Una reciente investigación de la profesora Yanet Acosta, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCCOM), ha puesto de manifiesto el papel fundamental que desempeñaron los recetarios canarios como herramientas de comunicación intergeneracional. Este estudio, que abarca más de 5.000 documentos, revela cómo las mujeres del archipiélago en los siglos XIX y XX utilizaban estos escritos gastronómicos para compartir eventos y noticias de diversas índoles.
Los márgenes y dorsos de las hojas donde se consignaban las recetas no solo eran un espacio para la gastronomía, sino también un medio para transmitir mensajes personales y familiares. “Se dejan mensajes de todo tipo, desde la elaboración de platos hasta árboles genealógicos, pasando por acontecimientos familiares como nacimientos o fallecimientos, e incluso noticias globales como el nombramiento de un Papa”, explica Acosta.
Un legado oculto
La investigadora ha analizado un total de 5.000 documentos provenientes de archivos públicos y privados. Según ella, “el recetario no es una cuestión menor; tiene valor como herramienta comunicativa, similar a los diarios, que al ser estudiados revelaron ser más que simples soportes íntimos”.
El trabajo de Acosta destaca una forma de comunicación sutil, casi clandestina, entre mujeres que se encontraban en los fogones. Los recetarios eran elaborados por varias manos, lo que refleja una colaboración y un intercambio significativo entre ellas.
Proyecciones futuras
En el marco del proyecto, Yanet Acosta está programada para presentar su metodología en octubre en Italia, dentro de la iniciativa europea ‘Reframing European Gastronomy Legacy through Innovation Sustainability and Heritage’ (RELISH), liderada por la Universidad de Durham en Inglaterra. Además, planea expandir su investigación utilizando técnicas avanzadas de ciencia de datos y aplicarlas a la gastronomía en otras regiones.
Por otro lado, con el lanzamiento del nuevo grado en Gastronomía por parte de la universidad —el primero ofrecido por una institución pública en Madrid—, Acosta expresa su orgullo por esta iniciativa y espera que sirva como modelo para otras universidades públicas. Asimismo, confía en que se mantenga una perspectiva multidisciplinar que incorpore las ciencias sociales y especialmente los estudios críticos culturales conocidos como ‘Food Studies’, lo cual podría generar resultados innovadores a partir de documentos gastronómicos como los recetarios.