Tal y como asegura uno de los anuncios del grupo Telefónica, en concreto el de su marca británica, la empresa española, respira. En 42 meses de gestión su actual presidente, José María Alvarez Pallete, ha conseguido reducir la monstruosa deuda que arrastraba en once mil millones de euros, a razón de 252 millones cada mes.
Si miramos los datos que se han acumulado en este periodo se compruba que la batalla emprendida en los inicios de 2016 tenía varios frentes y ninguno era fácil: se trataba de mantener la competitividad en un mercado con enormes cambios y que se sucedían a gran velocidad; mantener un dividendo razonable para los accionistas a los que el mercado les presionaba con multitud de ofertas; afrontar la inevitable revolución teconológica que significa pasar de la voz a los datos como prncipal fuente de ingresos; y por último y de forma inaplazable rebajar el endeudamiento de la compañía que se acercaba a los 70.000 millones de euros.
El esfuerzo ha sido posible merced a dos factores que se han superpuesto pese a la caída global del sector de las telecomunicaciones y a una competencia que algunos tratan de desleal en el tratamiento y uso de las redes, sobre todo cuando se mira hacia las grandes compañías norteamericanas como Facebook, Google o Amazón. También en referencia a operadores más pequeños que pueden utilizar las redes desplegadas por la operadora.
Los dos factores son: por un lado el aumento de los ingresos hasta alcanzar el equilibrio con los gastos en el último trimestre; y por otro con las desinversiones y ventas de activos que no eran estratégicos para el desarrollo futuro de la compañia y del sector de las telecomunicaciones, que está pasando de forma acelerada de la venta de “voz” a la venta de “datos”. Una tendencia que se incrementará con el despliegue del 5G en los próximos meses.
Los tres años y medio de Alvarez Pallete al frente de Telefónica han servido para iniciar un cambio global en la compañía. Los objetivos han cambiado y ese cambio se está trasladando de forma paulatina a todas las esferas de la empresa, de cara a devolverla la compatitividad perdida y a que pueda defender un liderazgo internacional que se le reconce en algunas áreas tan importantes como las conexiones transoceánicas - desde USA a Europa y desde USA al Sur del Continente americano - y las inversiones en transformación tecnológica.
El enorme peso de la deuda ha marcado, junto a una mayor competencia y un despleme del sector a nivel mundial y sobre todo de las grandes compañías, el valor de Telefónica en los mercados, un factor que debería corregirse en los próximos meses y, sobre todo cuando el despliegue del 5G esté terminado tras las sucesivas subastas que están teniendo lugar en todos los países.
Telefónica obtuvo en el primer semestre de 2019 un beneficio neto atribuible de 1.787 millones de euros, lo que supone un 2,8% más que los 1.739 millones de euros que ganó en el mismo periodo del año anterior, según ha informado la compañía, que ha reducido su deuda neta por noveno trimestre consecutivo.
Los ingresos de la multinacional española en los seis primeros meses del año se situaron en los 24.121 millones de euros, lo que representa un 0,9% menos en términos reportados, pero un 3,8% más en términos orgánicos, en comparación con el primer semestre del ejercicio anterior.
Por su parte, el beneficio bruto antes de amortizaciones (Oibda) se situó en los 8.702 millones de euros, un 7,4% más en términos reportados y un 1,3% más en términos orgánicos, mientras que el beneficio operativo (Oi) fue de 3.454 millones de euros, un 6,6% menos en términos reportados y un 1,1% menos en términos orgánicos.
Asimismo, Telefónica informa de que la deuda neta se ha reducido un 5,7% interanual, hasta situarse en 40.230 millones de euros a 30 de junio, fundamentalmente por la generación de caja libre (2.756 millones de euros en el semestre). Incluyendo las operaciones de venta de activos ya anunciadas, se reduce adicionalmente en aproximadamente 1.500 millones de euros, hasta 38.700 millones de euros.
El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha remarcado que la compañía ha demostrado la consistencia de su estrategia de transformación hacia una compañía tecnológica, avalada por la evolución de sus resultados. "Volvemos a crecer de forma sostenible y rentable", ha incidido.
En este sentido, ha incidido en que las tendencias de crecimiento orgánico son "consistentes con los objetivos para el año", que han sido reiteramos por la compañía, y ha subrayado que este crecimiento es rentable y se apoya, entre otros, factores en el plan de digitalización y simplicación de Telefónica.
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