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El PNV siempre tiene quien le escriba desde el Gobierno
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El PNV siempre tiene quien le escriba desde el Gobierno

martes 29 de noviembre de 2022, 13:47h

No son muchos sus votos, ni los escaños que consigue en el Congreso de los Diputados, apenas seis durante los últimos cuarenta años, pero el PNV de hoy, con Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar, al igual qu el de ayer con Xabier Arzalluz y Carlos Garaicoechea, es uno de los partidos indispensables para la estabilidad de España y para muchos de los gobiernos de la Democracia. Son capaces de moverse con enorme rapidez para poner y quitar a presidentes y siempre conseguir unos buenos réditos económicos. Más que cartas lo que utilizan son hojas de cálculo.

Sus deseos de independencia para Euskadi no les llevan a proclamar y reivindicar Repúblicas políticas basadas en derechos históricos. Su independencia la construyendo con paciencia y sobre la base de la economía. Primero los dineros y luego, la también lenta, ocupación de las stituciones que articulan el estado desde las autonomías. Ha pasado tantas veces que en la futura noche de los recuentos y la suma de escaños en el mes de mayo volverán a aparecer los mismos deseos de casi siempre, con la corrección que puedan hacerles la izquierda aberya les de Bildu e incluso los socialistas.
Todas las encuestas sobre lo que puede ocurrir el 28 de mayo en los Ayuntamientos de Euskadi dicen lo mismo: ganará el PNV en la mayoría de ellos, seguirá bajando el PP, y la entente más o menos cordial entre el universo de Podemos y Bildu peleará por un tercer puesto, con Vox fuera de las quinielas. Los resultados finales se debatirán en el mundo del cálculo, los porcentajes y el sistema D´Hont para resolver los últimos concejales.
Por encima de los sondeos está la España real, que sigue siendo muy parecida a la de los últimos años: mitad a la derecha, mitad a la izquierda. Todo lo que sube el partido de Pedro Sánchez lo baja el alargado universo de Yolanda Díaz y Pablo Iglesias e incluso Enrique de Santiago. Puede que la suma de PSOE y sus socios de investidura desde la izquierda se cruce como en el resto de las alternativas con las votaciones autonómicas y municipales.
El PNV, siempre listo para “coser” el roto electoral de los partidos estatales. Más cesiones y más negociaciones. Habilidad vasca para cambiar el sentido de la novela de García Márquez: en este caso los coroneles peneuvistas sí tienen quien les escriba. e incluso Enrique de Santiago, con lo mismo que ocurrió en mayo de 2019. Y lo mismo ocurre en el lado opuesto con las formaciones de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Cambian los porcentajes, el número de votos y de escaños que se atribuyen a cada uno de ellos, pero la suma global arrojarán el mismo resultado que arrojaron las urnas hace cuatro años.
En ese mundo del nacionalismo de derechas, más de lo mismo ocure en Cataluña con los seguidores “ presenciales” de Puigdemont en la distancia y de un rehabilitado Junqueras. Al igual que ocurría desde 1982 se intercambian representación pero el total de su fuerza en Euskadi, en Cataluña y en Madrid es casi histórico: en las elecciones generales oscila entre los 15 y los veinte escaños que consiguen los catalanes. Y lo mismo ocurre con el partido de Urkullu y Ortuzar: ni menos de cinco, ni más de seis asientos en el Congreso.
La conclusión a seis meses para acudir a las urnas municipales en ambas Autonomías es la misma de los últimos cuarenta años salvo los pequeños paréntesis de las mayorías absolutas que consiguieron el PSOE y el PP a nivel del estado, pero que no se trasladaron a los ámbitos de los Ayuntamientos. La gobernabilidad de España necesita a aquellos que la miran de reojo e incluso quieren abandonarla. Una de esas peculiaridades de la política patria desde que el centralismo y la periferia decidieron que sus equilibrios se basaban en el enfrentamiento y la exigencia continuada.
Difícil, muy difícil que el 28 de mayo dos partidos puedan imponerse con claridad en las 12 Autonomías y en los ocho mil municipios. Imposible por la derecha, igual de imposible por la izquierda, con el adjetivo nacionalista por medio.
¿ Existen otras alternativas ?.Haberlas, como en el caso de las meigas gallegas, haylas. Basta con ver cómo Teruel Existe se ha convertido en Aragón existe y en la España Vaciada, con la mirada puesta en Castilla y León sobre todo. Complicadas pues más de un dirigente tendrá que renunciar a lo que ha proclamado en estos días y va a insistir hasta el mismo día en que se tengan que meter las papeletas en las urnas.