla la Mancha, en 2019, Ciudadanos dobló en votos a Vox, de ahí que a Page no le importe ese factor en el seno de la derecha y sí tenga por seguro que si los apoyos que tuvo C´s se fueran en masa al Partido Popular de Núñez, las posibilidades de permanecer en el palacio del poder regional serían muy pocas. El primer dato a tener en cuenta es fundamental: el Parlamento regional tan sólo tiene 33 escaños tras la reforma que realizó la por entonces presidente popular, María Dolores Cospedal. Eso hace que la media está en los 16 representantes y que con uno más se alcanza el gobierno.
El último escaño en cada una de las cinco provincias lo ganó el PSOE por muy pocos votos. Estos fueron los números: en Cuenca, con 5 escaños en juego, el PSOE consiguió tres por dos el PP; en Guadalajara, con otros cinco, el reparto fue más amplio, tres para los socialistas, uno para los populares y otro para Ciudadanos; en Toledo, con nueve asientos a repartir, el PSOE se alzó con cinco, el PP con 3 y Ciudadanos con uno; en Ciuadad Real, con siete escaños, el PSOE se llevó cuatro, el PP se tuvo que conformar con dos, y Ciudadanos de nuevo con uno; y algo muy parecido ocurrió en Albacete: de siete, cuatro fueron para los socialistas, dos para el PP y tan sólo uno para Ciudadanos. En ninguna de las cinco provincias lograron representación ni Unidas Podemos, ni Vox.
Ese último escaño cambiaría los resultados en caso de inegración del voto centrista en el Partido Popular y el derrotado Francisco Núñez se convertiría en ganador, bien por la exigua mayoría de un sólo escaño o por ese mismo porcentaje si ese asiento fuera a parar a Vox. Al líder socialista le pasaría lo mismo en caso de que fuera un representante de Podemos o de Izquierda Unida el que lo consiguiera. Tanto Page como Núñez creen que tienen asegurado quince representantes en las Cortes de Castilla la Mancha y van a emplear estos meses en atraer a esos miles de votos que fueron a Ciuadadanos. No les vale la abstención, que haría más incontrolable los resultados. Dos ejemplos más precisos: en Albacete se adjudicó por una diferencia de 1684 votos y en Ciudad Real por tan sólo 811 papeletas. Números fáciles de cambiar en mayo del año próximo.
En 2019, la izquierda en su conjunto, sumando al PSOE y a Unidas Podemos ganó a la derecha del PP, Ciudadanos y Vox por 50.357 votos. Esa es la lectura global pero si bajamos a los datos provinciales se explican las dudas y las palabras del actual presidente cuando se refieran al Gobierno de Pedro Sánchez, sobre todo en su relación con los socios que representan Yolanda Díaz, Ione Belarra y Alberto Garzón, las hoy ya “tres patas” en las que parece que se va a apoyar la oferta a la izquierda del socialismo.
La diferencia, con los datos de hace cuatro años, sería la siguiente: en Cuenca sería menos de siete mil votos; en Guadalajara lo mismo; en Toledo alcanzaría los 15.000 sufragios, muy parecida la situación en Ciuadad Real; con Albacete dónde apenas llegaría a los cuatro mil votos. Diferencias que dejan muy clara la importancia de Ciudadanos y su futuro. Si es el mismo que el de Madrid o Andalucía lo más lógico es que esos 122.955 votos vayan a nutrir las arcas del Partido Popular pese a que la imagen de su líder regional no es la más fuerte que podría conseguir el equipo de Núñez Feijóo. En ese aspecto personal le gana con comodidad el dirigente del PSOE.