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Los dos valencianos y el gallego que han puesto en pie de guerra al campo español
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Los dos valencianos y el gallego que han puesto en pie de guerra al campo español

viernes 09 de febrero de 2024, 13:43h
Hoy, sábado 10 de febrero de 2024 los agricultores, ganaderos y transportistas convocados desde las redes sociales por dos valencianos y un gallego intentarán someter a la sede central del PSOE a un cerco basado en tractores y camiones de todo tipo. El movimiento copiado de Francia y otros países europeos lo inició desde Tik Tok, Whatsapp y Telegram la sanitaria e hija de agricultores, Lola Guzman, militante de Vox hasta hace un año y presente en casi todas las manifestaciones que se sucedieron frente a la sede socialista de la calle Ferraz. Junto a ella, su abogado y asesor Xaime da Pena Gutiérrez, con despacho en A Coruña, heredado de su padre, especialista en Derecho mercantil y la persona que pagó con 40.000 la enorme lona en defensa de la empresa Desokupa en el centro de Madrid.

Críticos con las históricas asociaciones agrarias como Asaja, COAG y UPA, encontraron apoyo desde el primer momento en la valenciana Asociació de Llauradors Indpentents de Vila-real, cuya presidencia ostenta Victor Viciedo. Los tres forman el triángulo perfecto con el que movilizar a la totalidad del campo español en las 17 Comunidades Autónomas, paralizando la circulación por las grandes autopistas y autovías, entrando en las capitales de provincias con sus tractores y queriendo cercar la sede madrileña del PSOE - que no La Moncloa como sede principal del Gobierno - para exigir que la Unión Europea renuncie a sus propuestas de la Agenda Verde, como forma de luchar en las mismas condiciones que otros países que envían sus productos sin pasar por los controles que tienen que hacerlo en territorio europeo. Creen que es una evidente competencia desleal que les perjudica de cara tanto a las grandes superficies como a los consumidores finales, que son los ciudadanos.

Las razones de agricultores y camioneros, con ser justas no sólo en España, también en el resto de la Unión Europea, no pueden desligarse de la situación política y electoral de este año y en concreto de la convocatoria autonómica en Galicia del próximo 18 de febrero. Si quisieran protestar contra el Gobierno no querrían confluir este sábado en la calle Ferraz, un lugar por otra parte muy conocido por Lola Guzman y Xaime da Pena. Quieran o no quieran los tractoristas y camioneros su protesta incide de forma directa en la campaña electoral, dentro de un clima social en el que el aumento de los precios de los alimentos, muy superior al aumento que recoge el IPC, por un lado; y el coste de las hipotecas y los beneficios millonarios de los bancos, por otro, hacen que esas misma movilizaciones sean aplaudidas por los ciudadanos a su paso por las carteras y las calles de las principales ciudades.

Habrá un. Antes y un después del 18 de febrero y veremos si las protestas y movilizaciones se mantienen o entran en la senda del diálogo entre las Administraciones públicas y los representantes del campo. Tendrán que pasar de España para situarse a nivel europeo. El problema no está en los bajos precios que tienen los productos en su lugar de origen, está en la enorme diferencia que aparece cuando llegan a la cesta de la compra. Un problema que afecta al cien por cien de la población europea, que tiene mucho que ver con la globalización y el acceso a otros mercados y proveedores, y que se parece y mucho al que han sufrido las empresas tecnológicas cuando la gran fábrica del mundo, China, comenzó a restringir el acceso a los chips y a los componentes necesarios para todo tipo d e industrias en Occidente.