www.cronicamadrid.com
Las difíciles y dobles necesidades de Sánchez y Casado
Ampliar

Las difíciles y dobles necesidades de Sánchez y Casado

jueves 11 de noviembre de 2021, 10:40h
Hemos vuelto a la lucha por el centro político entre los dos grandes partidos españoles. Sánchez necesita a Unidas Podemos tanto como Casado a Vox. Dobles y difíciles necesidades a lograr en 18 meses

El primero necesita que Yolanda Díaz mantenga al menos los actuales 35 escaños de UP. El segundo que Santiago Abascal le ayude a sumar la mayoría absoluta sin que le “ quite” los votos necesarios para superar los 120 escaños.

Las dos tareas son complejas desde la pérdida del bipartidismo imperfecto que dominó hasta 2015 en esta España en la que todas las encuestas dan hasta 40 escaños a los nacionalistas de izquierdas y derechas, con Cataluña en primera línea.

Desde que apareció en la gran escena de la política nacional, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE se presentaba como un socialdemócrata de la primera mitad del siglo XX, un hombre que encajaba a la perfección en los esquemas que definieron la actuación del alemán Willy Brandt y el sueco Olof Palme, los dos líderes europeos que apadrinaron y acompañaron en su ascenso dentro del socialismo español a Felipe González.

Tenía, eso si, el problema de trasladar esos esquemas de reformismo, defensa del estado del bienestar, capitalismo popular y pactos sociales a un siglo XXI que arrancaba con una crisis mundial del modelo que, con la caída del Muro de Berlín y la desintegración dela Unión Soviética, aparentemente había vencido al comunismo y se disponía a gobernar un mundo sin ideologías. Ni siquiera podía recurrir a la famosa Tercera Vía de Tony Blair y el Laborismo británico, que sirvió para vencer a los " hijos" políticos de Margaret Tatcher, pero que acabó derrumbada a un lado del camino.

Pedro Sánchez y los que le acompañan y no salen en la foto saben que las futuras elecciones se terminarán ganando y perdiendo en el centro, no en los extremos del arco político. Han experimentado en las carnes de su partido las mordiscos de Podemos, los casi desaparecidos de Ciudadanos y, sobre todo, de la posible abstención de la mitad de españoles que vota a la izquierda.

Lo que saben, también, es que el Partido Popular ha dejado de perder votos y que Pablo Casado y los suyos son capaces de presentarse otra vez como alternativa de gobierno.

Distantes de su pasado más reciente y de los rostros que encarnaron la etapa de Mariano Rajoy, los nuevos dirigentes de la derecha liberal española esperan recoger esos millones de papeletas que les den el triunfo, primero en las municipales y autonómicas de mayo de 2023 y luego en las generales, si es que se agota la Legislatura.

El equipo de Sánchez va a trabajar con la vista puesta tanto en Casado como en Díaz Ayuso y con la estrategia de presentar otra vez a los dirigentes del PP como ejemplos del pasado y no como ofertas del futuro, colocándose o al menos intentandolo en el centro del cuadrilátero electoral, con el PP a su derecha y con lo que logren entre Podemos y sus coaliciones a su izquierda.

Para los nuevos dirigentes de nuestro socialismo oficial, la formación que tiene a Yolanda Díaz como referente, ha alcanzado su techo y puede retroceder en los comicios del año 2023, y los nacionalismos, sobre todo el catalán, tendrán que sufrir una deserción de las clases medias. Y quieren tener su cesta de votos.t

Desaparecida la fijación de los dirigentes del Partido Popular con Pablo Iglesias y Podemos, en un perdido intento de convertir a toda la izquierda, también al PSOE, en un remedo histórico de lo que fue el Frente Popular en la II República.
Con esa imagen Casado y hasta Abascal quieren lograr que el miedo a un nuevo triunfo de esa amalgama de siglas les lleve a ellos a conseguir que los españoles vuelvan a darles el espaldarazo en las urnas.

Los socialistas, tras el cambio de gobierno y el regreso de” más espíritu de González y Zapatero, con una más que buena campaña de recuperación económica y unos retoques de bipartidismo electoral si hiciera falta a través de la modificación de los requisitos para gobernar en los Ayuntamientos y en el número de diputados en cada Asamblea o Parlamento autonómico esperan que Pedro Sánchez permanezca en el palacio de La Moncloa.

No lo tienen fácil pero ese es su empeño: coger los votos disidentes de Podemos y recuperar los más moderados de los suyos que se pudieran haber ido al “ liberal” PP.

El actual presidente del Ejecutivo va va a colocarse dentro de la Generación de Felipe VI mientras intentará que se vea al presidente del gobierno del PP como un remedo de Rajoy y las corrupciones.

Pasado frente a futuro, una suerte de engaño generacional que busca más la forma que el fondo, más la imagen que el programa, más la oferta y la esperanza que la cruda realidad y los recortes.

Se pretende que se vea a Pedro Sánchez como una segunda versión de Felipe González o de José Luis Rodríguez Zapatero, y creo que ambas son equivocadas: el nuevo líder del PSOE es más un Carlos Solchaga con 20 centímetros más, una mejor imagen audiovisual, mas ambición de poder, menos formación académica y menos experiencia en la gestión de los asuntos económicos , algo que el tiempo debe " curar" de forma rápida si no quiere que los socialistas comiencen de nuevo a pensar en cambios de liderazgo.
Ha ganado cuando nadie lo esperaba en las nuevas primarias y lo volverá a conseguir en el futuro Congreso Federal, una batalla muy importante pero no la guerra electoral de las urnas. Su consolidación como líder histórico dependerá de los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. Por eso su rival no es Pablo Casado, es la Historia.