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Las “almas muertas” de Pablo Iglesias
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Las “almas muertas” de Pablo Iglesias

lunes 17 de febrero de 2020, 10:52h
Teresa Rodríguez y José María González Santos se sentían como los siervos rusos de la novela de Nicolai Gogol, listos para ser ignorados, cambiados y hasta vendidos por un Pablo Iglesias convertido en el moderno Pavel Chichikov de la política española.

Cansados de ser las “ almas muertas” de Pablo Iglesias, los líderes de Podemos en Andalucía ya han dicho adiós al partido y se disponen a fundar uno nuevo desde su propia base ideológica, la de los anticapitalistas que sirvieron para organizar el germen del partido morado tras las revueltas del 15M.

Teresa Rodríguez y José María González Santos se sentían como los siervos rusos de la novela de Nicolai Gogol, listos para ser ignorados, cambiados y hasta vendidos por un Pablo Iglesias convertido en el moderno Pavel Chichikov de la política española.

El líder de Podemos, al igual que hace en las “Almas muertas” el aventurero, ambicioso y astuto aspirante a burgués enriquecido, recorrió pueblo a pueblo y autonomía a autonomía acompañado del anticapitalista Miguel Urban en busca de sus propias “almas”, las que necesitaban en el naciente partido para ganar elecciones y conquistar el poder. Simples derechos de propiedad con los que negociar su propia posición social.

Los marxistas españoles siempre han mirado la revolución rusa como una enciclopedia en la que estudiar. Más allá de Marx y Engels y hasta de Rosa Luxemburgo, lo que les apasionaba durante la Dictadura y lo que les sigue apasionando en la Democracia es la ambición de Lenin, Stalin y Trotsky por mandar de forma absoluta y sin críticos a su lado. Los líderes rusos han sido imitados hasta la saciedad, sin olvidar que el segundo de ellos utilizó a dos espías españoles para matar al tercero en su obligado exilio de México: Ramón Mercader utilizó el hacha para matar al hombre que puso su apellido al movimiento que hoy sirve de base ideológica a Rodríguez y Urban; pero fue Africa de las Heras, la espía, hija de un alcalde de Ceuta y sobrina de un general de División destinado en Jaca, quien organizó el crimen.

Va a nacer una nueva izquierda en Andalucía, alejada tanto de Podemos como del PSOE. Más radical, más cercana a lo que representó Sánchez Gordillo. Tienen prisa pese a que apenas lleva un año de recorrido la Legislatura de Juanma Moreno y Juan Marín con el apoyo de Vox. Si el presidente del PP no disuelve antes, Teresa Rodríguez y el alcalde de Cádiz tienen hasta finales de 2022 para articular su proyecto.

Ha sido una separación amistosa, un adiós sin reproches entre Teresa y Pablo, pero están condenados a enfrentarse. Cada militante o simpatizante que ganen los anticapitalistas dejará de estar en la órbita de Podemos. Y eso son votos necesarios para el futuro.

A la misma edad que Gogol describía las “almas muertas” con las que negociaban los terratenientes rusos desde su exilio de Roma, la dimitida secretaria general de Podemos en Andalucía comenzaba su propio relato político a nivel nacional. Quiso ser presidenta de su tierra en diciembre de 2018. No pudo y sus diecisiete escaños no le sirvieron a la socialista Susana Díaz para mantener la presidencia de la Junta.

Lo volverá a intentar y con más aire andaluz y más alejada de los pactos que ha realizado su todavía compañero de partido y que le han convertido en vicepresidente del gobierno de España. Es un ejemplo para el resto de militantes anticapitalistas y sobre todo para los que van a tener que votar en Euskadi, en Galicia y en Cataluña.

Una mala noticia para Pablo Iglesias, para Alberto Garzón y para Pedro Sánchez. La ansiada España federal tiene esas consecuencias sin haber sido puesta en píe. En la Rusia del siglo XIX la monarquía zarista dejaba a la poderosa aristocracia que le servía de parapeto que contase su riqueza en “almas” más que en tierras. Almas muertas que servían de moneda de pago en las mesas de juego.