Dormir es uno de los procesos fisiológicos más importantes del ser humano. El motivo es que durante las horas de sueño, aunque nuestro cerebro no deja de funcionar, nuestra actividad cerebral y las ondas que produce cambian. Este cambio permite que nuestro organismo pueda rebajar el uso de energía, algo que inicia un proceso de autoreparación en nuestro cuerpo.
Sí, dormir es esencial para que nuestros órganos funcionen con normalidad. No obstante, el ritmo de vida diario, las preocupaciones, el estrés e incluso las diferentes patologías y trastornos del sueño pueden hacer que estas horas de descanso no sean las necesarias. Ante esto, ¿es posible recuperarlas posteriormente?
Las fases del sueño
Lo primero que debemos saber es que el sueño es un proceso activo, aunque no lo pensemos, y, además, está muy estructurado. Durante este proceso se van repitiendo de manera regular diferentes ciclos formados por distintas fases con diversos tipos de actividad cerebral en cada una.
Por un lado, tenemos las cuatro fases de sueño No-REM. Las dos primeras se corresponden con el adormecimiento y el sueño ligero. Después, las otras dos, se corresponderían con lo que se conoce como sueño de ondas lentas y profundo, es decir, las fases en las que descansamos plenamente.
Además, también tenemos una fase de sueño REM. Esta fase también es esencial, pues se cree que es el momento en el que el cerebro asimila toda la información del día.
Teniendo en cuenta estas fases, debemos entender que es necesario tener bastantes horas de sueño para poder entrar en profundidad en todas ellas. Así, una persona adulta debería dormir entre siete y ocho horas. Dormir menos de seis es perjudicial, aunque dormir más de nueve también lo es.
Recuperar horas de sueño
Es una de las preguntas que muchas veces nos formulamos y que, además, no solemos contestar bien. Hay una creencia popular extendida que asegura que si dormimos mal una temporada y luego dormimos mucho, los daños ocasionados por la falta de sueño se irán mitigando. Lo cierto es que la ciencia demuestra que no. No es que dormir más después de una falta de sueño sea malo, pero lo cierto es que las curas de sueño tan sólo permiten una recuperación parcial. Hay una gran parte del sueño perdido que jamás se recupera.
Consejos para un sueño más saludable
Teniendo en cuenta lo anterior, podríamos pensar que nada podemos hacer para descansar mejor, y lo cierto es que no es así. Podemos encontrar muchos consejos en páginas especializadas, como el blog Tu Equilibrio y Bienestar. Un blog donde se recoge gran información sobre el descanso, la calidad de sueño y explicaciones muy completas sobre los trastornos relacionados, así como consejos y cuidados para la salud escritos por profesionales sanitarios (tales como médicos, farmacéuticos …)
Entre los consejos más destacados y que mejor nos pueden servir en el día a día, encontramos que es necesario mantener un horario de sueño incluso los fines de semana, que es interesante practicar una rutina de ejercicio a diario para dormir relajado, no cenar demasiado e intentar reducir al máximo la ingesta de grasas y azúcares, apostar por colchones y almohadas cómodos, apagar aparatos electrónicos y no abusar de sustancias como el alcohol y la cafeína. Todos estos consejos se resumen dentro de la higiene del sueño, la cual es una práctica que consiste en seguir ciertas recomendaciones que permiten asegurar un sueño más descansado y efectivo
Evidentemente, si nos encontramos con trastornos del sueño como el insomnio, piernas cansadas, apnea o terrores nocturnos, entre otros, lo más conveniente será acudir a un especialista, pues aunque tengamos mejores hábitos para conciliar el sueño, hablamos de patologías que deben ser evaluadas, diagnosticadas y tratadas.
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