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El miedo a Vox con el último escaño
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El miedo a Vox con el último escaño

jueves 07 de noviembre de 2019, 14:00h
La base más sólida de Pedro Sánchez no está en los 123 escaños que consiguió el 28 de abril, hay que reducirla en 17, que son los que el PSOE logró en el último reparto en cada provincia. Lo mismo les ocurre a los 42 de Pablo Iglesias con sus siete, y sobre todo a los 57 de Albert Rivera con sus ocho. Los 3 con el miedo en el cuerpo y la vista puesta en Santiago Abascal quien, junto con la abstención, es su “bestia negra”.

El gran secreto de todas las encuestas es un secreto a voces. Más que las opiniones que reciben en las miles de llamadas se guían por los resultados de las elecciones anteriores y sobre todo por la suerte del último escaño en cada una de las 52 circunscripciones electorales, con las provincias que envían 3 o 4 representantes al Congreso como eje de los resultados.

Los socialistas consiguieron 17 de sus 123 escaños en las elecciones del 28 de Abril por el último resto, y de esos 17, once en aquellas provincias en las que se adjudicaban cinco o menos de los asientos en el Congreso, la gran España interior, con muy poco que ver con las grandes capitales y sobre todo con Madrid y Barcelona, las dos provincias que se reparten una quinta parte de los escaños.

Dos ejemplos perfectos: en Cuenca, con 3 escaños en juego, el PSOE consiguió dos y el PP uno, con Ciudadanos y Vox prácticamente empatados. Si la formación de Rivera se derrumba y la de Abascal se refuerza lo más probable es que el segundo de los socialistas desaparezca y vaya a parar a Vox. En Cáceres, con cuatro asientos a repartir, el perjudicado por la subida de la ultraderecha sería C´s que perdería el que consiguió en abril, una situación que también se repetiría en Palencia y en Guadalajara, por señalar dos de las provincias con menos habitantes de las dos Castillas.

Es en esa España profunda donde está el posible secreto de Vox en las elecciones del 10N, en aquellas provincias en los que se adjudican cuatro escaños o menos, que son dieciocho. El último resto da a o quita uno a los partidos que consiguieron representación en abril. Santiago Abascal tiene asegurados los cuatro que consiguió en ese último reparto de escaños y sabe que los otros once que estuvo a punto a lograr pueden hacerse realidad en unos días. La suma de los 24 parlamentarios que parece es su base de partido, más los once que acaricia en las urnas colocaría a Vox en esa cifra de 35 que le auguran como mínimo todas las encuestas, con la formación de Rivera como principal perjudicado.

Es ese último escaño el que le inquieta también a Pablo Iglesias. Obtuvo siete de esa manera en el pasado abril, una cifra que si se resta de los 42 escaños de los que parte Podemos coincide con bastante precisión con los datos que aparecen en los sondeos, de nuevo con Vox como principal beneficiario merced a los famosos efectos de la Ley D´Hont, y con el Más País de Iñigo Errejón como aspirante a conseguir alguno, una meta que a setenta y dos horas de acudir a las urnas parece limitarse a Madrid y la Comunidad Valenciana, en esta última gracias a la alianza con Compromís.