Es más que una posibilidad, es una certeza, la que dan los números y la experiencia: si las formaciones que están a la izquierda del socialismo se unen, ese mismo socialismo pasará a ser una tercera fuerza y a perder escaños. No será el que más pierda, ese " honor" se lo dejará a los populares, pero los suficientes para tener que negociar con los que le han ganado, con su actual líder o con otro, pero negociar desde la nueva derrota.
Si Podemos, más Compromís, más En Común, más las Mareas y más Izquierda Unida o Unidad Popular plantean unas listas conjuntas al margen de los nombres que empleen en cada territorio pueden conseguir los noventa escaños que hoy tiene el PSOE. Este se quedaría entre 80 y 85, con los populares bajando a los 110 - 115 y Ciudadanos quedándose igual. Lo que Albert Rivera gane por un sitio lo va a perder por otro. Y los nacionalistas van a repetir lo que ya tienen: 22-23 escaños, sumando lo que consiga Esquerra, Convergencia y PNV.
El PSOE podrá mirar a su izquierda o a su derecha. Podrá quedarse en tierra de nadie y entonces tendremos a Mariano Rajoy, sin votos para una investidura, ñero sí con tiempo para mantenerse otros meses al frente de un gobierno en funciones. Decía en un artículo anterior que hasta se podía llegar a enero de 2017. Y esa posibilidad tomará carta de naturaleza a partir de mediados de julio, cuando se constituyan las nuevas Cortes
El Rey ha escuchado a todos y no puede proponer a nadie. Todo parece resuelto salvo que se produzca el milagro del último segundo del que hablaba la alcaldesa Carmena, el que tendría que producirse entre este miércoles y el viernes que viene, en esas 72 horas que se necesitarían para convocar un larguísimo pleno y votar a un candidato. Es más que difícil pero no imposible. Es lo que tienen los milagros
