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Nicolás, el Brexit, y un sueño con 50 granadinos
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Nicolás, el Brexit, y un sueño con 50 granadinos

domingo 21 de abril de 2019, 22:54h
Entre tanto insulto, descalificaciones, subidas y bajas en el ranking de lo sondeos y dos debates de última hora para ver quién gobierna España, tomarse un respiro y ensayar una sonrisa o una carcajada siempre viene bien. Nicolás Gómez Iglesias, “el pequeño Nicolás” al que detenían en 2014 con 20 años recién cumplidos y una imaginación desbordante es el causante de la broma electoral de estos días.

Nicolás quiere sentarse en el Parlamento europeo y para lograrlo necesita 300.000 votos para que uno de los 54 sillones que le corresponden a España sea el suyo, siempre que, al final, Gran Bretaña no termine de irse de la Europa comunitaria y mantenga sus diputados en Estrasburgo. Cosas más difíciles han logrado los británicos.

Si optan por marcharse de verdad y renuncian a estar en las elecciones de finales de mayo, nuestro país tendrá un “premio” de cinco sillones más. Y entonces, y gracias al Brexit, Nicolás podría conseguir un jugoso sueldo mensual en torno a los 7.000 euros. Nada mal para un joven de 25 años - cumplidos el 18 de abril - al que no se le conocen más oficios y beneficios que su audacia infinita.

El primer paso para su aventura, a la que ha puesto el nombre de “Influencia Joven” , ya registrada como movimiento político, necesita 150.000 firmas o tan sólo 50 si éstas eran de cargos públicos. Y lo mismo valía un ministro que un concejal. Se fue a la provincia de Granada y allí parece que ha convencido a ese medio centenar de ilustres padres municipales. Y de todos los colores. La broma debe continuar, hasta que deje de serlo, que la fama de guasones de los andaluces viene de lejos.

Para darle cuerpo a su partido, Nicolás ha “fichado” a los socios de la gafas Hawkers y a algún que otro treinteañero de pró queque ha decidido divertirse tanto como parecen hacerlo sus mayores. El sueño de su amigo bien merece el esfuerzo. No digamos la que pueden organizar si lo consiguen: inmunidad parlamentaria ante los juicios que todavía le quedan por hacerse pasar por espía, por enviado del Gobierno, por presumir de sus entradas y salidas de La Zarzuela, La Moncloa. De sus viajes a Galicia. Y de contar con un chalet lleno de dispositivos de control y grabación en una de las mejores zonas residenciales de la capital del Reino.

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