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Sentencia contra 37 años de poder en Andalucía
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Sentencia contra 37 años de poder en Andalucía

lunes 18 de noviembre de 2019, 14:33h
La historia de poder del socialismo andaluz durante los últimos 37 años no se entiende ni sería posible sin la existencia de los ERE y su utilización para ganar 10 elecciones autonómicas y ayudar de forma muy importante a que el PSOE lo hiciera de igual forma a nivel nacional en las generales desde el año 1982.

Esa es la tesis que defendió la juez Mercedes Alaya y la que ha mantenido la fiscalía en sus acusaciones de prevaricación y falsedad documental contra los gobiernos que presidieron Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y que contaron entre sus más fieles entre los fieles a Gaspar Zarrías y Magdalena Alvarez. En esta primera sentencia - que ha tardado once largos meses en ver la luz - se sentarán las bases para las siguientes y todas ellas tendrán un largo recorrido judicial ya que es más que probable que sean recurridas por los casi veinte acusados, y que incluso puedan terminar en los tribunales europeos.

Los Expedientes de Regulación de Empleo - decía la magistrada instructora en sus escritos y conclusiones - sirvieron para crear una red de clientelismo electoral muy parecida a la que utilizaron los antiguos caciques en el primer tercio del siglo XX. Unos y otros habrían utilizado el dinero público para “ayudar” a los trabajadores en paro y sus familias y, de paso, comprometerles en sus votos hacia el partido que les “daba” un subsidio al margen de las leyes y procedimientos regulatorios. También, a su sombra, habrían medrado los oportunistas que aprovechaban la falta de control para enriquecer sus propios bolsillos, muy lejos de la aparente labor social que debían cumplir los miles de expedientes tramitados durante treinta años.

El juicio que se sentencia en este 19 de noviembre de 2019 va a convertirse en uno de los dardos con los que la oposición del PP, Vox y Ciudadanos van a tratar de herir desde el primer momento al aún no nacido gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Al primero le acusaran por representar al partido que habría cometido el mayor fraude en la historia de Andalucía; y al segundo por encubrir y tapar lo que tantas veces a denunciado de otras formaciones. La historia de la Gurtel enfrentada a la historia de los ERE, y ambas sirviendo de munición al resto de formaciones presentes en el Congreso.

Primera parada ante los ciudadanos: los medios de comunicación; segunda parada y más importante el próximo debate de investidura si finalmente se celebra entre los días 16 y 19 del próximo diciembre. Al igual que los socialistas fueron despiadados con el PP de Mariano Rajoy por los escándalos en torno al caso Gurtel; la derecha en bloque les va a hacer a los actuales dirigentes del PSOE probar su propia medicina. Y en conjunto, un retrato de la clase política que alejará a ésta un poco más del crédito ante el conjunto de la sociedad española.

Nueve años de investigación están detrás del juicio y de la sentencia. Un tiempo de utilización partidista de los recursos públicos, que no es sino la primera de una serie de sentencias que van a retratar una forma de ejercer el poder cuando se piensa que todo está permitido y que, dado ese mismo poder y su peso en la articulación de la administración del estado, no tiene consecuencias.

Un pasado político que va a dañar el futuro inmediato del “programa progresista de gobierno” al que se han comprometido los dirigentes actuales del PSOE y de Podemos. Un lastre para las políticas sociales que quieran poner en marcha y que estarán sujetas a la polémica desde su inicio. Uno de esos grandes aforismos hispanos dice que “quien a hierro mata, a hierro muere”. El uso de ese metal por Sánchez para conquistar el palacio de la Moncloa, con la primera de las sentencias de la trama Gurtel a través de la moción de censura, va a ser el mismo que empleará Pablo Casado en su viaje hacia ese mismo palacio.