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Casado, preparado para repetir el vía crucis de Rajoy
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Casado, preparado para repetir el vía crucis de Rajoy

Por Rafael Gómez Parra
Hasta 2027, el líder del PP tiene carta blanca para dirigir el partido sin grandes sobresaltos ni miedo a que le salga ningún competidor por perder elecciones.

El presidente del PP ya ha perdido dos elecciones seguidas en 2019 y volverá a hacerlo en 2023 si nada lo remedia. Su meta está en 2027 repitiendo el camino que tuvo que seguir Aznar y Rajoy para llegar a la Moncloa tras siete años en la oposición.

Históricamente el PP siempre ha tardado siete años en llegar a la Moncloa. Aznar perdió las elecciones de 1989 y 1993 frente a Felipe González y solo a la tercera fue la vencida, en 1996. Lo mismo le ocurrió a Mariano Rajoy que fracasó en 2004 y 2008 para triunfar en los comicios de 2011.

Rajoy estuvo a punto de ser defenestrado por Esperanza Aguirre en el famoso Congreso de Valencia, tras perder los comicios de 2008, pero los barones regionales le salvaron.

Pablo Casado puede estar tranquilo ya que nada ni nadie le disputará la dirección del PP en ese periodo, salvo que en las elecciones de 2023 su partido retroceda o sea superado por alguna otra formación de derechas que hoy por hoy solo podría ser Vox, ya que las otras o han casi desaparecido como UPyD o están camino de hacerlo, como Ciudadanos.

Eso si, contemplando el panorama de la derecha Casado no puede dormir tan tranquilo como Aznar o Rajoy que no tenían a su derecha ningún competidor salvo los grupúsculos de Falange o los restos de Fuerza Nueva. A Rajoy, ya en el poder le surgió Ciudadanos pero pudo bregar con Albert Rivera y habría completado su última legislatura si no hubiese sido por la traición del PNV.

Aznar en su segundo mandato ganó por mayoría absoluta y eso le dio un gran poder que no supo aprovechar y cometió graves errores como apoyar a George Bush en la invasión de Irak frente a un movimiento pacifista que caló entre los propios votantes de la derecha y que llevaron al PP al desastre en los comisicios de 2004.

El camino de Rajoy fue el contrario y tras conseguir la mayor victoria por mayoría absoluta en las elecciones de 2011, con 10,9 millones de votos y 186 escaños, su partido fue perdiendo poco a poco el capital conseguido hasta 2015 en que perdió la mayoría que le permitía gobernar en solitario con el problema añadido de la aparición de nuevo partidos como Ciudadanos en el arco de la derecha, y Podemos en la izquierda.

Sin mayoría para conseguir la investidura y desecho el bipartidismo, Rajoy tuvo que volver a convocar elecciones en 2016 que no resolvieron nada hasta el punto de que tuvieron que intervenir las fuerzas vivas del país para quitar a Pedro Sánchez que se negaba a facilitar la investidura de Rajoy y conformar una gestora que dio su voto al líder del PP con la ayuda del PNV que fue a la postre el que dos años más tarde facilitaría la caída de Rajoy y el ascenso de Sánchez, consolidando así el poder de los nacionalistas vascos y catalanes convertidos en socios fundamentales del gobierno de coalición del PSOE y Podemos.