El Barcelona busca sustituto

Para Bartomeu, Messi es patrimonio del club y garantía de futuro para un equipo que no puede reforzarse hasta 2016. Piensa mimar al argentino porque no puede permitir que se marche el próximo verano. Y el presidente sabe que hay movimientos en este sentido.

Bartomeu ha comenzado a sondear el mercado por si se ve obligado a tomar una decisión drástica. El perfil del posible sustituto sería muy diferente al actual. La opción es un técnico tranquilo que pacifique un vestuario que está a uñas con el entrenador. Un perfil tipo Ancelotti o Rijkaard es el que se baraja. Personas que no crispen el ambiente y solucionen los problemas de una manera pacífica y de puertas adentro.

Rendimiento inmediato

El futuro de Luis Enrique está condicionado a los resultados. Y a corto plazo. No hay tiempo para más debates si los resultados no son los esperados. Bartomeu sabe que el Camp Nou puede explotar en cualquier momento. La afición está inquieta ante la situación de la entidad.

Desde hace tiempo vive acostumbrada a líos institucionales. El fichaje de Neymar con delito fiscal incluido, la sentencia del TAS que impide fichar al club hasta 2016, el juicio por la Acción de Responsabilidad... Son asuntos que han minado al socio, pero que no han sido capaces de provocar una respuesta de rechazo por parte del Camp Nou.

Pero ahora, el tema se ha trasladado al ámbito deportivo. Zubizarreta ha sido destituido, con él se ha ido Puyol, Luis Enrique y Leo están enfrentados y, sobre todo, el equipo da señales claras de flaqueza después de un partido nefasto en Anoeta. La pañolada está a la vuelta de la esquina.

Y si esta se produce, Bartomeu actuará. Y la cabeza sacrificada será la del técnico. Un Camp Nou en contra es el camino más rápido para unas elecciones, algo que quiere evitar a toda costa. Luis Enrique tiene una doble misión si quiere conservar el cargo. Por una parte, reconducir su relación con Messi y, por otra, sacar buenos resultados de manera inmediata. Ambas cosas van ligadas.

El equipo tiene ahora dos partidos seguido en el Camp Nou. Si gana parará el golpe inmediato. Pero enseguida vendrán nuevos exámenes. Primero una eliminatoria de Copa ante Madrid o Atlético. Y, a final de febrero, el City en Champions.

Los frentes abiertos de Luis Enrique:

- Expedientar a Leo no es el mejor camino a seguir: No hay vuelta de hoja. El futuro de Luis Enrique va ligado a que su relación con Messi dé un giro total. Y no es fácil. No es un técnico dócil que suela ceder a presiones de ningún tipo. El asturiano tiene una personalidad muy marcada, pero aquí deberá ceder porque nadie espera que Leo dé marcha atrás. La intención de expedientar a Messi por no acudir al entrenamiento del lunes no es la mejor manera de solucionar el conflicto. Los capitanes lo evitaron.

- Messi no es el único que no comulga con el técnico: A Messi no le gusta la gestión de Luis Enrique. No le han agradado algunos de los planteamientos en ciertos partidos y tampoco las alineaciones donde en varias ocasiones jugadores muy importante del equipo han quedado fuera. Messi no es el único. Otros futbolistas como Iniesta, Piqué o Xavi tampoco han entendido estas circunstancias. El problema no es único con el argentino.

- El psicólogo no le ayuda en su relación con el grupo: Después del partido de Anoeta, Joaquín Valdés, el psicólogo del equipo y colaborador directo de Luis Enrique, entró en una discusión con Messi que solo ha conseguido que el rechazo del argentino sea mayor. Valdés en este aspecto no está ayudando al entrenador. Y tampoco lo está haciendo en la planificación de las ruedas de prensa que también ha provocado que la imagen de Luis Enrique haya salido malparada. Sin ir más lejos la del domingo en Anoeta.