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Los carísimos votos de Errejón y el cambio en la Ley
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Los carísimos votos de Errejón y el cambio en la Ley

lunes 11 de noviembre de 2019, 14:19h
Sin ninguna duda. El sistema de producción electoral del ex-fundador y disidente de Podemos es el más caro de todo el sistema político. Cada uno de los tres parlamentarios de Más País ha “costado” 198.420 votos, cantidad que aumenta si dejamos a un lado el escaño de Compromís. La clave de un cambio en la Ley electoral no está en la propuesta de Sánchez, está en el cambio de las circunscripciones electorales: pasar de la provincia a la autonomía.

Sin el asiento del enojado Balldoví, los sillones en el Hemiciclo del Congreso de don Iñigo y de Marta Higueras representarán a 200.972 votantes. Un derroche de esfuerzos y esperanzas para esos cerca de seiscientos mil españoles que apostaron por la nueva formación. Le siguen en ese esfuerzo tan poco recompensado la CUP y el Bloque Nacionalista Gallego.

Si comparamos ese “coste” electoral de Más País con el del resto de formaciones que han logrado escaños en el Congreso veremos que los votos más rentables han sido los de Teruel Existe. Con 19.696 papeletas de su provincia Tomás Guitarte va a conseguir que se les escuche a los habitantes de una de las provincias más olvidadas de España.

Al PSOE de Pedro Sánchez cada uno de sus 120 parlamentarios le han costado 56.270 votos, apenas ochocientos menos que al PP de Pablo Casado los 88 suyos. Los 52 escaños que permiten a Vox y a Santiago Abascal presentarse como “ganadores” de las elecciones representan nacionalmente a 70.000 electores cada uno; y los 35 de Unidas Podemos, del duo Iglesias - Garzón a 72.886 votantes.

Las cifras de “inversión” electoral bajan mucho en las autonomías para los partidos que circunscriben sus votos y escaños a sus respectivos territorios, siendo eso sí el primer partido, como es el caso del PNV, al que sus ocho escaños en el Congreso tan sólo le “cuestan” 54.000 votos; algo muy diferente a lo que le ocurre a la CUP que ha necesitado 123.000 votos para sentar a sus dos representantes en el Parlamento nacional.

La izquierda estatal, PSOE y Unidas Podemos ha perdido siete escaños gracias a la presencia de Más País en 18 provincias, a cambio de los tres que ha ganado el nuevo partido de Errejón. El último escaño, el que asignan los restos en cada una de las circunscripciones electorales, ha favorecido en general a la derecha del Partido Popular o de Vox, al margen por supuesto del hundiento de Ciudadanos y su repercusión en cada una de las provincias.

Dato a dato y sin contar con los efectos de los casi seis puntos más de la abstención respecto a los comicios del 28 de abril, las cifras globales también perjudican a la izquierda en general y a Unidas Podemos en particular. La suma de los votos de la formación morada junto a los de Más País le darían el tercer lugar en apoyos ciudadanos - que no en asignación de escaños - por delante de Vox por 52. 383 votos.

Los 47 escaños que pierde el partido de Albert Rivera corresponden a la pérdida de dos millones y medio de votos, de los cuales un millón seiscientos mil habrían ido a parar al PP de Pablo Casado ( 646.106 ) y al Vox de Santiago Abascal ( 951.876 ) lo que explica la subida de ambos en términos absolutos. Los 700.000 votos restantes que pierde el partido naranja se han “quedado” por el camino en su traslación a escaños por los efectos de la Ley D´Hont, ya que tanto el PSOE como Unidas Podemos han perdido votos y asientos en el Congreso, tres y ochocientos mil votos los socialistas, y siete parlamentarios y un millón doscientas mil papeletas la formación morada, de los que la mitad habrían “emigrado” hacia el Más País de Iñigo Errejón.

El sistema electoral existente, concebido para fomentar el bipartidismo e impedir la disgregación de votos en el inicio de la actual democracia, es injusto en la medida que premia a los muy grandes, ya sea a nivel de todo el estado o en los territorios con fuerte presencia nacionalista, y perjudica al resto.

Entre la propuesta de cambios electorales que ha presentado Pedro Sánchez, de que gobierne el partido más votado, sería mucho más justo y equilibrado mantener la Ley D´Hont pero reuniendo el voto de cada formación por unas circunscripciones que ya existen en nuestro ordenamiento admnistrativo y político. Así, se pasaría de elegir a los representantes de cada formación o partido por provincias a hacerlo por el global de las 17 autonomias.

Valgo un ejemplo para ver los cambios, creo que más justos respecto a la representación real de los ciudadanos y sus votos, que habrían tenido lugar en los 23 escaños que corresponden a Galicia en el Congreso de los diputados: con la actual Ley el PP y el PSOE han conseguido diez escaños cada uno, mientras que Unidas Podemos ha obtenido dos y el BNG otro. Se han quedado fuera Vox y Ciudadanos.
Si en lugar del reparto por las cuatro provincias se hubiera realizado por el global de la Autonomia, el PP se habría quedado en ocho, el PSOE en siete, Unidas Podemos habría anado uno más, al igual que el BNG y tendrían representación en Madrid tanto Vox como Ciudadanos.

Los populares tienen cuatro veces más votos que el partido de Abascal pero mientras los primeros tienen a 10 parlamentarios en el Congreso, la otra formación de la derecha más dura no tiene ninguna. Es un ejemplo perfecto para abordar el cambio que permita a los ciudadanos comprobar que sus votos no caen en un pozo sin fondo.

La modificación depende fundamentalmente de socialistas y populares que dominan cualquier cambio legal que tenga que tramitar el Parlamento nacional con sus aplastantes 208 congresistas. Más justa para los ciudadanos cansados del bipartidismo imperfecto en el que hemos vivido pero menos atractiva para sus intereses partidistas.