"Esperamos un repunte temporal de la inflación en los próximos meses a medida que los efectos de base del fuerte aumento de los precios de la energía y los alimentos en el otoño de 2022 desaparezcan del cálculo interanual"
La tasa de inflación de la zona euro, que ha seguido una trayectoria descendente durante los últimos 12 meses y cayó de manera sustancial tanto en septiembre como en octubre, situándose en el 2,9%, probablemente registre un "repunte temporal" en los próximos meses al desaparecer del cálculo interanual los efectos de base, según ha advertido el vicepresidenta del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.
"Esperamos un repunte temporal de la inflación en los próximos meses a medida que los efectos de base del fuerte aumento de los precios de la energía y los alimentos en el otoño de 2022 desaparezcan del cálculo interanual", ha apuntado el economista español durante una conferencia en Fráncfort.
En este sentido, el vicepresidente del BCE ha explicado que la moderación observada en los últimos meses en la tasa de inflación se debió en parte a fuertes efectos de base, reflejando una caída de los precios de la energía y la menor inflación de alimentos, bienes y servicios.
A pesar del esperado repunte de las subidas de precios en los próximos meses, Guindos ha subrayado que el BCE considera que el proceso desinflacionario general "continuará en el medio plazo".
En cualquier caso, ha reconocido que los precios de la energía siguen siendo una importante fuente de incertidumbre en medio de las crecientes tensiones geopolíticas y el impacto de las medidas fiscales, así como en el caso de los precios de los alimentos, que podrían verse sometidos a presiones al alza debido a fenómenos meteorológicos adversos y a la crisis climática.
En cuanto a la inflación subyacente, cuya estimación preliminar apunta al 4,2% en octubre, el exministro español de Economía ha advertido de que las presiones sobre los precios internos siguen siendo fuertes y están cada vez más impulsadas por las presiones salariales y la evolución de los márgenes de beneficio.
De tal manera, si bien la mayoría de métricas sobre expectativas de inflación a largo plazo se sitúan en torno al 2%, ha señalado que algunos indicadores siguen siendo elevados y es necesario seguirlos de cerca.
"Hoy en día, la inflación es significativamente más baja, pero todavía se espera que se mantenga demasiado alta durante demasiado tiempo", ha resumido Guindos.
Asimismo, ha recordado que las perspectivas de crecimiento de la economía de la zona euro se han deteriorado aún más, a medida que el impulso del crecimiento mundial se desacelera y unas condiciones financieras más estrictas pesan cada vez más sobre la inversión y el gasto de los consumidores.
De este modo, después de que en el tercer trimestre el PIB de la eurozona haya caído un 0,1% el vicepresidente del BCE ha advertido de que las señales apuntan a que la producción manufacturera se mantiene firmemente en territorio contractivo, mientras que el sector de servicios se ha debilitado aún más.
"Es probable que la economía de la zona del euro se mantenga débil en el corto plazo", ha señalado, aunque confía en que se fortalecerá nuevamente en el medio plazo, a medida que la inflación siga cayendo, los ingresos reales de los hogares se recuperen y la demanda de exportaciones de la zona del euro se recupere.
Por otro lado, mientras que los diferenciales en los mercados de bonos gubernamentales se han mantenido contenidos, Guindos ha advertido de que los mayores costes de financiación y las políticas fiscales menos prudentes podrían reavivar las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de la deuda soberana, particularmente en países donde los niveles de deuda ya son altos.
En este sentido, ha señalado que se están creando menos empleos nuevos y las expectativas de empleo siguieron disminuyendo en octubre tanto para los servicios como para el sector manufacturero.