Pedro Sánchez está obligado a jugar varias y difíciles partidas políticas en las próximas semana
Con la vista puesta en las dos reuniones a las que va a asistir en la Europa de los 750.000 millones de euros, el presidente del Gobierno va a tener en su poder el detallado menú de medidas económicas que los grandes chefs empresariales y financieros le han preparado durante ocho días.
Pedro Sánchez está obligado a jugar varias y difíciles partidas políticas en las próximas semanas. Tiene que lograr que no se retrase la aprobación de los 750.000 millones de euros en ayudas por la pandemia a los países más necesitados, con España a la cabeza. Que se aprueben y se repartan desde el banco Central, con la mayor parte de los mismos en forma de ayudas y no de préstamos.
Hemos pedido, inicialmente, 140.000 millones, 75.000 a no devolver, y 65.000 a reembolsar en 30 años y con un interés muy bajo. Con esa cifra el Gobierno puede afrontar la Legislatura y comenzarla reconstrucción del país tras la pandemia. Tendrá que pedir más dinero y garantizar el cumplimiento de sus obligaciones con reformas fiscales, disminución del gasto fijo en la estructura del estado, y control de las nuevas y viejas ayudas a los más necesitados.
En ese camino se va a encontrar con más necesidades y problemas, desde el aluvión de demandas judiciales de todo tipo a la negociación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, para los que necesitará el apoyo de varias fuerzas políticas que, en principio, no comparten los mismos criterios de estabilidad, crecimiento e inversiones. Los socios de la moción de censura no van a ser los mismos que garanticen la mayoría parlamentaria para “enterrar” los PGE de Rajoy y Montoro, que a fecha de hoy siguen vigentes. Sin acuerdos, tendremos a don Mariano y a don Cristobal “reinando” hasta 2021.
En menos de un mes vamos a tener dos elecciones autonómicas y muy probablemente la convocatoria de otra. Sin descartar que en Madrid, Castilla y León y Murcia se planteen sendas mociones de censura o citas con las urnas. Los gobiernos de coalición entre PP y Ciudadanos, con apoyos exteriores de Vox, pueden saltar por los aires si desde la dirección de Inés Arrimadas ven que pueden conseguir con sus diez escaños en el Congreso mucho más de lo que consiguió Albert Rivera con 55 sillones.
Es en ese panorama político y judicial en el que van a caer las propuestas de 123 dirigentes financieros y empresariales. Desde el lunes quince hasta el miércoles 24, desde Pablo Isla a Juan Roig; desde Ana Botón a Jordi Gual; desde Sánchez Galán a Francisco Reynés; desde Isidre Fainé a José María Alvarez Pallete; para terminar con dos ilustres ex con experiencia exterior como son Javier Solana y Josep Piqué.
Recetas económicas, propuestas de acción gubernamental, consejos financieros que los integrantes de la CEOE van a cocinar bajo la dirección de Antonio Garamendi. Menús muy variados para todos los sectores empresariales que Pedro sánchez y sus ministros tendrán que tener en cuenta. Les gustarán unos más que otros, atenderán a unos más que a otros pero no podrán dejarlos en el cajón del olvido. No se puede, ni se debe gobernar en contra de las opiniones de los dirigentes empresariales. Se debe gobernar y trabajar con ellos como aliados en la gran batalla que son los fondos europeos. Los grandes cambios ideológicos que se pueden pretender por una parte del Gobierno y de los partidos con representación parlamentaria tendrán que esperar.
