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Los riesgos de Sánchez con las matemáticas y sin Iglesias
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Los riesgos de Sánchez con las matemáticas y sin Iglesias

miércoles 17 de julio de 2019, 14:34h
Sin Podemos en el Gobierno, Pedro Sánchez no puede lograr su investidura, ni el día 23, ni el día 25 de este julio. Sus 42 escaños son esenciales, aunque el presidente en funciones acepte los de Bildu y los de todo el bloque catalán. Una decisión con mucho riesgo. Los números no salen sin Iglesias.

La suma del total de la derecha iguala, con sus 153 noes previstos y declarados desde el PP, C´s, Vox, Navarra suma y Coalición Canaria, los otros 153 que puede recibir desde el otro lado del Hemiciclo, siempre que vascos y catalanes en conjunto decidan darle el ansiado sí que han estado negociando.

El empate no basta. Esa es la fuerza de Pablo Iglesias y la debilidad del candidato socialista, por más cuentas que realice la vicepresidenta Carmen Calvo. Esas sumas pueden llevar incluso a que alguno de esos votos previstos inicialmente a favor de la investidura terminen en la abstención. Abstención a la que no parecen que estén dispuestos ni Pablo Casado, ni Albert Rivera, ni Santiago Abascal, ni los representantes de la Unión del Pueblo Navarro. Inicialmente tampoco Coalición Canaria, pero Ana Oramas siempre es una sorpresa.

Si se van quitando diputados del bloque “sanchista” la imposibilidad aumenta en la misma proporción. Para empezar están los cuatro parlamentarios catalanes suspendidos de sus funciones al estar presos, enjuiciados y a la espera de condena: Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Jordi Turull y Josep Rull, con lo que el cómputo real de votos posibles los días 23 y 25 se queda en los 346 escaños restantes.

El portavoz del PRC, José María Monzón, seguirá la indicaciones de su jefe desde Cantabria, el presidente Revilla y le dará su voto a Sánchez. En Compromís, Joan Balldoví, mantiene sus dudas en público, al igual que Aitor Esteban del PNV. Terminarán diciendo sí, pero el compromiso del candidato a tener a Podemos en el gobierno lo haría más fácil y seguro. Y los 4 votos de Bildu que tiene en sus manos Oskar Matute son aún más difíciles de conseguir si Pablo Iglesias se inclina por la abstención. Ya pasó en el primer intento de Pedro Sánchez en 2016 cuando su aliado era Albert Rivera. Los 71 votos que controlaba el líder de Podemos impidieron aquella investidura.

En las últimas 72 horas PSOE y Podemos, Sánchez e Iglesias, se han dado de bofetadas políticas pero es en la política donde los milagros son posibles. Y un acuerdo final y en tiempo de descuento, el que puede negociarse y acordarse en el fin de semana, podría deparar la sorpresa de una investidura a la primera y con 196 votos a favor.

Sin milagros - renuncias y marcha atrás por parte de los dos protagonistas - y con las sumas de escaños que existen en el Congreso, las dos o tres sesiones de investidura se van a convertir en una batalla campal, más dura que la larga campaña electoral que desembocó en las urnas del 28 de abril. Inicio de otra que, con la parada obligada del 25 de septiembre, nos lleve a los españoles a repetir la votación el 10 de noviembre.

Por medio y para que los ciudadanos terminen cansados de las urnas y más de los políticos, puede que se repitan elecciones en Aragón, En Asturias, en La Rioja, en Navarra, en Múrcia y en Madrid. Una competición sólo apta para maratonianos. Aquí las balanzas están en mano de Podemos, de Vox, de Bildu y hasta del PAR aragonés. Intereses cruzados entre lo nacional y lo autonómico que le han hecho la vida muy complicada al secretario de organización del PSOE y ministro de Fomento en funciones, José Luís Abalos.

Todos los grupos miran ese 10 de noviembre con el miedo y la esperanza metidos en sus partidos. Puede que mejoren o que pierdan influencia. Las encuestas se hacen para todos los gustos. El que más tiene que perder es el PSOE y su secretario general: ya tiene el mantenerse en el gobierno al alcance de la mano, y una mejora en sus resultados no le garantiza que una mejor y más eficaz unión de las tres derechas en las candidaturas o en las negociaciones posteriores no le convierta en el presidente más breve de nuestra democracia. Para amantes del riesgo.