No existe todavía y es posible que no exista nunca con ese nombre pero Pedro Sánchez y Albert Rivera acaban de crear de hecho que no de derecho un nuevo partido. Le llamo "Ciudadanos socialistas" por aquello de que. tal y como presentan sus acuerdos los dos dirigentes, tanto monta, monta tanto. Si alargan sus relaciones ¿ por qué no unir fuerzas, buscar ese espacio de centro que hasta ahora se construía desde los extremos, y empujar a PP y Podemos hacia el exterior?.
Estamos en tiempos nuevos y en fórmulas nuevas en la política. PSOE y Ciudadanos han fracasado en su intento de investidura. Fracaso del que culpan a los otros dos grandes interlocutores. Les quedan dos meses de insistir en ese mensaje y en intentar poner contra las dos paredes, la de la derecha y la de la izquierda a Mariano Rajoy y a Pablo Iglesias.
Como fórmula es imaginativa y audaz, heterodoxa por los cuatro costados. Inédita y posibilista. Si la llevan a unas elecciones, con un equilibrado reparto de nombres en las listas, y consiguen que los que votaron a ambas formaciones el 20 de diciembre no lo vean como una traición a sus colores y sí una suma de voluntades para formar eso que llaman " gobierno de progreso", el éxito puede convertir a Sánchez y Rivera en dos ejemplos a estudiar en las universidades y hasta en las escuelas de negocios.
Rajoy está dispuesto a reunirse con ellos. Una reunión sin futuro, las posiciones y los deseos son opuestos. El presidente del PP quiere tenerlos como vicepresidentes de un gobierno de concentración. Y los responsables de PSOE y Ciudadanos insisten en que el problema se llama Rajoy y que debería jubilarse. Tendrán que defenderse los populares del acoso y derribo de su líder, que sería el primer paso para derribar al partido y regresar a la refundación del centro derecha que hizo Aznar, pero al revés.
En el lado opuesto el no es más directo: desde Podemos ofrecen un pacto de izquierdas y no quieren saber nada de esa derecha en la que colocan a Ciudadanos. Su línea de defensa está justo en la " marca" que puso Felipe González: la Izquierda Unida de Julio Anguita y los veinte escaños, algo que Podemos ha superado y a lo que se niega a volver.